CAPITULO 2

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Desperté con la molestosa alarma recordándome que era otro día para levantarse temprano e ir a estudiar pero en realidad no me quería parar. Dando un bostezo me dirigí al baño y empecé a alistarme para lo que sería otro día.

Ya lista, bajé a tomar el desayuno.

-Buenos días mami- la saludé dándole un beso en la mejilla.

-Buenas días amor, ¿Cómo amaneciste?

-Bien, bien, Má ¿y tú?- tomé mi desayuno y me senté frente a ella.

-Acostada- se echó a reír y yo encarné una ceja. – Lo sé, lo sé mal chiste – se disculpó con una sonrisa en sus labios.

-Siempre lo haces- sonreía.

-Lo sé pero ya deja de chacharear y ponte a comer que se te hace tarde – se levantó de la mesa y fue a dejar su plato en el lavavajillas.

-¿Y papá?

-No ha llegado pero llega dentro de una hora.

-¿Una hora?

-Sí, como ayer hizo turno en el hospital le dieron hoy el día libre.

-Oh, o sea que estará aquí cuando llegué.

-Exactamente, ahora chao amor- beso la parte superior de mi cabeza – ten un buen día.

-Igual tú Má. – le sonreí hasta que desapareció de mi vista y escuché el sonido de la puerta.

Silenciosamente terminé mi desayuno y llevé mi plato al lavavajillas. Miré a hora y todavía quedaban 20 minutos para que llegara Hiccup, así que me lavé los dientes y me tiré en el mueble de la sala de estar para ver televisión.

Y definitivamente no hay nada bueno que ver en los canales a esta hora de la mañana. Apagué el televisor, agarré mi mochila y salí a esperar a Hiccup sentándome afuera de la puerta. Me puse los audífonos y empecé a reproducir algunas de las canciones de Glee en mi mp3.

Escuchar música es un tanto relajante, sobre todo cuando no tengo nada más interesante qué hacer, cómo ahora.

-Oye... ¿qué haces aquí fuera tu sola? –me sobresalté un poco y volteé a mirar quién me había hablado, aunque ya tenía mis sospechas. Jack.

-Oh, lo siento no te sentí llegar – dije quitándome los audífonos y apagando mi mp3.

-No te preocupes –rió un poco – estabas muy concentrada en lo que sea que estabas haciendo. Voy para la escuela ¿Necesitas que te lleve?

-Em... no- dudé.

-Oh vamos yo no muerdo.

-No estoy segura de eso – respondí cautelosa.

-Oh vaya sincera – rió – porque no lo ves desde este punto, yo voy a la escuela, tú vas a la escuela, ambos vamos a la misma escuela y ya que soy un buen ciudadano te puedo llevar – y ahora era mi turno de reír.

-No, pero gracias. Hiccup viene por mí, de hecho ahí viene- dije señalando a la calle por donde el coche se avecinaba.

-Oh... lindo carro.

-Sí.- sonreí. Hiccup aparcó sin apagar el motor y Merida y él saludaron a Jack el cual le devolvió el saludo con una sonrisa en los labios.

-Buen carro Hiccup- dijo Jack acercándose al carro.

-Gracias. –Rió– regalo de mis padres.

-Bueno... si no les molesta tenemos que ir a la escuela y yo todavía tengo que entrar al auto- dije un poco divertida.

-Oh sí claro. Chao chicos – se despidió Jack y volteó a mirarme. – Nos vemos, Punzie- guiño el ojo y se alejo.


Me guiño el ojo... Este día prometía muchas cosas. Tal vez me decidiera por apuntar la lotería. Sonreí como una tonta ante mi pensamiento y entré rápidamente al carro.

-Y como ahora digas que no crees que pasa algo te mando una cita al optometrista para que te revise los ojos. –bufó Merida.

-Hola Merida, sí estoy bien, oh, me alegro que también lo estés.

-No me voy a disculpar por eso. – miró enojada hacia la ventana.

-Alguien amaneció de mal humor – me levanté un poco de mi asiento y le di un beso a Hiccup en la mejilla mientras el conducía.

-¿Cómo estas, hermosa?

-Hermosa, puf - bufó Merida por segunda vez.

-Em... bien, ¿Cómo estás tú? – le pregunté ignorando lo que dijo Merida.

-Acostumbrándome.

-Debiste haberte quedado allá. – dijo mi amiga y Hiccup rió un poco.

-¿Hay algo que deba saber?-pregunté curiosa.

-No- respondió cortante Merida.

-Ok... -miré a Hiccup divertida, él solo me guiño el ojo con una sonrisa en los labios.

Llegar a la escuela fue lo mismo de siempre. Todos los estudiantes parqueando sus carros, hablando muy alto, riendo. Personas de toda clase, hippies, emos, raros, populares, de plástico pero en realidad mi mente estaba en lo que sucedió por la mañana. Es cierto que él nunca me había hablando antes, ni pequeñas miradas por cortesía y yo no era una barbie con las que él suele salir. Es decir, tampoco soy fea, soy normal, del común pero aún así... sigo sin entender las razones.

-¿En qué piensas? –mis pensamientos se vieron interrumpidos por una Merida curiosa.

-¿Por qué lo preguntas?

-Llevas como media hora mirando los libros de tu casillero con el ceño fruncido y haciendo sonidos de inconformidad con tu boca.

-Exagerada- reí.

-No exagera- dijo Hiccup – bueno tal vez con lo de la hora. –reímos todos ahora.

-Bueno... me dirás después en qué pensabas, me tengo que ir. Los quiero – se despidió dándonos un pico a cada uno y desapareciendo entre la multitud de personas.

-¿Lista?

-Si- cogí los libros necesarios y cerré el casillero siguiendo a Hiccup a nuestra clase.

La razón por la que siempre me tocan clases con Hiccup es porque siempre que nos vamos a matricular tomamos el mismo horario así podemos estar juntos en caso de que no conozcamos a nadie.

-Ahora me vas a decir que te pasa con Merida.

-Más bien que le pasa a ella conmigo – respondió riendo y con la sonrisa más grande que le había visto en mucho tiempo.

-Oh, sentimientos amorosos por ahí ¿eh? – lo golpeé. Y rió.

-Tal vez.

-¡Oh vamos!- exclamé y entramos al salón – tienes que decirme.

-Lo haré- dimos por terminada la conversación cuando el profesor de Comunicación y Creatividad Publicitaria llegó detrás de nosotros y nos mandó a sentar.

-Buenos días- saludo

-Buenos días- respondieron unos cuantos estudiantes.

La clase transcurrió de lo más normal, el profesor mostrándonos videos, fotos, sobre publicidad.

-Como saben tienen que hacer un proyecto, se los estuve comentando la semana pasada, esta vez quiero hacer algo distinto. Siempre se ponen las mismas parejas y los mismos grupos así que esta vez los elegiré yo. – Todos los presentes en el salón lo abuchearon.

-Sí lo sé, pero así es como lo quiero y así será.

Y así comenzó a dar los nombres de las parejas que trabajarían juntas. La verdad, la idea no me simpatizaba, normalmente siempre hacia mis trabajos junto a Hiccup y cuando él no estaba con Rebecca, una compañera de clases. Al final a Hiccup le tocó con Jack y a mí con Joe un chico bastante torpe de la clase.


-Ahora quiero que se pongan con su pareja. – todos se levantaron de mala gana colocándose en un puesto con su pareja.

-¿Esto es realmente necesario? –pregunto Toohtianna, una que pertenece a la categoría de las chicas plásticas.

-¿Quiere pasar el curso señorita Riddles?

-Obvio.

-Entonces mantenga la boca cerrada y cumpla con mi voluntad – sentenció el profesor. Pero en realidad, el no es tan malo, de hecho es uno de los profesores que más quiero. Siempre me ayuda en mis proyectos o me está dando consejos para que me vaya mejor, solo que personas como Tooth pueden sacar de quicio hasta a el mas pacifista.

-Bueno, ahora lo que quiero que hagan es que inventen un producto, una marca, una empresa lo que deseen e incluso la portada de una película y hagan una valla publicitaria de ello. Con un logo y bien presentada. No quiero nada microscópico y chiquito. Entre más grande y más bonito sea, mejor. Y mejor nota tendrán.

-Esa es la razón por la cual les estaba mostrando las fotos y videos de las vallas publicitarias, Joven Frost y Joven Haddock si no les interesa la clase la puerta está abierta. –Volteé a mirar al puesto donde estaba Hiccup y Jack.

-Lo siento profesor, no volverá a pasar – dijo Hiccup como siempre disculpándose.

-No se preocupe profesor. Continúe con su clase.- esta vez fue Jack el que habló.

-Próximo llamado y se salen de clase.

-Sí señor. – y conforme con eso siguió con la explicación. Y ellos volvieron a empezar a hablar en susurros. Hiccup parecía contrariado o pidiendo explicaciones mientras Jack le decía algo. Me pregunto de qué estarían hablando. En eso, Jack voltea hacia mí y yo automáticamente me vuelvo a mirar al profesor.

Cuando la clase por fin terminó, recogí mis cosas y esperé a Hiccup para salir juntos.

-Ves adelantándote, espérame afuera que tengo que hablar con el profesor.

-¿Por qué? – le pregunté.

-Después te digo- y sonrió, por lo que tuve que salir.

Joe y yo nos quedamos hablando un poco sobre lo que haríamos fuera del salón cuando Jack, que estaba con Hiccup dentro hablando con el profesor, asoma la cabeza por la puerta.

-Joe el profesor necesita hablar contigo- y con una mirada confundida, asiente y entra dejándome a mí en ascuas.
Me apoyé en la pared mientras esperaba que salieran cuando esta vez fue Hiccup el que se asomó por la puerta.

-Oh, aquí estás. El profesor necesita hablar contigo.

-¿Conmigo? –lo miré confundida.

-No, con el jorobado de Notredame, obvio que contigo.-rió y entro al salón conmigo detrás de él.

-¿Qué pasó? – fui directa.

-Lo que pasa señorita Corona es que aquí los presentes, el joven Haddock y el joven Frost quieren intercambiar de parejas.

-¿Por qué? –pregunté.

-Razones que aún no entiendo- suspiró - ¿está usted de acuerdo?

-Bueno... por mí no hay problema- respondí dudosa.

-Bueno, ya está hecho, Frost con Corona y Haddock con...

-¿Me toca con Jack?- y cuando lo dije me arrepentí.

-¿Algún problema con eso señorita Corona? – alzó una ceja.

-No, para nada – y sonreí. Traté de sonreí y miré a Jack que me sonrió y ahí si sonreí de verdad.

-Bueno, ya déjenme tomar mi descanso. Adiós.

Y entre risas por como el profesor nos echó salimos del salón.

-¿Qué clase tienen ahora? – preguntó un tímido Peter.

-Hiccup y yo Teatro y Espectáculo no sé Jack- lo miré.

-Lo mismo – y su encantadora sonrisa salió a florecer.

-Bueno yo tengo Diseño de Interiores, adiós – se despidió Peter y se alejó.

-Yo me voy a volar esta clase ardilla, tengo que hacer unas vueltas que aún me faltan para acomodarme aquí y entregar la copia de las calificaciones que obtuve cuando estaba fuera.

-Ah ok... - hice un puchero y el solo rió.

-Nos vemos ardilla- besó mi mejilla. Y con Jack se dio un saludo y se alejó.

-Así que quedamos nosotros... - dije yo con un suspiro, empezando mi camino al salón correspondiente.

-¿Te molesta? –preguntó siguiéndome el paso.

-No- sonreí y lo miré.

-Entonces te acompaño.

-Ok – respondí con usa sonrisa en mis labios y seguimos caminando.

-Hey Jack- llamó el entrenador de futbol – ven acá un momento.

-¿Tiene que ser ahora?

-Sí – hizo un sonido de desagrado con la boca y me miró.

-Lo siento, tendrás que ir yendo tu sola.

-No importa – respondí un poco ¿desilusionada? – ve.

-Nos vemos- sonrió y se alejo corriendo.

Suspiré, tratando de calmar el corazón que ahora latía desesperadamente. Entonces, pensé en él y como una tonta sonreí y entré al salón. Todo estaba oscuro y una película se estaba reproduciendo, me disculpé un momento con el profesor y busqué por un asiento vacío.

Hice una mueca con los labios cuando me di cuenta que los asientos vacíos que habían estaban al final del salón. Resignada, fui a tomar uno de ellos y dejando todo en la mesa del asiento me puse el abrigo, porque el salón estaba frío y me senté.

Me concentré en el vídeo que estaba reproduciéndose, era como uno de los proyectos de otras personas que habían estudiado nuestra carrera. Eran realmente buenos. La puerta se abrió y Jack entró por ella, le dijo algo a la profesora y buscando entre las personas, me vio y sonrió, no pude evitar que el corazón saltara y empezara la fiesta él sólo.

-¿Te molesta si me siento contigo? –preguntó prácticamente ya sentado al lado mío.

-Ya estás sentado- sonreí.

-No aceptaría un no como respuesta de todas maneras. – respondió con una sonrisa. Y ambos fijamos nuestra atención al siguiente vídeo que empezó a rodar.

-Es bueno ¿no crees? – me susurró Jack al oído.

-Sí, son bastante buenos de hecho, hubieras visto el anterior.

-No pude llegar más temprano – se quejó.

-¿Algún partido?- me miró.

-Sí, dentro de un mes empiezan las finales.

-Oh, no sabía.

-Ni yo tampoco hasta ahora. – reímos y lo dejamos de hacer cuando la profesora prendió las luces y los ojos empezaron a quejarse por el cambio.

-Bueno... ¿Qué les parecieron los videos?

-Artísticos- respondió un chico.

-Sí, que otra cosa.


Silencio.

-No todos a la vez, por favor.- rodó los ojos y siguió hablando – bueno, mi propósito con estos vídeos es que tomen un ejemplo para el proyecto que deben hacer para entregar a final de mes. –Todos se quejaron –Les recuerdo- dijo alzando la voz –Que esta nota es una de las más importantes, así que tienen que hacer algo bueno.

-Tienen que hacer un cortometraje de lo que quieran. Acerca del amor, de experiencias, de un viaje, lo que quieran. Y tiene que ser entregado a final de mes. Ya que en esta clase somos pocos, lo harán en parejas, ustedes elijan con quien quieren, se los dejo en libertad. Pero pásenme sus nombres en un papel, así puedo saber cuáles son las parejas.

-¿Lo haces conmigo? –preguntó Jack con una sonrisa en sus labios. –Prometo que trabajo.

-Bueno... -respondí entre risas y fruncí el ceño - ¿y Hiccup?

-No sé- respondió –Profesora si alguien no asistió a la clase hoy cómo hace.

-Lo pondré con otra persona que no haya venido.

-Ok, gracias.

Sonó el timbre de la campana y lo que fue del siguiente día no fue interesante, Jack se tuvo que ir a prácticas de futbol, Hiccup no estaba y yo estaba sola. De verdad rezaba porque se acabara todo ya. Así que cuando sonó el timbre, mi alegría fue grande.

-Por fin- susurré cogiendo mis cuadernos, y quitándome una manga del abrigo y saliendo del salón.

-¡Hey!- le escuché decir a Merida – ¿Cómo te fue?

-Raro. –reí.

-¿Cómo así que raro?

-Jack se sentó conmigo en una clase, me habló y estamos juntos en los proyectos.

-Lo siento me perdí y creo que escuché mal.

-Jack...

-¡Jack te habló y está contigo en los proyectos!

-Cállate- dije pegándole –No quiero que todos los continentes se enteren.

-Lo siento- se disculpó – pero no puedo creerlo – exclamó con una sonrisa en sus labios –Te lo dije, está interesado en ti ¡ja!

