RED [Harry Styles]

16. "El Harry Juguetón"

Sentada en la barra que había en la cocina, parecida a la de un bar, con sus mismos taburetes, picaba con mi mano abierta el mármol, mientras el anillo de Harry sonaba. Me había contado muchas cosas, incluso demasiadas por tan poco tiempo, pero le faltó explicarme eso. ¿Qué es ese anillo? Después de esta completa confesión dudo que me diga eso, pues hubiera aprovechado para contármelo entonces, pero de momento me valía con esto. Estaba muy estresada... RED. ¿Cómo podría trabajar por él? ¿Y por qué coño me había secuestrado? RED no secuestra, asesina sin más. Me jodía no saber eso, pero pensé en todo lo que me dijo Harry antes. Me había explicado muchísimo, si ahora mismo escapase y le explicase todo eso a los policías sería mucho más fácil pillar al hombre que se esconde detrás de la máscara de ese color elegido estratégicamente. Sin embargo no podría hacer eso, pues mi corazón no me lo permitiría. Harry había confiado en mí, después de haberle insultado, llorado, y no comprendo porqué, pero así fue, y lo que más apreciaba es que confió en mí no por interés ni por nada parecido, solamente porque sí. 

Dejé caer mi peso sobre los brazos apollados en la barra, y me miré en el ligero reflejo del cristal que había sobre el mármol para protegerlo. Tenía mucho miedo. ¿Por qué me secuestró y no me mató directamente? ¿Porqué Harry decidió fugarse conmigo y no solo? ¿Por qué ese anillo resultaba tan importante para él? Habían muchas preguntas sin respuesta todavía. Sin embargo, conociendo los últimos "por un tiempo" de Harry, me daba a entender que tenía mucho tiempo para resolver mis dudas. Miraba a delante y tenía miedo de mi futuro. No sabía que me pasaría, ni sabía como terminaría todo esto. Quizás termine todo demasiado pronto, tanto, que ni me diera cuenta. Quizás todo terminara tarde, tanto, que nunca lo haría. Podrían pasar muchas cosas, aunque teníamos las de perder. Créanme, confiaba en Harry como no había confiado en nadie antes, aunque todavía vivía el trauma de no poder ver a mi família ni mis amigos. No podía vivir mi vida, no podría ir a la universidad a la que me habían aceptado, no podía hacer mi vida normal. No me gustaba la idea de que todo el trabajo para montar mi futuro estable se haya desmoronado, pero ahora que no podía hacer nada más que aceptarlo e intentar seguir, había que hacerlo; y a parte, contaba con la ayuda del rulado que, debido a su experiencia, conocía los secretos de esa compañía, y teníamos algo de posibilidades. Había que ser optimista, porque tenemos mucho que ganar y poco que perder. Esta nueva casa, más pequeña, era más acogedora. Debido a su espacio más reducido no me hacía sentir tan sola, y las paredes claras con figuras trivial de tonos oscuros la hacían parecer menos vieja del que se veía aparentemente por fuera. Harry apareció a mi lado, rodeando mi espalda con brazo izquierdo, mientras yo seguía sentada y el de pie. Se agachó y apartó mi melena rubia para dipositar un beso en la frente. Eso provocó en mi un gran peso de responsabilidad, me hizo pensar que, con ese beso, me daba a entender que todo iría bien, pero que teníamos que hacer grandes esfuerzos por ello, pero al mismo tiempo me dió a entender que estaba conmigo para eso y que podía contar con él. En la parte de atrás, esta nueva casa de solo dos pisos también contaba con una piscina, más pequeña pero para dos había de sobras. Harry me invitó a darnos un baño para relajarnos, ya que la tensión se reflejaba en mi rostro, y aunque intentase esconderlo, en el de él también. Me volvió a dar el bikini, y, como si se tratara de un cofre de recuerdos, al verlo sonreí por pensar en cuando Harry me lo dió. Habían momentos con él que simplemente me encantaban; me hacía sentir que, aunque no pude elegir, él había sido la decisión correcta. Y a pesar de los malos momentos, tenía que entender que él ha hecho mucho por mi, y se ha esforzado para que yo no me sienta incómoda, y hay que agradecérselo. 

          -¿Quieres que te ponga crema?-No esperó a escuchar mi respuesta.-Si quieres tendrás que pedirmelo, y darme algo a cambio.-Sonrió.

          Volvía el Harry juguetón.-¿Qué quieres a cambio?.-Pregunté, con voz melosa, metiéndome por completo en su juego. Sonreí. Sencillamente era gracioso.