2."El Terror"

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          — No tía, ¿cómo quieres que le pregunte quien era? No podía ni hablar, joder...Que no... No, Melissa, a ti te hubiera pasado lo mismo, todo dios se quedaría bloqueado... Ay, por favor, deja eso... Vale, ven ahora en mi casa y hablamos. No, no quiero quedar por la noche, sería de gilipollas. Yo por esa calle no vuelvo a pasar... Venga, adiós.

Mely no paraba de decirme que tuve que haber hecho de heroína y plantarle cara, sin embargo ella no tiene ni idea lo intimidante que era ese hombre. Su anchura de hombros, su gran planta y sobretodo su voz grave. De hecho, después de lo ocurrido ayer noche, me quedé sentada en un portal cerca de ahí y cuando recuperé fuerzas ya no valía la pena ir a mi citación porque ya pasaban más de diez minutos. Así que me volví para casa y empecé a disculparme con mis amigas y a explicarles el motivo de mi ausencia.

Ahora vendría Mely para hablar un poco de Louis, pero las dos sabemos que terminaremos hablando de ese hombre misterioso. Hubiera preferido que estuvieran todas las integrantes de nuestra "orgía lesbiónica", sin embargo no estaba yo como para recibir a cuatro revolucionarias chicas, con las que la frase de "Hablar de cosas serias y formales" nos suena a chino.

Por otra parte también está que no me gusta hablar de Louis delante de Jakelyn, porque ella está plenamente enamorada de él, sin embargo Louis se dedica a pasar de ella y centrar su vida en mí cuando sabe de sobras que no va a conseguir nada. Así que por ahora no podía contar con Jake, le sabría demasiado mal y con su carácter tan suyo la veo capaz de armar una de gorda sin ningún problema. La he visto actuar por cosas peores.

Por otro lado está Recca, que sencillamente no es capaz de hablar de chicos monos sin exigir "Tíratelo". Si fuese una marioneta, y las manos de ella fueran las que me dominasen, soy perfectamente consciente que sería la chica con la vagina más hecha polvo del mundo. Ella no se enamoraba nunca, ella solamente veía los chicos como juguetes, que una vez usados no les hace caso. Símplemente no les vuelve a encontrar la gracia. No puede entender que la gente normal tiene sentimientos, y que la gente normal usa el celebro antes de cometer errores de los cuales se puedan arrepentir.

Y bueno, luego está Maia, que es todo lo contrario. Ella vive en su nube rosa del amor junto a cupido mientras le ayuda a afilar las flechas. Ella era la romanticona, la que se enamoraba "para siempre" del primer chico que se encontraba en la parada del bus. O de esos que te encuentras por la calle que son dignos de dedicarles un repaso de arriba a bajo para recordarlos y poder describirlos luego en frente de tus amigas. Bueno, en resumen, que la chica sufría una tremenda enfermedad llamada "Enamoramiento Precoz". 

Así que la única con la que podía contar para cosas así era Mely, y ahora mismo ya me estaba arrepintiendo de habérselo contado. Ella no entiende lo mal que lo pasé, esos momentos que a penas respiraba. Ella no entiende que de alguna manera, ese hombre me intimidaba. Ojalá nunca vuelva a encontrarme en esa situación, ni con esa persona.

Mientras esperaba la llegada de Melissa ojeé mi movil. Tenía dos mensajes de números desconocidos, y eso se estaba haciendo comun últimamente. Pues como dije, el movil era nuevo, y todos los contactos de mi anterior movil no se me guardaron, y ahora todavía estoy recibiendo el número de gente. El primero decía:

"Hola pequeña, soy Leona".

Oh dios, Leona. Hacía siglos que no sabía de ella, así que la añadí a contactos y me fuí directa al Wats App. Ni fumada voy yo y pago para contestarle un mierda mensaje de estos, para eso existe esa maldita aplicación. Cuando lo abrí, fuí a buscarla en las listas, pero vi un mensaje de otro numero desconocido y como era más fácil responder antes a este, lo abrí. Sin embargo no me encontre lo que esperaba, no encontre un mensaje tipo el de Leona. Encontré algo que me puso los pelos de punta. 

"¿Qué hacía una chica tan joven sola por esas calles?"

En ese momento mi labio y sus costumbres de temblar cuando tengo miedo volvieron al ataque, y esta vez no me importó que lo hiciera. Esta vez no estaba él para ser consciente de que le tengo miedo. Esta vez no puede hacerme nada. 

O si, porque yo no recuerdo haberle dado mi número y parece que no le costó mucho conseguirlo. Por lo visto me acabo de ganar a un acosador, y tengo miedo. Tanto que no se me ocurre otra cosa que ignorar el mensaje y guardar a ese hombre en contactos. Tenía en mente el nombre perfecto.

"El Terror".

Y luego, con las manos temblorosas, pensando en si responder o ignorar el mensaje sonó el timbre de la casa, y inexplicablemente mis lagrimas brotaron de mis ojos sin intención de parar. 

Tendría que recibir a Mely y explicarle lo del teléfono.

RED [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora