EPILOGO

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Fue muy difícil poder avanzar sin caer en la tentación de retroceder.

Pero después de muchos esfuerzos, logré salir adelante, y aunque hay algunos días en los que ciertos fantasmas me perturban, los brazos de Fernando me contienen. El le dio un giro inesperado a mi vida, fue la luz al final del túnel que me dio la esperanza necesaria para superar todos los obstáculos que tuve frente a mi, porque cuando creí que no se podía tocar más abajo, salí a flote del mar de la angustia.

Poco a poco me fui enamorando de Fernando, un aprendizaje diario del que jamas querré prescindir, por que el es especial y me hace sentir que yo también lo soy para el.

La relación con mi hermana no es la mejor, pero Fernando me enseño, ademas, que el tiempo cura las heridas, o al menos no las sigue abriendo...esta Navidad accedió a venir a Barcelona para pasarla juntas.

Santiago se había encargado de platicar con ella y confesarle parte de la verdad, los detalles no eran necesarios. Esa misma noche, el habia dejado el apartamento que compartían y a los pocos minutos yo tuve a mi hermana instalada en mi casa, gritando como una loca, mientras Fernando intentaba contenerla.

Mis padres...me condenarían un día, me absolverían al siguiente...pasando de ser la hermana maldita rencorosa a ser la hermana que ha equivocado su camino y esta a tiempo de redimirse.

Todos y cada uno de ellos nos han juzgado. Pero en el fondo, nunca nos han entendido. Todos nos señalaron con la vara de la moralidad, la vara de la perfección, pero nunca criticaron sus propias acciones...

Tres años me separan de "aquella" noche. Tres largos años en los que sufrí, lloré, y resurgí.

Tres años en los que pude valorarme y sentir que merecía ser amada; y que un hombre como Fernando debía estar en mi vida. Con él conocí el amor verdadero, sincero, sin egoísmos ni traiciones.Porque no hace falta sufrir para saber que uno ama. No es común padecer para querer.

Fernando comprendió, con mucho dolor y algo de resignación, que Santiago sería parte de mi vida siempre, simplemente, porque era un capitulo del pasado imposible de modificar.

De Santiago solo puedo agregar que en este tiempo recibí cartas suyas, que cada vez son menos frecuentes. Se alisto al grupo de "médicos sin fronteras", en la cual ayuda a los mas necesitados. Según sus propias palabras, en esa actividad encontraría su misión en el mundo y, creo, yo también, hallaría la paz en su corazón, que luchó por dejar atrás el infierno de sus errores.

— Mami...papá no quiere que coma "shocolate" —Lucía se acercó con lágrimas en los ojos y con el labio inferior temblando, al borde de hacer berrinche. La levanté y la coloqué en el mostrador de granito de la cocina para atar sus agujetas.

— Es que ahora almorzaremos, cariño...pero shhh—puse mi dedo cruzando mis labios— , no le cuentes nada, pero para después hay un riquísimo helado de chocolate y almendras que nos guardaremos solo para nosotras— le guiñé el ojo, cómplice, mientras la niña sonrió divertida

— ¡Ah! ¡Con que esas tenemos! ¡Un complot de mujeres! —Fernando me tomó por la cintura por detrás, ante la carcajada de nuestra pequeña niña— , esperemos que este sea un varoncito— tocó mi barriga de casi 5 meses y se arrodilló para hablarle de frente— Vamos, bebé...estoy rodeado de niñas, tienes una hermana, 5 tías y 6 primas...dime que serás varón...que iremos a ver al Barça y que patearemos el balón en el parque...¿sí?

— Papito, el bebé no puede hablarte aun porque no ha salido — levantando sus hombros Lucia le daba a su padre una lección.

Una lección tan simple, como la que en un momento, su padre me había dado a mí.

Una lección de amor.

FIN

"Entre la Miel y la Hiel" - (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora