Querido diario [ 25 de agosto del 2016 a las 03:41 ]...
La oscuridad me envuelve, me hace sentir la dura soledad. Mis pensamientos se congelan en el desierto. Me quedo en la penumbre, respirando el aire frío que me abraza por pena. Mi corazón se ha convertido en un latido quemante. Su nombre se me graba en la mente, y poco a poco, se desliza hacia el corazón. Pero la razón quiere evitarlo a toda costa. No aguantaría otro destrozo. No otra vez. Simplemente no podría sobrevivir, no esta vez, no más. Pero las ganas de verlo son inevitable. Es él que no para de aparecer ante mis ojos, aunque no esté presente, aunque su presencia esté tan alejada de la mía. No puedo evitar pensar que fue él que me devolvía a la vida, que gracias a él mi sonrisa es más bonita y más brillante que nunca. Es él quien me hizo volver a latir mi corazón herido. Suena increible, pero es la pura verdad. Simplemente lo quisiera tener en estos momentos aquí conmigo, y esas ganas me consumen poco a poco. Pero no es sano esto. Para nada. Lo quiero a él con toda la culpa del mundo. Aunque mi razón me prohiba dejar entrarlo a mi corazón por obras duraderas. Tantos chicos que tan sólo aparecieron en mi vida para jugar con lo más valioso que tengo: el corazón. No quiero volver a ser un juguete de nadie, no quiero volver a ser el juego de "usar y tirar". Nunca más. Pero su sonrisa... Es tan bonita, como el cielo por la noche lleno de estrellas brillantes, tan brillantes como su sonrisa, que automáticamente me provoca cosquilleos emocionales. Me emociono con tan sólo una mirada suya. Tan sólo es él. Él es el protagonista en mi mente. Aunque los segundos pasen, me imagino su presencia al lado mía. No sabría explicar el por qué. Sólo que es así. Y es trágico. No quiero que este amor sea pasajero. Mis sentimientos me confunden, otra vez. Mejor callarse todo este desastre. Yo en sí, soy un simple desastre. Y quién va a querer un desastre como yo... Esa es la pregunta existencial: Quién. Mi nueva rutina es sentarme bajo las estrellas, y comenzar a contarlas, para olvidarme de él, aunque sea un rato, aunque sea sólo un segundo. Pero mi mente juega conmigo, sabe que al fin y al cabo, perderé. Sí, perderé la cabeza, y no sólo por mí, sino más bien por él. Ya que siempre será mi deseo en cada estrella fugaz. Y a pesar de todo, me burlo de él y de su existencia, pero lo que él no sabe es que me es mucho para mí, que en realidad ese bullying hacia su ser, es sólo una armadura mía, para que no descubra que me encanta todo de él, que me es muy importante, que las ganas de quererlo han crecido tan rápido en tan poco tiempo, que simplemente lo quiero, tal y cual. Dicho, dicho está, no hay vuelta atrás. Y en esta bonita oscuridad, saco el paquete de cigarros, que algún día me matará, si no me matan antes las ganas de estar con él. Y en cada paquete, saco el cigarro del medio, y lo vuelvo a meter, pero esta vez al revés. Así cuando me los fume todos menos ese, tendré un deseo, y siempre voy a desearlo a él. Y esperaré a que mi deseo se cumpla. Porque es su sonrisa y su locura, que le hace ser especial y encantador para mí, y me hace latir mi corazón lleno de amor solamente para él.
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•Diario sentimental.•
Teen Fiction"Cada persona tiene el derecho de ser feliz. Escribe tu propio libro con 365 páginas, y eres tú el que decide como acaba la historia. No dudes en cumplir tus sueños. ¡Hazlos reales!"