Capitulo 3

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NARRA DANIELA:

El chico algo tenso me pidió que me quitara el sombrero y me pusiera el casco, más que nada por seguridad, me dijo. Yo le di mi sombrero y él lo guardo en el maletero de la moto. Me puse el casco y note que me quedaba algo grande pero no quise decir nada más que nada por no molestar, aunque el chico muy amablemente me dijo:

- ¿Te molesta el casco? ¿Te queda bien?

No sabía que responder, ya que si decía que si me quedaba grande a lo mejor pensaba una faceta diferente de mí, aunque que más me daba lo que pensara de mí, me acababa de conocer y seguramente no me volverá a ver nunca más. Así que le dije:

- Me queda algo grande -Dije, aunque rápidamente añadí - Pero tranquilo, tampoco es tanto.

- No te preocupes - Dijo sonriendo - Ahora mismo te lo ajusto - Dijo mientras se colocaba detrás de mí.

Note como sus suaves dedos se deslizaban por mi cabello hasta colocármelo a un lado para poder apretarme el casco. Una vez apretado me pregunto:

- ¿Esta así bien? - Dijo soltando sus manos del ajustador del casco - Si quieres te lo puedo ajustar mas - Añadió

- No tranquilo, está perfecto - Respondí mientras comprobaba si estaba bien - Muchas gracias - Le agradecí

- De nada

Una vez listos, me senté en el asiento trasero de su moto. El giro su cabeza antes de arrancar y me dijo:

- Supongo que habrás montado más veces en moto, ¿no? - Pregunto

Respecto a la pregunta que me había hecho. Si había montado en moto, además lo recuerdo muy bien. Salía ese día de casa dirección hogar de Josan, un buen amigo que tenía en el pueblo y para mí era como un hermano. Recuerdo que ese día había quedado con el para ayudar a quitar todo lo que había dentro del establo del que ya os he hablado. Al bajar los pequeños escalones que hay en la puerta de mi casa encontré una moto aparcada en la casa de al lado, en la cual no vivía nadie. De hecho, no recuerdo esa enorme casa habitada la verdad. Me pare en frente de la moto y la observe. Era una moto preciosa, además, parecía estar nueva. Unos segundos después, escuche los gritos de un joven que me gritaba desde su ventana, que como imaginaba, venia de la casa de al lado y también como me imagine, la moto era suya. El joven a simple vista parecía tener unos 15 años, yo por esa época acaba de cumplir los 13 años. Al oír sus gritos, asustada decidí marcharme. Unos minutos después, escuche como alguien se acercaba hacia mí corriendo, así que decidí que debería girarme. Al girarme, vi que era el, era el chico de la casa de al lado que algo nervioso me dijo:

- Esto, perdona. Pensé que le ibas a hacer algo a mi moto nueva - Dijo disculpándose

- No te preocupes, no la volveré a tocar - Dije algo borde mientras caminaba hacia delante

- No es eso, puedes tocarla siempre que quieras - Como veía que no le hacía caso, ya que seguía con mi marcha, se puso delante de mí - Creo que hemos empezado algo mal las cosas. Me llamo Riu, soy nuevo por aquí y además creo que somos vecinos. ¿Tu cómo te llamas? - Dijo sintiéndose muy culpable por lo que había hecho

- Yo me llamo Daniela. Y si, somos vecinos - Dije, aun así, con un tono bastante borde - Si me disculpas, me tengo que ir. He quedado y no me gusta llegar tarde y ya voy lo demasiado tarde.

- Yo te llevo - Dijo cogiéndome de la muñeca - Tu solo indícame por donde es

- No, gracias - Dije mientras seguía caminando

- Por favor, déjame que te lleve y así me disculpo por haber sido tan idiota - Dijo el joven chico moreno de ojos marrón caramelo.

- Esta bien, pero igualmente no me parece bien de la manera de la que te has presentado en este pueblo. - Dije en un tono algo gracioso.

Unos diez minutos después estaba en frente de la casa de mi amigo Josan. Esto de haber montado en moto me había gustado mucho, no lo imaginaba así a decir verdad. Mire a mi nuevo vecino y me di la vuelta. Segundos después me sentí algo mal por no haberle dado las gracias a Riu, así que me gire y le dije:

- Gracias Riu

- De nada - Respondió mientras arrancaba la moto - Hasta la próxima.

No sabía que responderle la verdad. Si decirle sinceramente que si había montado (Aunque realmente no me acuerdo muy bien) o mentirle y decirle que no. Opte por decirle que sí, pero a la vez que no diciéndole que monte hace mucho.

- Sí. Pero hace mucho que no monto y no sé muy bien cómo y donde tengo que posicionarme

- Bueno, es bastante fácil. Lo más seguro que te agarres fuerte y que no muevas mucho las piernas. - Dijo con suave tono de voz - Si ves que voy muy rápido, avísame.

- Vale - Tenia una pequeña duda. No me acordaba de donde tenía que agarrarme. Aunque si se lo preguntaba iba a pensar que era tonta, aunque lo más seguro es que lo haya pensado ya, y no porque sea rubia, si no porque me estoy comportando como una tonta. Que más daba eso, quería llegar a casa de mis tíos y de la estúpida de mi prima que me ha hecho esta gran putada. Así que rápidamente añadí - Oye, ¿Dónde me sujeto?

El chico, como me imaginaba, se rio. Vi cómo se le escapaban unas pequeñas carcajadas que poco a poco hicieron que se me escapara alguna carcajada a mí también. El chico, después de unos segundos me respondió a esa pregunta tan estúpida que había realizado. Me dijo:

- De la cintura.

Rápidamente al oír su respuesta me coloque como él me dijo, agarrada a su cintura. Después arranco la moto y nos fuimos. Como buena adolescente que soy, note como las abdominales de este chico salían cada vez que se agachaba para coger una curva. También, durante el viaje, me pregunte como podría llamarse este chico: Marcos, Diego, Víctor, Oscar fueron algunos de los nombres que se me pasaron por la cabeza. También estuve pensando de donde podría ser este chico, ya que note que su acento era algo así como de argentino o a lo mejor era canario, ni idea. Luego pensé que no debería de comerme la cabeza por cómo se llama y de donde es este chico porque seguramente no le vuelva a ver más.

Durante el viaje de Callao a casa no tuvimos conversación. Él estaba concentrado en la carretera y yo en sujetarme bien para no caerme. Después de pasar unas 20 calles, unas largas y estrechas, otras largas y anchas y también había alguna corta y demasiado estrecha, la moto se paró. Me fije un poco en cómo era el sitio en donde iba a pasar 2 largos años de mi vida. Parecía una zona muy tranquila, había un par de coches aparcados. Deduce que era una zona adinerada ya que los dos coches eran BMV. Respecto al edificio en donde iba a vivir, era una torre blanca, de unos 8 pisos, con áticos arriba del todo . Había 3 portales: El número 11, el número 13 y el número 15, los tres impares y seguidos. Me baje de la moto y me intente quitar el casco. El joven chico me ayudo a quitármelo ya que supongo que con el aire el pelo se me enredo y no se podría quitar.

- Aquí es. Es el portal número 13 - Me informo el chico

- Vale. Muchas gracias por traerme. Ha sido muy amable por tu parte - Dije mientras cruzaba la acera para meterme en el portal.

- Nada

Una señora mayor que salía del portal fue tan amable que me dejo abierto. Yo se lo agradecí. Iba a entrar ya en el portal cuando de repente oigo la voz del chico que me había traído hasta aquí.

- Por cierto. Me llamo Nicolás. Niko para los amigos - Dijo algo nervioso.











Mucho Es PocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora