-Príncipe- dijo la niña, Sesshoumaru la miró- ¡yo princesa!-...¿Estaba bien de la cabeza esa niña?
-¡Gigei¡mamá dijo que dejarás eso!-
-¡princesa¡princesa!-
¡Ahhhh! Jamás creyó pensar que extrañaría a Rin, pero ahora que lo veía...la extrañaba, Dios, como lo hacía.
-¿no tienen algo que hacer lejos de mi?- dijo secamente, la mocosa, Gigei se le quedo viendo un largo rato, Sesshoumaru se sentía molesto, esa mocosa lo veía como si lo estudiara...
-me gusta verte- dijo finalmente la niña. Sesshoumaru observo a la hija de su pulgoso hermano: cabello plateado y amarrado en una cola de caballo que apenas llegaba a tocar sus hombros, ojos azules como Kagome, su rostro era completamente limpio, ni una sola marca (a diferencia de su hermano), y esas horribles y deshonrosas orejas de perro.
-¿Quién eres tu?- el príncipe ignoro a Gigei para volverse hacía el hijo mayor de InuYasha.
-¡Me llamo Aki!- y también parecía el más hiperquinético de los dos.- ¡Me encanta la arquería y estoy convenciendo a papá para que me enseñe a usar Tetsusaiga (Colmillo de Acero)...!- bien, al menos aspiraba a ser guerrero.- ¡...Para poder proteger a mi mamá y a mis hermanas!- ¡Estúpidos sentimientos! Pudo ser un hanyou tan prometedor...
-¡Princesa tener siete!-
Sesshoumaru se incorporó, no necesitaba mas mocosos en su castillo.- Como sea, mañana se van.- dijo finalmente.
-¿Vas a ver a papá?- grito la niña. Sesshoumaru se volvió y le dijo: "no" -!Entonces ya le diste tu sangre para que se cure!- pero el taiyoukai la ignoró deliberadamente. Cuando iba a entrar al palacio.
-¡Alto ahí demonio-come-hombres!- salió uno de los mocosos que habían viajado en el perro volador argumentando quitarle a Rin.
-¡no permitiremos que lastimes a la dama!- salió el otro...Un momento, esos dos...¿eran gemelos?
-Quítense de mi camino mocosos humanos- esos debían ser los hijos del monje que hace poco había explicado la situación de su hermano.- Quítense.- amenazo.
-¡No hasta salvar a la Dama Rin!- grito uno de ellos- ¡Yo Takeshi el exterminador no lo permitiré!-
¿Exterminador¡que broma! Si esos mocosos a duras penas podrían exterminar un conejo.
-¡Ni yo¡Natsumi lo permitiré!-
-¡Eso hermano!-
-¡Bien hecho, Takeshi!- Dios¿Cómo es que Rin le había convencido de meter a esos locos en su palacio? Esa jovencita se las pagaría...es más¡hablaría ahora mismo con ella!
Haciendo uso de su poder, Sesshoumaru se elevo por el cielo para llegar al segundo piso, donde seguramente estaría Rin, ya era noche...-¡No huyassss!- para su fortuna, Sesshoumaru no pudo (o no quiso) escucharlos.
-¿A quien le gritan jovencitos?- salió Miroku, con su acostumbrado traje, aunque cierta pena era evidente en su rostro, era natural, su querido amigo estaba muriendo y el no podía hacer más que orar por él y luchar para que Sesshoumaru accediera a brindarles un poco de su sangre.
-¡Al youkai plateado, papá!-
-¡El que secuestro a la dama!- Miroku comprendió a que se referían, maldición, si Sango le viera le golpearía por decirles a sus hijos que lindas damiselas eran secuestradas por demonios hambrientos de poder y fuerza...eso si contar que habían heredado su..."amor por las mujeres".