CAPITULO 3

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Aun cuando estaba soñolienta dándome una ducha para ir a la Universidad la única cosa en la que podía pensar era en el giro de 360° que mi vida había dado. Si alguien me hubiera dicho hace días que Jack y yo tendríamos algo, que algún día él se fijaría en mí, probablemente habría reído y hasta llorado por la broma. Pero hoy, recordando lo que había sido del día de ayer, la forma en que nuestras manos se juntaban perfectamente y como nuestros labios concordaban, como me sentí en la gloria... hoy, simplemente puedo sonreír y es lo que hago mientras termino de arreglarme.


No podía evitar pensar que pasaría hoy, si Jack sería tierno y dulce conmigo en la Universidad o si solo me trataría distante, sobretodo, cómo nos mirarían los demás... Sentí miedo.

Jack era de un mundo distinto al mío. Él era el popular. Yo la chica que pasa desapercibida. Su tipo de chicas siempre son plásticas... yo no lo soy.

Sacudí la cabeza evitando pensar en esas cosas tontas y bajé corriendo las escaleras.

-Hola mami- besé su mejilla.

-¿Cómo amaneciste amor?

-Bien- Sonreí.

-Y... ¿nada nuevo que contarme? –Me miró curiosa con una sonrisa en los labios.

-¿Yo? No nada –Me hice la loca.

- ¿Ah no? Entonces dejemos que nos lo explique el guapo que viene caminando hacia la puerta ahora mismo- Dijo mirando por la ventana. Me alerté, sentí el corazón saltar y encogerse cuando el timbre sonó.

-No digas nada mamá- Le pedí y fui a abrir la puerta.

Respira.... respira. Lentamente la abrí.

-Hola- Sonreí. ¿Hola? ¿Solo eso? Aunque... ¿Qué más podría decir?

-Hola- respondió él de vuelta con una sonrisa en los labios. -¿Lista?

-Sí... deja y busco mis cosas ¿sí?

-Dale.

Subí corriendo las escaleras a mi habitación, tomé mi bolso de la cama, me di una última mirada al espejo y bajé para encontrarme a mi mamá hablando con él.

-Mamá ¿Qué haces?

-Nada hija, hablando con él ¿no puedo?

-¿No?

-Así que tú eres el chico de ayer ¿no?

-Sí señora – Oh tierra trágame.

-Oh no me llames señora, no soy tan vieja – Le picó el ojo – llámame Claire.

-Claro- sonrío.

-Jack ¿cierto?

-Sí

-Mamá... por si no sabes vamos un poco tarde ya.

-Oh ¿no vas a desayunar?

-No y ¿tú no tienes que trabajar?

-Oh cierto... pero ¿Cómo te vas a ir sin desayunar?

-Mamá- estaba punto de volverme loca.

-Seño... Claire, yo me encargo de que coma algo en la escuela por eso no se preocupe.

-Claro, gracias Jack.

-Sí, sí como sea, chao- Empujé a Jack fuera y cerré la puerta tras de mí.

-Me cae bien tu mamá.-Rió cuando hice una mueca en la cara. –Oye está bien, los padres hacen eso.

-¿Los tuyos lo hacen?

-Eso lo confirmarás cuando conozcas a mi madre. -Sonrío y me abrió la puerta del auto. Sólo pude sonreír y entrar al auto. Jack lo rodeó y entró.

-Estás hermosa, Punzie - y me sonrojé.

-Gracias, tu también- él se rió.- ¿Qué?

-Nada.- respondió.

-¿Por qué te ríes?

-No me estoy riendo ahora.

-Pero te reíste. – el sonrío.

-Me parece muy lindo que te sonrojes. – Admitió.

-Es tonto.

-No, no lo es. Te hace real.- Y esta vez sonreí.

-Gracias, creo.

-Hace mucho que no estaba con alguien de verdad –confesó y después de intercambiar miradas risueñas nos sumimos en un silencio cómodo.

Miraba por la ventana y no los pensamientos tontos volvieron a mi cabeza... ¿Cómo iba a ser todo? ¿Qué dirían los demás? ¿Qué pensarían? Yo sé que no me debería preocupar por ello pero es que... simplemente es algo que no se puede evitar. No ahora.

-¿En qué piensas? –La voz de Jack me apartó de mis pensamientos y me volví a mirarlo.

-Oh... en nada- Respondí

-Vamos Punzie puedes decirme.

-Yo... es tonto.

-No, no lo es.

-Sí lo es, Jack.

-Pero para mí lo que pienses no es tonto Blondie. Así que no lo digas.

-Oh...

-Dime.- Me lo pidió. Parqueando en un espacio libre.

-Estaba pensando en... ¿Qué se supone que somos? –Solté la pregunta al salir del auto y Jack no sé si escuchó.

Caminamos para entrar a la escuela, yo iba delante de Jack, me sentía extraña, sin la respuesta de Jack no me sentía segura. Pero mis nervios se diluyeron cuando sentí la mano de Jack tomar la mía. Sonreí. Ambos sonreímos.

Y tal como había previsto, todos nos miraban extrañados, cuchicheaban entre ellos y solo se oían murmullos. Llegué a mi casillero.

-Bueno... -empecé a decir.

-Te espero.- Dijo determinado.

-Ok... -Me solté del agarre de su mano y saqué los libros que necesitaba para la clase que me tocaba.

-Ven, yo lo llevo

-Jack... no es...-

-Si lo es- Cerré el casillero y me tragué el suspiro. Y cuando menos me lo esperaba, Jack me acercó a él y me besó moviendo los labios en un beso fuerte pero dulce y se alejó lentamente para verme a los ojos. Mis piernas temblaron y creí que no me sostendría. Jack volvió a besar mis labios esta vez más tierno y alejándose una vez más tomó los libros de mis brazos.

No sabía qué decir, miré a un lado y Merida estaba con Hiccup mirándonos boca abiertos igual que el resto de las personas que estaban alrededor, creo que hasta fotos tomaron, y unos mandaban mensajes de texto mirándonos sin disimulo alguno.

-Bueno... creo que seré la nueva sensación- Torcí la boca y Jack rió.

-No te tiene que importar lo que piensen los demás –Acarició mi mejilla y acercó sus labios a mi oído –Y espero que con eso quede claro que eres mía- Susurró y una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Tomo mi mano y empezamos a caminar.


-Yo no soy de nadie –Susurré para que solo escuchara él.

-Sí lo eres- A Jack le parecía divertida la situación puesto que su tonta sonrisa burlona estaba en sus labios todo el tiempo.

-No Jack, no lo soy.- Torció los ojos y abrió su casillero sacando sus libros y no sé como rayos se las arregló para llevar sus libros y los míos sin siquiera caérseles y de paso llevarme de la mano.

- Blondie no voy a discutir eso contigo.

-Jack es que...

-¡Jack!- y en ese instante llegaron sus amigos.

-Hey- y no me soltó de la mano, solo les sonrío y ellos a él.

-Hay práctica de futbol esta tarde – dijo Flynn mirando nuestras manos juntas.

-Tienes que asistir ya se acercan los partidos pronto Jack- esta vez fue otro de los gigantones el que habló.

-Está bien, asistiré.

-Las porristas... Dios como extrañé esto. Jack tendremos un banquete de chicas castañas y rubias apoyándonos. –Jack rió y no pude evitar querer pegarle a Flynn, dejarlo sin pelo y luego sacarle los ojos.

-Lo siento Flynn, pero no te acompañaré en eso- dijo Jack, yo lo miré sorprendida.

-¿Por qué?

-Porque yo solo quiero ver a alguien –Respondió Jack mirándome y me volví a sonrojar.

-¿En serio? – preguntó uno.

-¿Tan rápido?- preguntó otro.

-O sea que...- empezó a decir Flynn pero se vio interrumpido por Jack.

-Después Flynn, ahora nos tenemos que ir. Por cierto ¿y Peter?

-No ha llegado.

-Bien- y con una movida de cabeza de Jack nos alejamos.

¿Cómo me sentí? Extraña. Incomoda. Fuera de lugar. Intenté no suspirar y lo logré.

-Punzie -Dijo Jack.

-¿Si? –y me beso.

-Creo que se te está haciendo costumbre esto ¿eh?- bromeé un poco al separarnos.

-¿No te gusta?- Mordió mi labio inferior.

-Me encanta- y me volvió a besar ahí fuera del salón.

Lo que fue del día, las demás horas Jack se sentaba en las clases que estaba conmigo a mi lado y en las que no Hiccup me bombardeaba de preguntas que respondía y simplemente él quería más. La última clase Hiccup y yo íbamos caminando después de dejar todo en nuestros casilleros cuando Merida apareció y se plantó en frente de mí.


-No te vas de aquí hasta que respondas cada una de mis preguntas y me des todos los detalles. -Reí.

-Te diré lo mismo que a Hiccup, pasó porque pasó, esas cosas pasan.- ella alzó la ceja – Ok, ok... ayer salimos juntos y pues pasó porque pasó.

- ¿En serio? Rap te hubieras dado a pelear, tu sabes eso de hacerte la difícil e ignorarlo y

-No creo que me sigas agradando si le dices eso a mi novia Merida- Merida dio un respingo cuando sintió a Jack aparecer tras ella. Hiccup y yo reímos.

-Oh... lo siento y... ¡CUÑADO! Sabes que soy tu cuñada ¿Cierto? Rapunzel Y yo hemos sido amigas desde hace mucho tiempo y la considero como mi hermana así que yo soy tu cuñada y tu mi cuñado.

-Claro... cuñada- Hiccup y reíamos nada más.

-Bueno, bueno... ¿Hiccup no teníamos algo que hacer ahora?

-¿No?

-¡Sí!- lo cogió de la manga del brazo y se lo llevó a rastras.

-Entonces... ¿vienes conmigo?

-¿A dónde?

-Hoy tengo entrenamiento.- Hice una mueca. En realidad no, estar sola y con las plásticas ahí es una imagen que no quiero ahora.

-No lo creo Jack.

-¿Por qué no?- pregunto confuso.

-No quiero Jack. –Fui sincera.

-Punzie, no vas a estar sola.

-¿Quién dijo que...?

-Te conozco... bueno lo suficiente y sé que es por eso. Ven aquí - me metí en sus brazos que me abrazaron por la cintura. –Eres hermosa, como por dentro como por fuera y no dejaré que te alguien se meta contigo.

-Pero... y si tu vas a estar entrenando ¿Cómo vas hacer?

-Pues tú me dices.

-No creo Jack.

-Sí, sí creo, monta tus pies en mis pies Blondie.

-¿Qué?

-Solo hazlo- lo hice y Jack comenzó a caminar conmigo de esa manera.

-Jack estás loco.

-¿Qué? Así te puedo besar y caminar y verte y caminar- sonrío. Yo rodeé su cuello con mis brazos y lo besé.

Íbamos riendo los dos, yo entre sus brazos con mis pies en sus pies y su besos robados que ni siquiera me di cuenta cuando llegamos al campo de futbol. (AMERICANO)

-Frost llegas tarde- le regañó el entrenador.

-Lo siento entrenador –Pero con eso tampoco me soltaba. Eché un vistazo y las porristas me miraban con cara de asesinas a sueldo barato.

-Jack Frost si no te mueves ahora para ir a la cancha te juro que

-Tranquilo entrenador. Ya vengo Punzie- me dio un pico en los labios y se alejó. Punzie... adoro cuando el me dice asi... Sonreía como una idiota. Él era maravilloso, hermoso, divino, y me sentía afortunada porque se haya fijado en mí.

Me senté en las bancas un rato mientras pensaba en lo lindo que ha sido, cuando me escribía te quiero en los cuadernos o en los libros y cuando entrelazaba nuestras manos debajo de la mesa y que estaba pendiente de mí. Y además de que se veía terriblemente sexy en este momento ejercitando con la camisa sudada y esos pantalones cortos que... HAY DIOS le marcaban el trasero perfectamente. No, Rapunzel, aleja esos pensamientos lejos de tu mente pero es que mira esos brazos y esas piernas y... Oh me está mirando sonríe.


-Así que... Jack y tú. –Se acercó Tooth, la abeja reina. Interrumpiendo mis sucios pensamientos – No creas que te va a durar mucho Corona, él se va con muchas y tú no eres su tipo.

-¿Y se supone que su tipo eres tú?- pregunté sarcástica.

-¿Por qué no?

-Bueno no habría un no pero las chicas como tú solo las coge para pasar el rato algo de una noche, no les da promesas...

-¿Y cómo sabes que no eres esa chica? No seas ilusa Rapunzel eres una mosquita muerta, Jack nunca te va a coger en serio, tu no le vas a ser suficiente, mírate nada más, solo eres una cerebrito que...-

-Es mucho mejor que tú- miré sorprendida a Jack que llegaba a mi lado y me envolvía en sus brazos. – Al menos tiene cerebro.

-¿Perdón?

-Sí, como escuchaste, al menos tiene cerebro y no es una estúpida que va creyendo que las apariencias lo son todo, ahora vete por donde viniste Tooth.

-Eres un imbécil Jack.

-Al igual que tú.- y con un grito inconforme se alejó.

-Jack...- me volteó de manera que lo miraba a los ojos.

-Te dije que no dejaría que alguien te hiciera daño.

-No te iba a decir eso- envolví su cuello en mis brazos.

-¿Ah no?- pegó nuestras frentes.

-No- susurré sobre sus labios.

-¿Qué pensabas decirme? – susurró de vuelta.

-Que estás sudado.

-Oh lo siento- intentó soltarme pero no lo dejé.

-Ya es muy tarde- besé sus labios y él me devolvió el beso rápidamente.

-¡Frost! ¡Vuelve aquí!

-Creo que te tienes que ir- reí y el volvió a tomar mis labios dulcemente.

-Sí – río tímidamente- cuando vi a Tooth hablando contigo me imagine la peste que te estaba diciendo así que me escapé un ratito.

-¡Frost!

-¡Enseguida! Ya vuelvo princesa- besó cortamente los labios y se fue corriendo.

Sonreí. Él es tan tierno y hasta me llama princesa.... Un momento ¡me llamó princesa! Aguanté las ganas de comenzar a brincar y gritar como una niña pequeña cuando le regalan su juguete favorito en navidad. Me lo quedé observando con una sonrisa en mis labios y entonces, lo sentí y era definitivo, me enamoré de Jack y eso me dejaba vulnerable en sus brazos porque no podría luchar contra él. Empecé a sentir miedo pero desapareció cuando Jack me sonrío desde la cancha y con unas palabras del entrenador al equipo regresó a mí.

-¿Qué tal te pareció? – preguntó rodeándome con sus brazos.

-Creo que Peter tiene un cuerpazo, está bueno- moví las cejas con una sonrisa.

-Ah pero Peter- me pegó a su cuerpo.

-Sí, míralo nada más- lo miré – tiene unas piernas bonitas... y esos brazos.

-Recuérdame no traerte otra vez- gruñó Jack soltándome y yéndose a cambiar.

-Jack...- Le salté en la espalda y le di un beso en la mejilla. – A ver Mr. Celoso estaba bromeando. – Se dio media vuelta quedando frente a mí y rodeé su cuello con mis brazos.

-¿Ah sí?

-Sí- sonreí y alcancé sus labios empinándome un poco.

-Dilo- dijo con una sonrisa pícara en sus labios.

-¿Qué diga qué?

-Que estoy más bueno que Peter.

-¡Jack! – le pegué suave en los brazos e intenté alejarme de él pero solo logré que me atrajera más a sus brazos.

-Solo dilo Blondie- Su sonrisa era cada vez más grande y mis mejillas sonrojadas también.

