Capítulo 5

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Jenna me da indicaciones, no tengo claro lo que me dice, mi hermano tuvo un accidente y así como soy de dramático solo puedo pensar que fue mi culpa, ni siquiera se que sucedió pero no hace falta, siento algo raro en mi interior, por primera vez en mi vida, siento....miedo.

-Ya saben que vas en camino, sólo tienes que entregar tu código en el mostrador de la aerolínea- dice Jenna acelerada

-¿Cómo?-

-Qué solo tienes que entregar tu...- la interrumpo

-Tu vienes conmigo...- digo sin expresión alguna en mi rostro

-No, no Hank, de que hablas...- dice nerviosa

-No pensaras que ire sólo, tu vienes conmigo...-

-No, yo me encargare de todo aquí en tu ausencia...-

-No me estas escuchando, vienes conmigo...-

-No traje maleta...-

En un arranque de desesperación tomó a Jenna de las manos con fuerza, sin entender porqué, le suplico que no me deje ahora, me siento mal, con una angustia que no me deja respirar, Jenna me mira asustada, suelto sus manos lentamente, dirijo mi mirada a otra parte, ella en silencio, me quita el papel con el codigo que tengo en las manos, camina hacia el mostrador, veo que habla con la encargada, unos minutos después me hace una seña con la mano para que me acerque.

-Ya esta...- dice no muy convencida

Acto seguido, abordamos el avión rumbo a casa, como en el trabajo, tener a Jenna conmigo ahora me da ánimos, ella sabe como organizar mi vida aún en momentos como este en los que no comprendo nada, horas eternas para llegar al aeropuerto de Kentucky, me asomo por la ventanilla, todo luce igual, el tiempo no ha pasado por aquí digo para mi, Jenna me dice que ya nos espera un auto que nos llevará al hospital, mis padres no se han despegado de mi hermano ni un instante, no me sorprende.

-Se qué no me recibirán bien- digo rompiendo el hielo

-Lo harán eres su hijo Hank- responde Jenna con seguridad

-Para este instante ya deben saber que fue mi culpa...- agregó apenas

-Tienes que dejar de pensar eso Hank, fue un accidente-

-Si hubiese tomado ese vuelo con el tal vez...- agacho la mirada arrepentido

-Tal vez, tu estarías en esa cama de hospital...- dice con la voz entrecortada

-Lo hubiese preferido sin duda Jenna ¿Pero él?- respondo desanimado

Supongo que por instinto, Jenna toma mi mano, extraño pero logra calmarme, llegamos al hospital, intento de verdad que intento controlarme, pero nunca había estado así de nervioso, mucho menos asustado, la primera en verme llegar es mi madre, como si hubiese visto algo increíble corre a abrazarme y se suelta a llorar, se me hace un nudo en la garganta pero no me doblega, mi sentido de las emociones sigue oculto en mi interior, sólo le digo que todo estará bien, tiene que ser así.

-Hank, estás aquí hijo- dice mi madre secándose las lagrimas del rostro

-Si, vine en cuanto pude yo...- mi padre interrumpe mi explicación

-Tú! ¿Tú no podías tomarte el tiempo de venir con el cierto?- lo miró sorprendido

-Hank, no le hables así- súplica mi madre

-¿Qué pasa contigo Hank? ¡Responde!-

-¡Un momento! Tú me hablas de tomarme el tiempo ¿Es en serio papá?-

Molesto, esperado que mi padre responda, como puede decirme que si no tengo tiempo, cuando de el aprendí que el tiempo lo es todo, no dice nada, como iba a hacerlo si sabe que tengo razón, yo no quise acompañar a Bob, lo sé, me siento culpable por eso, pero si Jenna dice la verdad. Si no debo culparme por su accidente...

-No me hables así Hank ¡Soy tú padre!-

-Tú no me cuestiones sobre lo que hago con mi tiempo papá, recuerda que eso lo aprendí de ti...-

-Sólo tenías que hacer una cosa Hank. Acompañar a tu hermano a casa, eso era todo...-

-No me culpes por esto ¿Cómo iba a saber que pasaría algo así?-

-Tu hermano se embriago durante el vuelo. Al llegar al aeropuerto subió a a su auto...-

-¿Fue por el alcohol entonces?- pregunto intrigado

-No me estás escuchando, Bob no bebé alcohol, lo hizo de tristeza...-

¡Pum! Un golpe seco en el estomago cuando mi padre dice eso, no lo esperaba, me porte como un imbécil, pero caramba yo no tenía ni tengo tiempo para hermandades, asuntos de familia que no estarían pasando si el no va a buscarme, fácil justificación, eso calma mi sentir, el pesar de verlo dormir por tanto medicamento, que el esté así días antes de su boda, además sobrellevar que mi padre me juzgue.

-No comprendo que te hicimos, porque para ti es un sacrificio enorme tener que venir- agrega mi padre

-Porqué no me siento bien aqui, en este lugar, todo es tan monótono, tan fuera de mi-

-¿Eso piensas de tu familia?-

-No me refiero a ustedes papá, deja de poner palabras que no digo, acepta que tú me inculcaste sobrevalorar mi tiempo, ahora como esperas que dejé de hacerlo-

Doy media vuelta, ya no quiero continuar con la discusión, me conozco y terminaré hablando de situaciones incomodas de mi pasado, como cuando yo enfermaba y mi padre no tenía tiempo para atenderme mientras mi madre cuidaba de Bob con la misma devoción que lo hace aquí en el hospital, llamo a Jenna está en la cafetería, al entrar, la observo a lo lejos mezclando una y otra vez su cafe.

-De tanto mover esa cuchara me vas a marear- sorprendiendola

-Hank! No vuelvas a llegar de está forma, me asustaste-

-Lo lamento, verte dándole tantas vueltas a esa cuchara me desespero-

-Qué pena lo que dijo tu padre Hank- dice sonrojada

-¿A que te refieres?-

-Ah no, no me hagas caso, mejor dime ¿Viste a bob?-

-Jamás, escuchame Jenna jamás hubiese querido ver a mi hermano en esa cama, es tan absurdo todo esto-

-Cálmate Hank, no puedes perder la fe- la miró desconcertado

-¿Esto que tiene que ver con eso de la fe?-

-Por favor, todo tiene que ver con la fe, creer que todo es para bien-

-Ja! El accidente de mi hermano es para mantener la fe, no lo creo-

Los días, exactamente 7 pasaron para que Bob tuviera mejoría, lo que no avanzó fueron mis ganas de permanecer con mi familia, no hay instante en que mi padre no me haga sentir mal por lo que paso, pero más que eso, hay algo que me inquieta, Jenna volvera a casa, me dejará aquí sin saber que hacer, como contener el coraje que me invade cada vez qué mi padre me enfrenta, le indiqué qué no podía marcharse, es más, le ordene quedarse a pasar Navidad aquí, sin embargo no acepto.

Ahora traigo en mi pecho una molestia que no comprendo, cómo sí algo me faltara, es extraño, no suelo perder nada, pero pareciera que he perdido lo más valioso, la única que intenta comprenderme es mi madre, aguantando las discusiones que yo tengo con mi padre y el hecho de que no pueda aún acercarme a Bob, no estoy preparado para reclamos, menos para culpas, no he pisado el hospital desde qué Jenna se fue, a pesar de que me lo suplica cada que hablamos por teléfono para ver los pendientes del despacho.

-Entonces ¿Hoy tampoco irás?- pregunta molesta

-¿A donde? Vuelves a insistir con eso y te darás por despedida!- grito furioso

-Ves por eso me marché, tu no entiendes nada Hank!- agrega alzando la voz

-¿Entender?-

-Olvidalo Hank, sólo esperó que por una vez le des a tu tiempo el valor que merece- cuelga sin dejarme hablar

Jenna últimamente me trata así, con indiferencia, creo que le di cierto poder sobre mí que no debe ser, es verdad que mantiene en orden mi mundo, hace todo tal como quiero, me conoce tanto que da miedo, abusa de ello para dejarme pensando en sus palabras, aunque preferiría que estuviera aquí, no se porqué...



Navidad para Recordar - Concurso Navidad en tu VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora