Capítulo 12: Tu centro

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Elsa paseaba tranquilamente por el patio del palacio. Ese día llevaba el pelo suelto y el viento que protegía sus dominios agitaba levemente sus claros y ondulados cabellos. Parecía estar buscando algo... o a alguien, pero ya había recorrido varias veces los alrededores sin encontrar nada. Cansada ya de dar vueltas por los mismos sitios, se dirigió al mirador y una vez en él, se inclinó levemente apoyando sus brazos en la balaustrada. Contempló primero el horizonte grisáceo y blanquecino que las nubes y la nieve formaban, luego dirigió su mirada a Arendelle. La reina suspiró, olvidó por un momento lo que había ido a hacer al patio y se concentró en pensar cómo podría deshacer ese desastre; pero esta vez no sentía un temor tan profundo como otras veces, en cierto modo se sentía tranquila y mucho más segura de sus capacidades, ya sabía que podía controlar su poder pero... <<¿Cómo deshacerlo?>> Incluso Jack le había confesado que él nunca lo había hecho ¿Cuán iguales serian?

Una sombra se deslizó sobre ella, pero estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no se percató hasta que la cabeza de Jack cubrió el sol que bañaba su rostro. Cuando la reina abrió los ojos se topó con los del guardián. El muchacho estaba a unos centímetros de ella, flotando boca abajo con expresión serena y sonriente. Elsa retrocedió unos pasos.

- ¿Qué pasa? - preguntó el muchacho mientras se enderezaba hasta quedar de cuclillas en la balaustrada.

- Nada, solo estaba pensando.

- Pensar, pensar... de ahí vienen muchos problemas - el muchacho se sentó en la balaustrada y se inclinó hacia delante apoyando el peso en su bastón -. Apuesto que no estabas pensando donde podría estar escondido.

- No - rió Elsa -. En realidad pensaba cómo estarían las cosas en Arendelle - se dio la vuelta y comenzó a andar cruzando los brazos sobre su pecho y sujetándolos fuertemente, como intentando protegerse de algo. Tras una leve pausa añadió -. Soy culpable de todo lo que está pasando ahí abajo, se lo estoy haciendo pasar mal a mucha gente, pero aun no sé cómo solucionarlo...

El silencio reinó durante unos segundos. Elsa vio hacia Jack con expresión apenada, cuando decidió dar la vuelta y seguir andando escuchó la voz del muchacho.

- Un gran hombre me dijo una vez... y digo grande en muchos aspectos, que todo lo que nos proponemos es posible, si tenemos fe , confianza y encontramos nuestro centro - Elsa se giró hacia Jack y le miró a los ojos .

- ¿Nuestro centro?

- Si, algo que tenemos dentro de nosotros. Nos ayuda a ser quiénes somos y a superar las dificultades, nos da confianza y nos hace fuertes. El mío es la diversión - explicó el muchacho, que se había puesto en pie para acercarse a la reina -. El tuyo tal vez sea la libertad, la confianza... - hizo una breve parada y la miró a los ojos -. El amor...

Amor. Hacía tanto tiempo que Elsa no escuchaba esa palabra, y mucho menos pensar en ella, o sentirla. Bien era cierto que estos últimos días que compartió con Jack comenzó a sentir una extraña sensación en su interior, aunque no sabía decir que era exactamente. Se sentía protegida, cálida, a veces parecía que el aire no le llegaba bien a los pulmones y le costaba respirar, otras veces incluso se sentía débil cuando Jack estaba cerca, pero por encima de todo, se sentía feliz. ¿Era eso amor? ¿Era eso debido a Jack? Elsa quería a su hermana, pero no sintió nada parecido cuando volvió a verla en su coronación, a parte de una enorme alegría por saber que estaba bien.

- ¡¡ELSA!! - exclamó Jack sorpresivo al ver como el corpiño y la capa de la reina comenzaban a derretirse.

Elsa despertó se su trance y pudo notar como el hielo comenzaba a derretirse y se deslizaba por su pecho y espalda hasta llegar a las caderas. Con un grito entrecortado ante la vergonzosa situación, la reina dio la espalda rápidamente a Jack cubriéndose con las manos. Estaba tan nerviosa y avergonzada que no sabía cómo reaccionar. Rápidamente, y antes de que Elsa se alegara más, Jack se quitó la sudadera y se la puso a la reina. Le cubría el cuerpo hasta los muslos. Elsa permaneció quieta unos segundos hasta que, de forma dudosa, comenzó a acomodarse la extraña prenda y sacó las manos por la bocamanga.

Hielo y Escarcha ❆Jelsa❆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora