Capítulo 9: "Dignidad por delante de todo".

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Querido diario [ 1 de noviembre del 2015 ]...

El 31 de octubre de cada año, es la famosa noche llamada Halloween, que provino de América y se expandió por todo el mundo. Desde pequeños, los niños se disfrazaban de fantasmas for ejemplo, e iban de casa por casa pidiendo un poco de chuches. Los niños eran felices y se conformaban sólo por obtener algo de dulce. Pero cuando nos hacemos mayores, ya no tenemos ese hobby en Halloween. Ahora nos alegramos por emborracharnos en una discomóvil, y hacemos todo para olvidarnos del pasado y ser adultos ya. Pero no todos lo logran. La noche tenía nubes en el cielo y se sentía lluvia en el aire. Todos esperábamos ese día, esa noche brillante, todos querían entrar a disfrutar del festival de los años. Por fin algo bueno vendría a este sitio aburrido. Pero no todo brillante es oro. La ilusión explotó como un globo cuando la noche pasaba y cada minuto era peor. Eran pocas cosas malas, aunque amontonadas creaban una grande. Debería ser nuestra noche, la de mi mejor amiga y la mía, pero no siempre todo lo que nos imaginamos, sale bien. Hay fracasos que nos hacen aprender de la vida. Y eso me pasó en la lluviosa y fría noche de ayer. Puedo perder todo, menos la dignidad. Ser fuerte en esta vida es la única solución de salir viva de ella. Mejor resumo la noche, porque para contar la historia, es demasiado largo y bastante doloroso. Resumiéndo "la noche del miedo", personas sin educación nos robaron lo que era nuestro y que nos proporciona normalmente felicidad y risas sin un porqué; defendí un amigo cuando un viejo le quería pegar y lo amenazaba; casi dejé que ese viejo me robara el móvil, aunque yo siempre puedo salirme de las mías por alguna manera; y hubo un extraño reencuentro con alguien que me había importado muchísimo en el pasado. Él me había hecho ser tan zorra con los tíos. Y doy las gracias al tiempo por haberme hecho superarlo, y me enseñó que puedo ser fuerte y mantener mi dignidad en el mismo sitio que siempre se encontraba. Era extraño verlo interesado en mí, pero yo ya había terminado con él. Mi cabeza por fin ganó mi corazón. Por fin pude controlarme sobre mis instintos. Por fin le gané yo su propio juego. Por fin pude demostrarle que ya no soy su juguete y que ya no me puede controlar como siempre lo había hecho. Y estoy orgullosa de ser tan fuerte. Nunca supe que yo podría volverme de hielo hacia el único chico que supo hacer derretir mi hielo. Pude comprobar que ya soy de acero y que puedo con todo. Y le doy gracias a un mujeriego por convertirme en la ganadora en el juego. Y fui yo, que terminó este juego. Por fin puedo decir lo que siempre había deseado decirle: Game over.

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