1."¿Qué hace una chica tan joven sola por estas calles?"

6.2K 230 25
                                    

"Melissa!:)

tnia q dcirte x donde sea que hoy quedamos en donde siempre x la tarde.Avisa a las otras lesvis! tk guapa:*"

Una vez escrito el mensaje con mi "oh tan perfecta ortografía" guardé el I phone al bolso con tanto cuidado que cualquiera diría que era una claymore. Pues era nuevo y... bueno, era la cosa más valiosa que poseía por dos motivos. El primero, por su precio, y el segundo porque era la primera cosa que mis padres me confiaban para responsabilizarme de ella. Nunca en mis diecisiete años de edad mis padres habían hecho nada parecido. Ni las llaves me habían confiado... Desde muy pequeña se metieron en la cabeza eso de que soy una patán y pues siempre lo han pensado así. A veces pienso que realmente hacen bien de dejar pocas cosas a mi cargo. Bueno, el caso es que después de escribir mi súper mensaje del cual dudo que haya alguna palabra bien escrita, y guardar mi tan preciado como nuevo móvil de nuevo al bolso, suspiré en un intento de soltar junto al aire la tensión acumulada. No tendría que ser legal hacer pasar tan mal a una pobre adolescente, y es que cuando pensé que mi vida no podía ir peor, el destino se supera. Bueno, intentando no pensar en el asunto traté de tirar hacia casa. Me esperaba un largo camino, pues me gusta café de una cafetería discreta y siempre voy allí, y está realmente muy lejos de casa... Pero todo sea por un buen café que consiga aclararme las ideas. O que por lo menos lo intente.

 Todo el día estuve esperando a que llegara la tarde para quedar con las chicas. Quería verlas y contarles toda esa movida, y también abrir la carta con ellas. No me gustaba andar sola, desde que vi a la televisión ese reportaje de "RED" tenía miedo de caminar por la calle sola. Salí cinco minutos antes de la hora, con un poco de prisas para que el ruido de mis tacones crearan un tipo de harmonía para que no sea todo silencio. Estaba todo oscuro, en esos tiempos de frío las noches te perseguían demasiado pronto, y una se sentía intimidada ante tanta soledad entre las calles de ese pueblo donde Red ya había hecho de las suyas y nada le impedía a volver a hacerlo. Dirán, la justicia. Pero nadie sabe que alma amargada se esconde tras la máscara del mismo color que su apodo. 

Con la carta en mano continuaba mi camino hacia la plaza. Esa carta me tenía muy intrigada, pues en ella estaba escrito mi futuro. ¿Podía ser que me cambiara de ciudad? Por dios, podía ser todo.En esos momentos donde era toda preocupación, un talonazo no correspondiente a los míos se oyó por detras. Mi sorpresa fue tanta que me quedé quieta en el medio del callejón oscuro. Tragué lentamente saliva y agarré mi bolso con más fuerza para prepararme por un posible robo. Cuando el tiempo transcurrido sin mover un mísero pelo era tanto que me hacía sentir ridícula, solté el aire que llevaba aguantando y empecé a mandar ordenes a mis piernas para avanzar. Sin embargo esa decisión a seguir duró poco cuando oí un zapato pisar fuerte, y al girarme pude ver que estaba pisando y re-pisando una colilla para apagarla. Algo me decía que devía empezar a correr y olvidarme de esto, pero no tenía valor para moverme. Se oyó una risa, como si el hombre que tenía a unos cuantos metros supiese que le tenía miedo y que tenía el control de la situación. Su sonrisa era lo que mejor podía destinguir en la oscuridad, era tan recta que de alguna manera conseguía amiedarme más deesa figura en la escuridad. No veía muy bien cómo era, de hecho solo podía distinguir de él que llevaba las manos en los bolsillos y que su cabeza estaba agachada. Era como si  estuviera avergonzado, normalmente cuando las personas agachaban la cabeza lo estaban. Pero la escena me hacía pensar que no era eso, más bien parecía que escondiera algo. Los pies de esa persona empezaron a avanzar hacia mí, cuando aún la suela de uno de los zapatos estaba ligeramente cubierta de ceniza por la punta. Los míos tan solo fueron capaces de hacer un cobarde movimiento antes de que me diera cuenta de que temblaban como un flan, y que si quería mantener mi culo a flote sería mejor quedarme quieta y rezar para que mis piernas me aguanten. Pude ver que la figura de mi delante era masculina, y que unos rizos adornaban su cabeza. El hombre poseía una planta intimidante, y vestía oscuro. Intenté abrir la boca para decirle que se apartara, pero los labios me fallaban, y al estar expuestos al aire frío que esta noche abanicaba la ciudad, empezaron a temblar al compás de todo mi cuerpo. Nunca antes había enido tanto miedo, no podía ni moverme. El hombre tenía el control y lo sabía. Me di la vuelta para no verle y respiré hondo pensando que lo que había pasado no era real, con la confianza de que me lo creyera y dejara de temblar.

-¿Qué hace una chica tan joven sola por estas calles?

Volví a soltar aire y a ignorar lo ocurrido. volvió a sonar una risa y yo en ese momento me sentí una tremenda idiota por no poder moverme. Cogí aire y intenté volver a andar otra vez. Mis piernas temblaban, pero me movía. Iba lenta y sabía que el rizado me seguía. De un segundo al otro, una mano me apartó el pelo del cuello y aspiró como si con eso pudiera consumirme. Empecé a sollozar y me odié por eso. El rizado me avanzó y con total naturalidad empezó a andar por delante mio. Mi peso sintió demasiado y mis piernas se doblaron, cuando mi peso cayó al suelo por si solo. La figura de ese hombre se difuminaba entre la niebla y la oscuridad de la noche, y yo seguía mirándolo. Mi cabeza no respondía a nada, y supe que me costaría levantarme del suelo esta vez. 

RED [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora