Ser del cielo, nínfula de grandes ojos, eres la tentación de la brisa. El mar quiere sentir como tus pensamientos se hunden en la tierra donde nada es verdad. Oh pequeña niña de suaves labios, de cabello hasta los hoyuelos de la espalda. Tus pequeñas manos me toman tiernamente, tu mirada profunda me aleja de la realidad. Dulce joven de piel tostada, pestañas de mariposa y sonrisa clara. Las estrellas envidian la belleza de la pequeña nínfula, del aroma que deja impregnado en la mente de su lector, a margaritas marchitas y a la inocencia de ser amado. Niña de risa caprichosa y mimada, déjales apreciar las pequeñas marcas en tu rostro al sonreír, déjales llorar en la desesperación de tu amor.