Amor Opuesto 2 (OkiKagu) [Gintama]

Capítulo 2

Capítulo 2

- ¡Y yo te digo que no le dispararas a mi padre con esa bazuca! - Se quejó mientras me seguía el paso al lado de ese enrome perro, seguida por el de permanente quién solo veía toda la conversación y murmura algo incomprensible.

- Es un Yato ¿No? Lo soportará, solo planeo dejarlo inconsciente uno o dos días, lo suficiente para que nosotros dos vayamos a unas acarameladas luna de miel. - Contesté mientras sostenía mejo la enorme cosa en mi hombro.

Habíamos salido casi de inmediato de la Yorozuya, y había conseguido que Kagura me dijera donde estaba su padre, aunque según ella solo vio un reporte en la tele de la tienda que mostraba como su padre se había bajado de la nave y con un aura bastante oscura dijo que le traigan a Okita Sougo inmediatamente o causaría algunos destrozos en todo el aeropuerto de naves, como la gente lo reconocía como el gran cazador de mounstros no dudaron en hacer lo que decía.

- Luna de miel, luna de miel, te estás buscando un gran golpe sádico de pacotilla. ¿Acaso ya te sientes un poco soberbio porque medio conseguiste mi aprobación? - Detrás nuestro también había un aura oscura viniendo del Jefe de la Yorosuya que murmuraba cosas sin sentido alguno, por lo menos para mí era así.

- Si haces eso probablemente papa nunca te aprobara, el me conto que tuvo que luchar con el padre de mama para conseguir su aprobación, así lo hacen la mayoría de los Yato, la fuerza es una muestra de poder, y confianza en que nada le pasará a su hija si es cuidada por alguien más fuerte que él mismo. - Explicó Kagura.

- ¿Entonces de alguna forma quieres que le pida tu mano? Que ternura, yo también te amo caramelito de miel. - Sonreí, nos estábamos acercando cada vez más y también vi como el jefe se tensaba y empezaban a salir demonios de su espalda y como Kagura se sonrojaba completamente. - Por eso lo derrotaré con esta bazuca, es un arma justa ¿No? Después de todo es algo injusto que yo luche sin nada sabiendo que tu padre es el cazador de mounstros más conocido de toda la galaxia.

- Caramelito de miel, caramelito de miel, caramelito de miel...- El de permanente lo seguía repitiendo volviéndose cada vez más tenebroso con cada palabra, además que tuve que ignorar a los demonios que se me estaban acercando.

-....bueno...quizás...no se...- Era todo un espectáculo ver a la ruda de Kagura tartamudear sin saber realmente que debía decir. Aunque no duro mucho antes de que me mirara furiosa y me empujará con tal fuerza que si no hubiera estado preparado para esa clase de reacción seguramente hubiera traspasado bastantes casas. - ¡Eres un idiota Okita! - Miro hacía otra lado mientras podía notar la sonrisa del jefe.

-....Solo fui sincero mi chocolate derretido. - Sonreí y esquive su golpe antes de que llegará a tocarme. - De cualquier forma...ya llegamos. - Estábamos justo delante del edificio del aeropuerto que había sido evacuado y rodeado por las tropas del Shinsengumi con algunas patrullas, y una cinta de prohibido el paso por todo el lugar- Esto sí que es un caos.

- ¡Sougo! - La fastidiosa voz de Hijikata me hizo darme vuelta para verlo a él ya Kondou acercándose corriendo. - ¡¿Dónde diablos estabas?! Te he estado llamando desde que ese psicópata di ese maldito mensaje de que te quería ver.

- Estaba haciendo cosas que todavía no eres lo suficiente mente grande para escuchar con mi querida fumi fumi. - Comenté sintiendo como unas manos invisibles trataban de ahorcarme mientras el demonio blanco comenzaba a reír como un loco...creo que mis bromas habían pasado un poco los límites. - Creo que ahora no es el momento de estar lanzando maldiciones tono...- Pude sentir otro golpe de una muy colorada Kagura justo en mi hombro...a ese paso iba a morir pronto.

- ¡Eres un estúpido! ¡Deja de decir esa clase de cosas Okita! - Se quejó avergonzada mientras seguramente pensaba en que quería ser tragada por la tierra ya que estaba recibiendo mirandas de todas partes.