-Eso no quiere decir que...

-Sí, si lo quiere decir. –suspiré rodando los ojos.

-Ok, eso quiere decir.

-¿Ves? No es tan difícil no llevarme la contraria- y su sonrisa se ensanchó.

-Sí, sí. ¿En qué te vas hoy?

-Mi papá me viene a buscar, me prometió llevarme a comer a alguna parte y la verdad estoy hambrienta, ¿Cómo vas hacer tú?

-Por si no sabes antes de que apareciera Hiccup con su maravilloso carro existían buses, taxis o... caminar.

-Serías tonta si te fueras caminando. Oh mira ahí está mi papá –dijo saludándolo enérgicamente- Chao Rapunzel - me beso en la mejilla –Te quiero – y se fue corriendo. Saludé al papa de Mer a lo lejos y emprendí mi camino.

-Bueno... cogeré el bus – hice una mueca y empecé a caminar hacia los paraderos cuando siento que alguien me abraza por detrás.

-Hey, hey, hey ¿para dónde vas? –me solté de su agarre y vi a un Jack sudado con una sonrisa en los labios.

-Para mi casa- sonreí.

-Yo te llevo.

-No, gracias.

-Vamos Punzie, vives a tres casas de mi casa ¿por qué no?

-No Jack...

-Vamos ¿sí?- se acercó peligrosamente a mí y traté de no dar un paso atrás.

-Jack no creo que...

-Shh- me puso un dedo en la boca, no pude evitar cerrar los ojos. Sentí que Jack tomó una de mis manos, abrí los ojos y el tenía una sonrisa seductora, jalándome suavemente me guió hasta su carro.

-Ves no fue tan difícil- dijo cuando llegamos a su carro, corrección camioneta. Una GMC Yukon Hybrid.

-Sólo por esta vez.

-Y por todas las que pueda- sonrió abriéndome la puerta de copiloto. Entré y él se dirigió hasta la otra puerta y entró.

No pude evitar mirar a los alrededores. Todos nos miraban raro. Las chicas se secreteaban entre ellas y los hombres... bueno los hombres sólo hacían lo que ellos hacen. Los seguí observando hasta que se perdieron de vista.

-No soy tan malo como piensas, Punzie- dijo Jack rompiendo el silencio.

-Yo no he dicho que eres malo.

-Y yo no he dicho que tu dijiste.- Sonreí.

-Es casi lo mismo.-me defendí.

-No es lo mismo pensar que decir, cariño- mi corazón se derritió al escuchar cómo me llamó, estúpido lo sé, pero eso díganselo a él.

-Cierto pero tú no sabes si pienso eso.

-Averigüémoslo- Sonrío y puedo jurar que eso fue en doble sentido -¿Quieres ir a comer un helado? Yo invito.

-No, Jack, pero gracias.

-¿Por qué no? –hico un puchero.

-No, Jack, ya haces mucho con traerme a casa.

-Yo quiero invitarte- dijo en voz de niño pequeño y no pude evitar quererlo en ese instante. Besarlo. Y fue cuando todo en mí, se prendieron las alertas y mi corazón anunció que se estaba enamorando.

-Jack...

-Vamos ¿sí?

-Ok, tú ganas – lo miré y vi aparecer la sonrisa de victoria en su cara.

Y así fue como entramos a una heladería, y me vi a mi arrastrada por Jack hasta donde atendían.

-¿Qué sabor quieres? –Preguntó

-El que quieras.

-Ok, dos de algodón de azúcar. –le dijo a la señora, bueno a la mujer que atendía que prácticamente se lo come con los ojos y no pude evitar sentir... argh celos.

-Enseguida –dijo coquetamente.

Y así fue al minutos impresionantemente Jack tenía dos conos de algodón de azúcar en sus manos. Pagó el precio de los helados y nos dirigimos a unas mesas.

-Toma –me ofreció uno.

-Gracias – le regalé una sonrisa.

-Siempre a la orden –Y su sonrisa seductora salió a relucir.

-¿Te gusta el algodón de azúcar?

-Sí, es mi sabor de helado favorito junto al chocolate.

-Oh, los míos también son esos.

-¿En serio? O sea que acerté –Asentí y el sonrió.

Seguimos charlando por un rato más hasta terminar nuestros helados.

-Vamos- dijo Jack tomando mi mano y sacándome del lugar para caminar por el parque que había en frente. -Caminemos un rato. –y empezó a caminar con nuestras manos entrelazadas y maravillosamente no me sentía incomoda. La mano de Jack junto a la mía creaba una sensación maravillosa y enviaba corrientes por todo mi cuerpo.

-Cuéntame de ti – le dije

-¿De mí? No hay mucho que contar. –Se encogió de hombros –Háblame más bien de ti.

-Bueno...- me resigné a su respuesta – Tengo veintiún años, mi nombre es Rapunzel y... -rió Jack.

-Tonta- dijo Jack entre risas- háblame en serio. Cosas como... si tienes hermanos, aunque sé que tienes uno o cosas así.- Reí un poco.

-Bueno, mi hermano está trabajando en Francia, fue a hacer sus prácticas allá y al final se quedó porque consiguió un buen trabajo.

-¿Cuántos años tiene ya?

-Veinticuatro.

-Sigue.

-A ver... no sé que contarte Jack.- Dije mientras Jack se sentaba debajo un árbol y suavemente me jalaba para que me sentara a su lado.

-¿Te gusta la música?

-Sí – respondí con una gran sonrisa- sé tocar un poco la guitarra y quisiera aprender a tocar el piano y todo el tiempo estoy escuchando música, es relajante.

-A mí también me gusta la música- lo miré atentamente, el estaba recostado al árbol un poco tenso y miraba a lo lejos cuando una sonrisa pareció en sus labios –Me gusta cantar, toco la batería, la guitarra y la pandereta –reí, el me miró esta vez y con uno de sus brazos me acercó a él y me hizo recostarme en su hombro. Sentí como se relajó.

-Cualquiera toca la pandereta Jack.

-No –ambos reíamos. –No como yo.

-Oh señor modesto. –Sentí como me llenaba de alegría y sentí miedo... sentí miedo porque me sentía bien a su lado, era como si lo conociera, como si supiera que no me haría daño.

-Me gusta Coldplay, Kings of Leon, entre otras bandas más pero esas son mis preferidas. Me gusta salir los fines de semana, y me gusta hacer cosas diferentes, la adrenalina. Tengo 3 hermanos, Alfredo, el mayor está casado, Harry el que va después de mí está participando en obras de teatro en Broadway y Lucas está aún el colegio.

-Tengo tiempo sin saber de Alfredo- dije.

-Vive con Dani a las afueras de la ciudad, en una casa grande.

-¿Y tu papá y tu mamá? –suspiró.

-Están bien... - calló un momento y cuando creí que no hablaría -Últimamente tengo problemas con mis padres – confesó -Dicen que debo mejorar mis calificaciones y que debería dejar de ser... lo que soy ahora. Un hombre egocéntrico que no respeta a las mujeres –río cínicamente –No sé ni siquiera por qué te estoy contando esto, debo estar aburriéndote.

-No- negué rápidamente, acomodándome en sus brazos para poder verlo bien a los ojos –Está bien, Jack, puedes confiar en mí, y créeme que no me aburres, todos tenemos problemas siempre y nada es perfecto y tu puedes contar conmigo para confiarme las cosas aunque yo no debería estar diciendo esto porque a penas y te conozco.

-Pero siento, como si te conociera toda la vida- susurró. Me miraba a los ojos y yo apoyada en su hombro también lo miraba a los ojos. Reí un poco.

-Yo también. –sonreí y cuando menos lo pensé los labios de Jack se posaron suavemente en los míos, moviéndose lentamente, rozándose, acariciándose entre ellos. Me moví un poco y el sacó su brazo de mis hombros y cogió mi cara entre sus manos, sentados en el pasto, rodeé su cuello con mis manos y empecé a jugar con su cabello, mientras el beso seguía siendo dulce. Abrí un poco la boca lo que aprovechó Jack para meter su lengua que jugó tímidamente con la mía, sitúo una de sus manos detrás de mi cuello juntándome más a él y lentamente se separó dándome un beso corto en la boca, un pico en la nariz y besó suavemente mi frente donde sé quedó un rato.

Yo solo podía tener mis ojos cerrados, porque temía delatarme si los abría, sentí como Jack acariciaba mi espalda y se separó lentamente entonces lo miré a los ojos... No pude explicar lo que sentí en ese instante, tal vez no lo quise admitir, pero hubiera deseado quedarme allí durante toda la vida.

-Será mejor que regresemos a casa- dijo levantándose y ayudándome a hacer lo mismo.

-Sí... -suspiré. Sentí como volvió a alejarse, como se encerraba en sí mismo otra vez y esta vez sin agarrarnos de manos, nos dirigimos a su auto.

El camino a casa fue en silencio, un silencio incomodo donde ninguno de los dos hacía nada por detenerlo, por romperlo. Cuando llegamos el aparcó en su casa y me abrió la puerta para salir, no supe que hacer así que solo lo miré a la cara, traté de sonreír pero me temó que tan solo salió una mueca y aguantando un suspiro empecé a emprender camino a casa.

-Punzie... –volteé, Jack me miraba. El no estaba tan lejos como deseaba que estuviera, estábamos prácticamente a menos de medio metro de distancia.

-¿Um? – Y con un rápido movimiento mis labios se movían al ritmo de los suyos, sus brazos abrazaron fuertemente mi cuerpo y como un reflejo mis piernas se engancharon alrededor de cintura colocando mis brazos alrededor de su cuello y ahí estábamos los dos, besándonos en el frío de la noche, yo en sus brazos y él sosteniéndome, besándome.

El corazón latía desesperado, nunca me habían besado así, nunca había sentido esto antes y corrientes recorrían mi cuerpo... ambos temblábamos, pero no dejábamos de besarnos, no cuando de pronto no habría otra oportunidad para hacerlo. Pero la naturaleza en contra de nosotros nos obligó a tomar aire separándonos levemente para mirarnos a los ojos.

Suavemente me dejó en el suelo y me sostuvo firmemente por si mis piernas me fallaban, tomo una de mis manos, sonrió levemente, una sonrisa que llegó a sus ojos que me hizo sonreír y empezamos a caminar hasta mi casa.

-Em... - ¿por qué de repente me daba pena? No podía mirarlo a la cara. –Gracias... por todo, digo... el helado y – Jack rió un poco dándome un rápido beso en los labios.

-Gracias a ti... por escucharme. –Sonreí y envolví mis manos en su cuello, el me acercó a él con sus manos en mi cintura y nos dimos un beso tierno.

-Buenas noches –Susurré separándome de él.

-Buenas noches, bonita- Sonrió, pero ninguno de los dos hizo nada- Creo que...- reímos –Me tengo que ir.

-Sí- ambos teníamos sonrisas en los labios.

-Mañana... ¿mañana puedo pasar a recogerte? Digo... para ir a la universidad y eso... - Se sobó la nuca.

-Sí –Sonreí.

-Buenas noches –volvió a decir.

-Buenas noches.- Comenzó alejarse... pero se dio media vuelta, me dio un pico y se fue corriendo.

Entré a casa y empecé a saltar, no sé por qué pero saltaba y cantaba y bailaba, ¿Quién iba a pensar que pasaría esto? ¿Quién iba a pensar que algún día pasaría algo con él?

Sonó mi celular anunciando que tenía un nuevo mensaje. Lo saqué de detrás de mi pantalón y lo miré.

Buenas noches:D
Me encantó estar contigo.
Y no sé qué me pasa contigo, pero tengo la urgencia de decir estas palabras.
Te quiero. ¿Qué me hiciste Punzie?
-Jack


Y como una tonta me eché a reír. A sonreír. A permitirme quererlo.


Perfect Picture Smile TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora