5. "Comenzamos mal"

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          -Por favor, no me hagas daño.-Grité, con la esperanza de que podía oírme.

          -Oh, no. No tengas miedo.-Dijo la voz a través del altavoz.-Vas a pasar un tiempo aquí, yo que tu me acostumbraba.

          Respiré hondo y solté el aire, mareada. No me creía lo que estaba escuchando. No quería creerlo. Simplemente no podía pasar más tiempo aquí, y en esos momentos solo podía pensar en que fuí una estupida al no leer la maldita carta que ya había llegado hacía unos días, pero no había tenido los ovarios suficientes para leer, para ver mi futuro, a donde mi vida me llevaba. Simplemente tuve miedo y ahora me arrepiento. 

           Miré al espejo y me ví débil. Me pregunté si el hombre que había al detrás me veía igual.  

          En el espejo había una puerta, en la esquina que quedaba al fondo desde mi posición. No me había percatado de ella hasta que el cerrojo sonó y interpreté que alguien estaba a punto de entrar. Fuese quien fuese el que estaba a punto de entrar, le tenía miedo. Y por si a caso me escondí tras el lateral de la cama, por lo que tenía de frente a la puerta pero estaba protegida, de algún modo.

          La puerta se abrió y por instinto agaché la cabeza para esconderme del todo.

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Punto de vista de Harry.

          Entré a la habitación y a pesar de que no la veía, sabía que estaba escondida tras la cama. A ver, no soy gilipollas, la he visto antes de entrar. ¿Qué piensa que le voy a hacer?  Quizás piensa que llevo un arma y la pienso matar... por eso se esconde. ¿O puede que tenga miedo de mi? Seguramente. Tuve que haber hecho las cosas de otra forma... de todos modos a lo hecho, pecho. En cierto modo esta situación tenía su punto de gracia. Yo no iba a hacerle nada de momento. 

          -Eh, Lucy.-La llamé, brusco.-

          Más que nada la llamé así para que se asustara y ver su cara. Con precaución sacó su cabeza hasta que pude ver perfectamente sus ojos. Sin embargo no pude ver nada más, porque no lo destapó. Se aguantó con ambas manos a la cama y me miró con súplica. 

          -Toma.-Y le extendí la mano con la carta.-

          Realmente no sabía de donde salía esta carta, pero estaba en su habitación y pensé que a lo mejor sería importante para ella. Ella quedo perpleja y me miró. Yo insistí, no pensaba tirarle la carta como si fuera la comida de un perro. Se alzó lentamente y se acercó. "Que no muerdo, coño", pensé. No le quería decir, la pobre ya estaba lo bastante asustada para que hablase más. Encima no hacía falta.

          Ella sostuvo el otro extremo de la carta opuesto al que yo sostenía y ejerció un poco de fuerza por quedarse con ella, pero antes que hiciese eso, aparté un poco la carta para llevarla hasta mí y que no pudiese quedársela aún, cosa que hizo que su vista se levantara a mis ojos y yo la miré directamente a los suyos durante unos segundos también. Escondí la carta tras mi espalda sin apartar la mirada de ella, y ella tampoco la apartaba. Supuse que sería un momento raro para ella, pero bueno no tenía porque. Principalmente porque estábamos a unos metros de distancia considerables, y bueno yo no me pondría nervioso en su lugar. No voy a hacerle nada, ¿tanto imponía? Bueno supongo que devería entenderla. No debe gustar mucho que un chico te rapte y te encierre en una habitación. Normalmente no me tomaba la molestia de hacer de la habitación de las chicas sea una réplica de las suyas, pero quise ver cuánto tardaba en descubrir que no era su habitación. Llamadme raro, pero ha sido solo por pura curiosidad. 

          -Primero una cosa.-Dije para darle sentido a mi acto.-Bueno, dos.

          Esperé para una respuesta, pero sinceramente no se porque. Sabía perfectamente que no iba a contestar, lo ví en sus ojos. Realmente me tenía miedo. Igualmente proseguí.

          -Te doy la carta-y volví a extender mi mano con ella. Lucy fué a cogerla pero la volví a alejar de ella para atrás de nuevo.-pero antes tienes que decirme que es.

          -¿vas a tenerme aquí por mucho tiempo?-Preguntó ella, de sopetón, sorprendiéndome. Mi cara no le importó mostrarlo-

          -Que pone en la carta.-Dije, intentando imponer con la voz.-

          -¿Me vas a tener aquí por mucho tiempo?.-Repitió. Y no supe si lo intentó, pero consiguió imponerme un poco.-

          Sus ojos se achinaron un poco al decirlo y su mirada se profundizó. La seguí mirando para intimidarla, pero al final me rendí ante ella. No tenía sentido esta mierda discusión, ni que fueramos dos casados.

          -Si.-Le contesté, sincero.-

          No me gustaba andar con rodeos, siempre era directo. ¿para que? Si solo sirven para crear una ilusión a alguien, o pintarlo de esperanza y luego soltar el chasco. Paso. 

          Vi que en sus ojos se creaba una nube de lágrimas a sus pies, y cómo uno de ellos se rompía y resbalaba por su mejilla una gota. No me sentí mal, y cada vez que veía llorar a alguna de las chicas me recordaba que fui hecho para este trabajo. Una persona con corazón no sería capaz de hacer esto. De un momento a otro me soprendió y me arrebató la carta de las manos y yo solo la miraba atento. Devido a su movimiento repentino y por el movimiento, la otra nube de su otro ojo se resvaló por su mejilla, y mientras me miraba directamente a los ojos, con una mirada profunda y llena de ira, rompió la carta a trocitos. Quedé sorprendido y ligeramente ofendido. Había hecho el esfuerzo de cogerle la carta por si a caso la necesitaba, y ahora que se la iba a dar va y me la arrebata para romperla. ¿Dónde está el sentido? Me enfadé. 

          -No te he dicho la segunda cosa, lista.-Alcé la voz y a ella se le borró la chulería de la cara para dar un paso atrás. Yo lo di adelante.-No tengo la intención de hacerte daño, pero yo que tu me quitaría esta chaqueta de prepotente de encima porque no vas por bien pie, guapa. -La amenacé con el dedo y ella dió otro paso atrás. Yo otro hacia delante, hasta que ella se chocó contra el lateral de la cama. 

          Me acerqué a ella hasta quedar cara a cara, un poco más cerca. Me tenía que agachar para poder mirarla a los ojos directamente. Bajé el dedo y tansolo me paré a observar el gris en sus ojos. Definitivamente tenía miedo de mi. Eso me cabreó. No tuve que haberlo hecho así. Ya la había cagado, y eso que era tan solo el principio.

RED [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora