Alex y yo nos levantamos tarde, como cada día, y desayunamos. Nos fuimos a esquiar, ese día nos tocaba ir por una de las laderas de la montaña por la que no habíamos ido hasta ahora, como cada día Ali y yo nos picamos en seguida y nada más empezar echamos una carrera, que sorprendentemente ganó ella (ya que siempre ganaba yo).
- Ahora me debes algo. - dijo con satisfacción mientras esperábamos a que llegasen los demás.
- ¿Ah sí? ¿Y eso por qué? - dije haciéndome el indignado.
- He ganado y me debes algo, fin. - y sin esperar a mi respuesta se fue al telesilla.
Me estaba empezando a cansar de tanta tontería, por una parte quería a Nora, pero por otra parte Ali me ponía, y mucho. Nunca había salido con nadie, así que obviamente nunca le había sido infiel a nadie, pero no me parecía bien serlo, por mucho que me tentase. Así que decidí alejarme de Ali esa mañana y pasé el resto del tiempo con Laura y Andrew, intentando vengarme por lo del día anterior, aunque sin éxito.
Llegó la hora de comer e íbamos todos hablando de Caldea, la mayoría nunca había ido a un balneario, y nos habían dicho que era el mejor de Andorra, aunque también el único, por lo que eso no tenía ningún mérito. Al ser tantos el instituto había tenido que reservar por la noche, el único momento en el que dejaban ir a los institutos, pues se suponía que así no podríamos molestar a otros clientes.
Así que nos dejaron la tarde libre, Alex y yo invitamos a Gil y Laura a nuestra habitación y estuvimos haciendo el idiota, escuchando canciones y jugando a juegos hasta que llegó la hora de irse. Entrábamos a las 9 al balneario, de 9 a 11 de la noche. Llegamos nos cambiamos y salimos a la parte "principal" del balneario por así decirlo. Era una enorme piscina con pasillos y el agua caliente. Del centro subían unas escaleras hasta unos 15 metros y a medida que subías las escaleras encontrabas jacuzzis a ambos lados, suspendidos en el aire.
Además uno de los pasillo llevaba fuera, al aire libre hacía un pequeño sendero por fuera y volvía a meterse. Salí por el pasillo y vi que a la mitad había una especie de tumbonas de piedra metidas dentro del agua, de forma que podías sentarte y quedabas con medio cuerpo fuera, gracias a dios el agua estaba muy caliente y a pesar de que nevaba no hacía frío. Las tumbonas estaban ocupadas así que decidí volver para dentro, pero alguien me llamó desde allí. Era Ali y estaba con unas cuantas amigas mas, todo chicas. Me hizo sentarme en una de los asientos y dijo que iba a hacer una foto, sacó una cámara de esas acuáticas y se me sentó encima sin preguntar. Después de eso me dijo que nos metiésemos bajo el agua para hacernos una nosotros solos y me pidió que la hiciese yo, así que nos agachamos y antes de hacerla se me abrazó y me dio un beso en la mejilla, todo debajo del agua.
Cuando salimos nos encontramos con su novio mirándonos inquisitivamente. Me pidió que me fuese y me dijo que ella hablaría con él. Así que eso fue lo que hice.
Me pasé el resto de la noche con mis amigos buscando a Nora, no la había visto en toda la noche y la verdad es que me parecía bastante raro, pero no conseguí encontrarla. De hecho no volví a verla hasta la mañana siguiente, era el último día.
Nos levantamos mucho antes de lo habitual, se suponía que debíamos haber dejado hechas las maletas el día anterior, pero no lo hicimos, así que nos tocó madrugar para hacerlas. Las acabamos y bajamos a desayunar, por una vez llegábamos bien y me encontré a Nora en la fila para coger la comida.
- ¿Donde estuviste ayer toda la noche? Estuve buscándote todo el rato, pero no te vi. - le dije algo mosqueado.
- Estuve las dos horas en los jacuzzis de las escaleras con Paula y Ana.
¿QUÉ? No sólo había desaparecido toda la noche sino que además estaba con Paula. Paula, con quien no se había vuelto a hablar desde lo nuestro. Ana era otra amiga de las dos, tenía unas tetas enormes y siempre iba enseñándolas muy orgullosa con escotes que las hacían parecer más grandes aún, en mi opinión estaba bastante bien, si no fuese por lo choni que era...
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Diario de un Capullo Malcriado.
RomanceChristian Fernández es un chico Madrileño de 18 años, hasta el momento ha tenido suerte en la vida, una buena familia y unos buenos amigos, es bastante inteligente y no se le dan mal las mujeres, sólo hay un pequeño detalle... es un putón y un capul...