-No- susurré evitando mirarlo a los ojos. Y entonces escuché a Jack reír, me soltó y siguió riendo, hasta se tiró en las bancas a reír.

-¿Qué es tan gracioso?- lo mire seria.

Sin respuesta. Solo risas.

-Ok- y enfadada salí de ahí para irme a casa.

-¡Punzie, espera!- lo ignoré y seguí caminando. - ¡Rapunzel!- Seguí caminando y sentí a Jack abrazarme por detrás.

-Jack déjame.- intenté soltarme.

-No ¿Por qué?

-¿Por qué será?

-Ok, lo siento. Es que...- me volteó para que lo mirara – necesitas clases serias.

-¿Clases? ¿Serias?- lo miré confundida.

-Sí, no puedes decirme algo bonito Blondie- Sonrío y yo aparté la mirada avergonzada –No, no, mírame. –Y eso hice – Mírame a los ojos y dime algo sin que la apartes – aparté la mirada –¿ves? No puedes. –Reí un poco y lo volví a mirar.

-y ¿En qué consisten esas clases?- Pregunté divertida

-Me tendrás que decir que te gusta de mí a los ojos sin avergonzarte.

-¿y yo qué gano a cambio?- abracé su cuello.

-Todo lo que quieras –Y con una respuesta en doble sentido me atrajo a sus labios.

-Jack... ve a cambiarte.

-Oh lo siento- se disculpó y con un corto beso se fue a cambiar mientras yo me quedé esperándolo en los pasillos.

Mi celular empezó a sonar.

-¿Sí?

-¿Rapunzel?

-Sí mamá ¿quién más?

-Oh cierto amor –rió un poco y sonreí, yo amaba mucho a mi mami – Amor mira te llamo para decirte si quieres venirte conmigo de viaje.

-¿De viaje? ¿A dónde?

-Me voy por una semana a visitar a tus abuelos.

-¿Los abuelos?

-Sí, mi mamá anda un poco malita de salud así que iré ¿quieres ir?

-Emm... esta vez no má.

-Bueno, bueno y cuidadito con Jack... sexo con protección Rapunzel.

-¡Mamá! –La escuché reír.

-Bueno te dejo, pero ya sabes, no quiero tener nietos aun.

-Mamá...

-Ok, ok... cuídate amor y por cierto tu papá tiene un seminario y no regresa en una semana así que ten mucho más cuidado que estés sola en casa no quiere decir que...

-¡Mamá! No pienso hacer nada con Jack- Prácticamente grité.

-¿No vas hacer qué conmigo?- Y al dar media vuelta Jack me miraba con una sonrisa en sus labios. Y mi mamá riéndose a morir en la línea del celular.

-Que te vaya bien mamá –Y colgué.

-¿No vas a hacer qué conmigo?

-Nada Jack.

-Oye...- me abrazó por la espalda –No te enojes – me di media vuelta y beso mis labios.

-Está bien... ¿podemos irnos ya?

-Dale – tomó mi mano y caminamos.


¿Cómo llegué a esto? Me pregunté observando el paisaje por la ventana del auto mientras Jack conducía vuelta a casa. Sonreí y entonces sentí como Jack tomaba mi mano, lo miré y con una sonrisa en sus labios volvió a mirar a la carretera sin dejar de tomar mi mano. Sentí el impulso... me levanté un poco del asiento y le besé la mejilla. Jack rió despacio, aminoró la marcha y en un rápido movimiento me besó de vuelta. Volví a mirar el camino y vi como llegábamos a casa pero sonreí cuando Jack se detuvo en su casa, se bajo del auto y luego me ayudó a bajar a mí.

-Vamos que te acompaño a casa- Como costumbre tomó mi mano.

-Estoy en casa – Grité.

-Auch, no tienes que gritar para eso –Me incliné y besé su mejilla.

-¿Quién eres tú? –Y esa voz me hizo volver a la realidad.

-¡Papá! Hola – me solté del agarre de Jack y abracé a mi papi dándole un beso sonoro en la mejilla.

-¿Cómo esta mi princesita?

-Papá...

-¿Qué? Sigues siendo mi bebé –miró amenazadoramente a Jack.

-Pensé que ya te habías ido.

-¿Me estás echando? ¿De mi propia casa? –Me miró con un fingido asombro.

-¿No?

-Ay déjala querido – y apareció mamá, genial este día no podía ser mejor. –Hola Jack – le beso la mejilla. - ¿Cómo estas querido?

-Bien, Claire – Sonrió y mamá lo miraba encantada.

-Claire, ven acá – dijo Papá.

-No seas tonto Charlie, Jack es el novio de Rapunzel además es todo un amor ¿Verdad Jack?

-Sí señor Corona, su hija es mi novia y yo la respeto mucho.- sonreí.

-Bueno, bueno pero ¿no se tenían que ir?

-Sí –dijo mamá- recoge tus cosas cariño ya el taxi nos está esperando fuera. - Jack cuida bien a mi niña y se cuidan ¿eh?- vergüenza.

-¿Cómo que se cuiden? ¿Cómo que se cuiden? – Papá bajó con sus maletas mirando a mamá alarmado.

-Ay amor ya son grandes y...

-Mamá... por favor. -Trágame tierra.

-Me importan si son grandes y

-¡Papá!

-Es mi niña pequeña y

-Charlie, ya es una mujer.

-No, no lo es.

-Tiene 21 años.

-No, no los tiene.

-Sí los tiene.

-Dios trágame tierra- gemí. Y sentí a Jack abrazarme por detrás.


-Una escena de lo más cómica ¿no?- susurró mientras seguíamos viendo como los dos chiquillos se peleaban.

-Que pena contigo Jack- me escondí en su cuello dejando que me abrazara.

-Y ustedes dos suéltense- escuché gruñir a Papá y tras este el pito del taxi.

-Dios... -volví a esconderme en el cuello de Jack mientras el reía.

-Señor Corona, su hija queda segura conmigo, no hay problema. Puede irse tranquilo.

-Vamos cariño- Mamá empujó a papá afuera sin dejarle decir una palabra y salió pero antes asomó la cabeza por la puerta.

-Ya saben, sexo seguro – y con eso cerró la puerta y yo me volví a esconder en el cuello de Jack.

-¿Por qué? Esto solo me pasa a mí.- llorisqueé y Jack besó mi frente.

-No te preocupes, deja que conozcas a mi mamá – sonrió.

-Que pena, pena, pena – Jack rió.

-Ya deja de quejarte ¿Qué quieres hacer?- dijo llevándome a la cocina.

-No sé –lo miré confundida - ¿Qué quieres hacer tu?

-Que tal si... - se acercó seductoramente, me tomo de la cintura y me acercó a él – si hacemos crispetas y vemos una película.

-Mm... me agrada- abracé su cintura. Y lo besé en un rápido beso.

Lo que fue de la tarde después de eso, Jack y yo hicimos las crispetas y escogimos una de las películas que tenía y entre caricias y besos nos pusimos a verla en mi habitación. Elegimos una comedia y nos la pasamos riendo yo entre los brazos de Jack.

-Deja Jack- le pegué suavecito mientras me reía.

-Pero yo quiero- hizo un puchero e intentó volver a morderme.

-No soy un postre Jack- le alejaba.

-Mm... no estoy tan seguro de ello- dijo acercándose y me beso lentamente – porque a mí me sabes delicioso. – le pegué y rió.

-Ven acá tontita- Y me metí en sus brazos, acostados los dos en la cama.

-Jack...

-Mm...

-¿Por qué estás conmigo?- pregunté. Sentí como Jack se incorporaba y me miraba sostenido en su codo. Me miró serio un momento, momentos eternos.

-Porque... eres hermosa.- respondió.

-Ohh – aparté la mirada decepcionada. ¿Hermosa? Qué gran razón.

-Mírame – lo hice – porque eres hermosa, inteligente, porque... eres diferente a las demás, me haces sentir algo distinto y al comienzo yo... -se calló de repente.

-¿Al comienzo qué?

Perfect Picture Smile TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora