Capítulo 1: La caja

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Oscuridad, era lo único que en ese momento podía contemplar, el lugar en el que me encontraba era pequeño pero eso era lo de menos, hacía un estruendoso ruido y parecía subir a algún lugar. No sabía como había llegado hasta allí, ni siquiera sabía mi propio nombre, lo único que me tranquilizaba era que parecía haber más gente ahí, se oía la voz aguda de una chica pero aunque la conociese no podía reconocerla porque no veía nada.

Transcurridos unos minutos, mi acompañante de infierno seguía chillando hasta que un enorme ruido paró la caja y, por un pequeño hueco ya podíamos observar algún rallito de sol, así que yo giré la vista hacia donde estaba la chica y... la conocía, no sabía de que pero la conocía, y parecía que ella también pensaba lo mismo que yo. En los momentos en los que observé el lugar en el que nos encontrábamos vi que también había otra chica, también creía conocerla. La que estaba chillando tenía el cabello rubio, muy claro, el iris de sus ojos era gris, y su piel, como no, clara, parecía la hija del hombre de las nieves.

La otra chica tenía el pelo largo como yo, pero rizado, yo lo tenía liso, su iris era azul, todos nuestros ojos eran de los colores claros porque yo los tenía verdes. Intenté conversar con ellas:

-¿Cómo os llamáis?- cuidadosamente les pregunté Durante un instante pensaron y luego, una de ellas me respondió:

-No lo sé- esta me dijo

-Yo si lo sé, me llamo Bella- afirmó la chica del cabello claro -Yo tampoco lo sé, ¿Porqué?- les respondí y pregunté asustada

Pero no les dio tiempo a responder porque de repente varias voces parecían acercarse corriendo y de repente abrieron la puerta que se situaba encima de nuestras cabezas y uno de todos los chicos que allí habían, bajó a la que fue nuestra oscura prisión durante unos minutos, nos observó asombrado y dijo:

-¡Son chicas!-



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