Un pequeño arañazo en el brazo derecho despertó a Ariane justo antes de que la condenada alarma del despertador sonara. Ella le soltó un golpe sin miramientos, haciendo que el despertador cayera al suelo con tal violencia que se rompió mientras se le salían la mayoría de las piezas.
-Ven conmigo, Pelusa. Y no vuelvas a arañarme en tu vida. –Regañó Ariane.
El gatito blanco la siguió por la casa, mientras Ariane sacaba su comida y la del gato de un armario. Le puso el alimento en una escudilla y después de acabarse el desayuno y arreglarse, se dirigió al trabajo de malas.
-¿Cómo estás? –Preguntó Dina al verla entrar por la puerta, con su típica alegría.
-Igual que la cara de Annie. –Contestó Ariane al ver pasar a la encargada.
Dina se echó a reír, mientras la encargada las fulminaba con la mirada e intentaba ligar por enésima vez con Martin, aunque sin éxito, porque desde la última pelea entre ambas la cosa le había ido bastante mal.
-Mira, Ariane Parker, no me fastidies hoy. –Dijo Annie acercándose a ella amenazadoramente, después de su fracaso con Martin.- Mi primo va a venir a verme, y no quiero problemas.
-¿Vas a tener una cita con tu primo? ¿En el trabajo? –Preguntó Ariane mirándola con detenimiento.- Vaya, interesante. No sabía que estabas tan mal de la cabeza.
-Parker, cállate...
El resto de la mañana transcurrió sin problemas, aunque Ariane no paró de molestar a la encargada con toda su mala idea, riéndose internamente.
-Ariane, te lo advierto, está a punto de llegar, no me estropees el plan...
-¿Pero acaso quieres ligar con él? –Sonrió Ariane con burla.
-Parker...
-Ya estoy aquí, prima... -Una voz que sobresaltó a Ariane llamó la atención de Annie.
Al darse la vuelta, la pelirroja maldijo su suerte. Un chico moreno, al que ya había visto más veces de las que quería, estaba en la puerta de la librería, contemplándola.
-Dina, recuérdame que nunca me ría de nadie, porque luego te puede tocar a ti.
-Vale, pero... -Empezó Dina, sorprendida.
-Hasta luego. –Cortó Ariane.
-¿A dónde vas, Parker? –Preguntó la rubia, de malas.
-Déjame en paz, Annie. Puedes notificar a los superiores que me estoy escapando del trabajo, si quieres, que me despidan. Pero no tengo por qué obedecerte. –Contestó Ariane, enfadada.
-...
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Logan seguía observando las grabaciones que le había dado el inspector Paxton.
-¡Maldita sea! –Protestó.
Ya no podía más con aquello. No conseguía obtener una mínima pista. La chica parecía hecha de humo y parecía que se había tomado muchas molestias por no ser identificada, bastantes más de lo que solían hacer los ladrones normales.
Su móvil sonó. Se levantó de su sitio, mientras su perro Tom, un Pastor Alemán, le molestaba correteando entre sus piernas.
-¡Tom! ¡Largo! –Protestó Logan, moviéndose con dificultad, tratando de encontrar sin éxito su móvil.
Dio varias vueltas por el salón de su casa. El condenado aparato seguía sonando sin parar, mientras el ordenador se ponía a hibernar. Al final, consiguió alcanzarlo, pero poco le faltó para que quien estaba al otro lado de la línea colgara.
-¡Logan! ¿Quién es? –Preguntó.
-Soy tu prima Annie. ¿Quién voy a ser? –Protestó una voz femenina al otro lado, con molestia.
-Lo siento, pequeña. –Sonrió Logan.-No podía encontrar el móvil, y Tom me estaba molestando.
-Ah, bueno, te acuerdas de que tienes que venir hoy a la librería a verme, ¿no?
-Argh, la verdad es que ya no me acordaba. Lo siento. He estado muy ocupado estos días, y se me había olvidado. –Se justificó Logan.
-Pues entonces, te pasas, que no pasa nada. Te vienes luego. Menos mal que se me ha ocurrido llamarte antes de que empezara el horario laboral. Si no, esperando como una tonta al lado de las estúpidas del resto de las empleadas. –Contestó Annie, de manera algo brusca.
-Es que tengo trabajo. No sé si podré ir, la verdad. –Respondió Logan, intentando no ser demasiado directo.
-¡Venga ya! –Se quejó Annie.- Muy bien. Como tú quieras. Si no vienes, no te hablaré más el resto de mi vida.
-Eso es mucho tiempo. –Repuso Logan, riendo.- De todas maneras, ¿por qué no puedo ir otro día?
-Hace mucho que no nos vemos. Tengo ganas de ver al hermano que nunca tuve.
-Entonces, me paso en un momento. Voy a acabar lo que estaba haciendo, y me apresuro.
Logan colgó el teléfono. Tom se plantó delante de él, impidiéndole salir por la puerta.
-¿Qué es lo que quieres? –Preguntó Logan.
El perro se dirigió hacia el recipiente donde solía estar su comida, y se colocó al lado de ella.
-Ah, que todavía no te he dado la comida...
Logan le dio algunas galletas para perros, y después recogió un poco su escritorio, donde hacía escasos momentos reposaba su ordenador portátil. Luego salió por la puerta de su casa, y se dirigió hacia donde trabajaba su prima.
Recordó por unos momentos a la chica con la que se había chocado. Ella también trabajaba ahí. Había una probabilidad bastante alta de verla. Alguna vez había estado en aquella librería, lo que hacía que supiera que la pelirroja llevaba puesto el uniforme de trabajo del lugar.
Entró por la puerta, y cogió la escena al vuelo. Su prima, la chica rubia ubicada a la izquierda, desde su punto de vista, discutía con la pelirroja del otro día, la chica que le daba la espalda. Una chica de pelo castaño y un chico de pelo negro ataviados con el mismo uniforme, contemplaban la escena como si fuera algo a lo que estuvieran acostumbrados.
La chica pelirroja se dio la vuelta cuando él saludó, y pudo leer claramente el asombro y el pequeño y momentáneo pánico que se había apoderado de su mirada, apenas unos instantes antes de que ella se dirigiera a la puerta con decisión.
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¡Hola! Y aquí está el capítulo. Espero que sea de vuestro agrado :3 ¡Hasta pronto!
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Persecución [Pausada]
RomanceAriane es una chica que podríamos ver como una más. Veintitrés años, pelirroja, ojos verdes, una sonrisa dulce, trabajando en la librería de la esquina. Pero lleva una doble vida. El otro lado de su personalidad: es una ladrona profesional. Después...