Boda a mis 15 "BAM 15"

13-1: Esa es la cuestión.

—¡Annalisse, Annalisse!

Escuchaba mi nombre sin parar, sin embargo ignoraba este hecho, no porque estuviera durmiendo sino porque la voz detrás de la puerta no era nada bien recibida últimamente y mucho menos a estas horas de la mañana.

Al no obtener respuesta por mi parte, observé como el pomo de la puerta se movía e inmediatamente me oculté en las sábanas fingiendo dormir, aunque en realidad lo que menos he hecho es eso, desperté  a las cuatro de la madrugada y desde ese momento me he sentido muy inquieta, ni siquiera le presté atención a la revista de cotilleos sobre los famosos del momento.

—Hija, necesito que te levantes— pidió sacudiéndome.

—¿Por qué?

— Tenemos un día muy ocupado— me destapó por completo, dejándome ver algo de nerviosismo.

Incorporándome, pregunté de nuevo pero la contestación fue la misma.

— Ah, casi lo olvido, ponte un vestido.— dicho esto salió de mi habitación.

Ponerme o no un vestido ;  Esa es la cuestión.

No me apetece en nada tener una discusión ni bien empezar el día; aunque si él ya ha decidido el rumbo de mi vida, creo que por lo menos tengo el derecho de escoger que vestir.

—Te dije que usaras un vestido— me miró desaprobatoriamente por el retrovisor interno del auto.

—No lo recuerdo.

—Claro que lo recuerdas, sólo que no me has querido obedecer.

—Tengo frío— mentí cruzando mis brazos debajo del busto.

—Pues el escote de tu espalda no dice lo mismo.

La palabra Touché resonó en mi cabeza.

Planté mi mirada en el reflejo de la suya, hasta que arrugó  el ceño y encendió el auto, detuvo la marcha al cabo de quince minutos.

—¿Qué demonios?

—Cuida ese vocabulario Annie.

No pude articular nada más al bajar del auto y ver frente a frente la tienda a la que habíamos llegado, casi al instante una muchacha perfectamente maquillada salió a recibirnos,  indicó que nos estaban esperando.
Pero simplemente quedé leyendo fijamente el elegante letrero:

Dream of Love 

Vestidos de Novias.

—¿Qué crees que haces Annalisse? Todos nos han estado esperando — agarró mi brazo y me adentró hacia el  local.

— Buenos días Pequeña, me alegro de verte — Fui recibida efusivamente por Roger Mackenzie.

— Buenos...

— Roger mi amigo, disculpa el retraso, pero ya sabes como son las jovencitas de ahora.

— No sólo las jóvenes Mike, todas las damas son un caos al arreglarse.

— Quisiera saber que dices de las damas — Intervino una voz femenina a las espaldas de Roger y este sonrió  y permitió el paso a la dueña de la misma.

— Nada Querida, sólo le decía a Mike lo afortunado que soy al tenerte.

Sin perder la sonrisa sacudió el traje de Roger.