Boda a mis 15 "BAM 15"

15-2:Destino.

*Toc Toc*

—Es tu papá Annie—informó Mara abriendo la puerta.

— ¿Puedo entrar?

—ya estas adentro—murmuré, aunque al parecer me escuchó.

—Señoritas las demás ya están abajo, sólo faltan las tres.

—Cierto, enseguida nos vamos—la rubia se apresuró a llevarse a Leyla y Mara.

—Es un lindo día, hay sol, pero también corre una fresca brisa— aludía al acercarse al ventanal de la habitación.

— ¿Qué quieres?

—Ya es hora, debo llevarte al altar ¿lo olvidaste?

—No, no tengo tan mala memoria.

—Estas...estas preciosa hija.

—Gracias...creo— dije no muy convencida al ver una mueca.

—Bueno, mejor nos apresuramos— me acercó el ramo de flores y colocó mi mano en su brazo derecho, dirigiéndome a la planta baja.

—Annalisse, ¿puedo consultarte algo? — pidió al momento en que se detuvo frente a la puerta que daba al jardín.

— ¡Wao! Por fin tengo la dicha de merecer un poco de participación ¿Cómo negarme a eso? Adelante Mike.

—Deja el sarcasmo.

Al ser reñida, accedí a escucharlo.

— ¿En serio te gusta Nicolas? — solté su brazo y me giré para poder verle frente a frente.

—Eso a usted no le importa.

— ¿Puedes dejar de contestarme de manera grosera?

—Oh, sí discúlpeme, sólo que, el que me preguntes eso el día en que me voy a casar con su hermano, me parece ridículo, pero si te hace feliz discúlpame de nuevo

—¿Puedes responder y ya? — alzó la voz, ya que empezó a sonar la música anunciando a las damas de honor.

Aunque lo que dije a continuación, podrá sonar aún más ridículo; y no por que lo sea, sino por el tardío momento.

—Pues ¿sabes qué? Sí , sí quiero a Nicolas Mackenzie— le arroje el ramo— ¿Te digo algo más? No me voy a casar, así te pares de cabeza, me importa un reverendo pepinillo tu empresa y puedo decírselo a todos los invitados, sin pena alguna— respiré hondo.

Mike se agachó a recoger el ramo, y al hacerlo divisé un leve esbozo de sonrisa.

¡Fantástico! Ahora se reía de mí.

—No puedes salir sin esto— volvió a colocar el ramo en una de mis manos y la otra encima de su brazo mientras nos dirigía hacia el patio nuevamente.

— ¿Es que no me has entendido? No voy a casarme con Roberto.

—Aunque no lo parezca, te he entendido perfectamente— empujó la puerta que revelaba la ceremonia, con la atención de todos los presentes puesta en mí.

Pero a mi vista todo se desvaneció cuando caminaba en dirección al novio; alto y muy guapo en su esmoquin algo arrugado, sin poder pasar desapercibidos me fijé en unos preciosos ojos que se veían más claros expuestos al sol.

Antes que me diera cuenta, ya estaba en el altar, recibiendo un beso en la mejilla de Mike.

— ¿Qué es esto?

—Te dije que lo había entendido; A decir verdad me hicieron entender, tarde y en mal momento; Lo sé— puso un dedo en mis labios— Pero aquí estamos— estrechó la mano del novio, pasando a sentarse en el sitio correspondiente.