Capítulo 2

114 13 0
                                    

-Tu no tienes ni idea de nada Jenna, no insistas...-

-Por favor, sólo habla con el ¿Qué puedes perder?- pregunta con timidez

-Tiempo, éso pierdo y para mi lo es todo, como lo aprendí de mi padre...- digo dándole la indicación de salir

-¿Para ti todo es tiempo? En verdad es lo único que te importa?- dice antes de marcharse

Tiempo, claro que todo tiene que ver con el tiempo, nuestros padres lo dicen desde que naces, hay tiempo para jugar, tiempo para las tareas, tiempo para comer, todo, todo esta regido por el tiempo, aún más cuando de eso depende tener una profesión y una carrera sólida a mi edad. No he visto a muchos de mis compañeros de generación ni he escuchado que hayan logrado lo que yo he hecho desde que nos graduamos, en fin, volviendo al tema del tiempo, si me obsesione con ello desde niño por mi padre, el famoso abogado Hank Palmer, como si no fuera suficiente llevar su apellido, llevo también su nombre, el siempre nos inculco que el tiempo vale oro y depende de cada quién hacerlo valer.

Observo mi reloj, falta poco para las 6:30, llamo a Jenna para que me diga si cumplió con lo qué le pedí, algo tan simple como cancelar una cita que no tiene razón de ser y para la cuál, como ya lo dije, no tengo tiempo, seguramente mi hermano dirá cuán molestos están en casa por no aparecerme desde que entre a la universidad, que ni una llamada les hago, reclamos, sólo para eso sirven esas citas.

-Jenna, ¿lo hiciste?-

-No, ya te lo dije, no voy a cancelarla, te restan diez minutos para llegar al restaurante...-

La miro como nunca antes, me está retando, anteponiendo lo que ella considera correcto a mis órdenes, cierro mis puños conteniendo mi enojo, se me nota en el rostro como me siento, esta vez no me mira con temor, sigue segura y convencida de sus actos, pero ¿que le pasa? Pregunto en mi mente.

-Tú sabes muy bien, lo que sucede cuando alguien, quién sea, se atreve a retarme ¿verdad?- pregunto con seriedad

-Hank, no lo tienes que tomar así..-

-¿Y todavía insistes en que es lo correcto?-

-Se hace tarde- responde cambiando el tema

-¿Porqué no vas tú?- digo con sarcasmo

-No me corresponde...-

Sin más me deja con la palabra en la boca, no me cabe en la cabeza, como puede ser tan ingenua y creer que lograré algo funcional de esa dichosa reunión con mi hermano, sin embargo, algo en mi interior me retumba lo que me dijo sobre la familia, no es que haya terminado de pleito, pero preferí evitar cualquier posible reproche por parte de ellos ante mi descabellada ausencia, tomó mi abrigo y salgo al encuentro con mi pasado.

Jenna dijo que mi hermano me esperaría ya adentro del lugar, al llegar la recepcionista me recibe con amabilidad, titubeo un poco en preguntar por el, quisiera que me dijera que no llegó o se marchó.

-Buenas tardes, ¿hay una reservación con el apellido Palmer?-

-Es correcto, el Sr. Palmer ya lo espera...- de nuevo eso de señor, me recuerda a mi padre

En una mesa del centro lo veo a lo lejos, como ha cambiado mi hermano menor, digo entre dientes, levanta la mirada y para mi sorpresa, su reacción es, de alegría, una extraña e inexplicable alegria de su parte.

-Hank! Que bueno verte hermano!- dice mientras me abraza con fuerza

-Que tal, Bob...- no se que más decir

-¿Porqué tan frío, no nos hemos visto en años y me saludas así? Dice decepcionado

-Disculpame...-

-Jaja, estoy bromeando!- dice a carcajadas

Nos sentamos y sigo tan incómodo, mi hermano Bob es tres años más chico que yo, desde pequeños me imitaba en todo, lo cuál me generaba conflictos con mi padre, pero nos llevabamos bien, obviamente todo cambio cuando decidí venir a estudiar y radicar aquí en Boston, mientras Bob eligió lo fácil de vivir con mis padres en Kentucky, desde entonces, nada siguió igual.

-No es posible que tenga que venir hasta aquí para poder verte hermanito, tu de plano nos olvidaste...-

-Mmm, ¿es otra de tus bromas?- digo molesto

-Tranquilo, sólo digo que ya pasaron ¿cuantos? 3 años desde que nos visitaste...-

-Como sabes, he estado muy ocupado, no tengo...-

-Tiempo, tu siempre con eso del tiempo, igual que papá...-

-Que te digo, mejor dicho ¿como va todo?- mi esfuerzo por ser cordial no es del todo bueno, me digo en silencio

-Tengo un nuevo empleo y voy a casarme...-

Por poco me atraganto con lo que comía cuando Bob suelta esa noticia sin aviso, abro los ojos tanto como puedo y al segundo siguiente mi expresión es de desapruebo total, no entiendo como puede pensar en casarse en estos tiempos, pero ahora, ya se a que debo su inesperada visita, me observa un momento antes de preguntarme que opino.

-¿No dirás nada?-

-Que puedo decir, no soy muy elocuente en momentos como este...-

-Vaya! Algo me decía que no te iba a importar...-

-¿Que quieres de mi?- respondo alzando la voz

-Un hermano, pero ni al caso contigo...- se levanta de improsivo y sale del lugar

Lo miró conteniendo la risa, me divierte verlo en esa actitud tan infantil, siempre así vulnerable y pidiendo mi aprobación para cada cosa que hace, acto seguido, debo ponerle mi mejor cara, la de hermano arrepentido, la que menos me sale, pero sino lo hago, no sólo vendrá el, lo hará mi padre y después mi madre, con el cuento de que no estoy apegado a la familia, que ellos son todo lo que tengo, pero nunca lo he pensado así.

-¿Ahora te vas?- grito tomandolo del brazo

-No se para que vine...-

-En eso estamos de acuerdo, yo soy feliz aquí en mi mundo, ustedes están bien en el suyo...-

-¿Como puedes hablar así?- me mira intrigado

-No tienes a nadie más que a nosotros...-

-Sabes que, lo que no tengo es tiempo...-

-Anda lárgate! Déjame aquí hablando solo como siempre!-

-Por favor Bob no estoy para escenas...¿Qué quieres de mi?-

-Y te lo dije, pero olvidalo, no volveré a molestarte ni a quitarte tu precioso tiempo...-

-No, no te vas a ir así, después tendré aquí a papá reprochando mi actitud contigo, vamos al despacho...-

Sin saber porque decido invitarlo a entrar en mi mundo, en mi pequeño gran espacio que es mi despacho, mi empresa, la cuál solo tiene mi esfuerzo, mi tiempo, las metas que me propuse al marcharme de casa están ahí, muchos piensan que estoy loco por darle todo a ese negocio, pero ese negocio me lo ha dado todo, desde mi perspectiva que no tiene nada que ver con las emociones, sino con mi propia convicción, lo que para mi importa en este momento, por ello la noticia de la boda de mi hermano, no me gusto, me dejo molesto, aturdido.

-Jenna, hablaste con el pero no lo conocías, es Bob, te presento a mi asistente Jenna...-

-Vaya! Ahora entiendo porque te importa tanto este lugar Hank!- dice mi hermano descolocandome

-¿Qué dices?- Jenna lo mira apenada

-Ay, olvidaba que eres el abogado más insensible del mundo...- dice dándome una palmada en la espalda

-Disculpalo Jenna, el siempre ha sido así de imprudente...-

-Descuida Hank, si gustan les traigo un café...-

-A mi un whisky, ya sabes como...- respondo friamente

Entramos a mi oficina, lanzó mi portafolio hacía el sofá, Bob sólo observa todo lo que tengo en mi oficina, reconocimientos, logros, pero ningún rastro de mi familia, en algún punto del camino deje de ser emotivo con respecto a ellos, la razón debió ser que quise cortar lazos al marcharme, de lo contrario, me hubiese sido imposible dejar a mi madre.

Navidad para Recordar - Concurso Navidad en tu VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora