Parte 1

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Capitulo 1
Lo recuerdo como si fuera ayer, los gritos desesperados de mi hermana, ella se había ido, sin importarle a quienes dejaba atrás, sin importarle nuestro presente, y menos aun nuestro futuro.

Quise creer que nada de esto estaba pasando, que era una más de sus locuras, que simplemente no había llegado a dormir, pero no, nada de eso encajaba con la desoladora imagen que tenia ante mis ojos, se había llevado todo, absolutamente todo, no había ni rastro de ella, era como si nunca hubiese estado allí.

-¿Donde está?- gritaba mi hermana menor Ariana- ¡Sabrina! ¿Dónde está mi mamá? ¿A donde fue?

-No lo se- intenté calmarla inventando una excusa- quizás fue a comprar algo para desayunar- ok esa excusa ni yo me la creí, era tan absurda que mi hermana me miró con el gesto mas irónico que jamas vi.

-Tengo 15 hermana, se que aparento tener menos, pero definitivamente mi mamá no fue por el desayuno.- mi hermana era tan menudita que aparentaba tener unos tres años menos.

En el acto comenzamos a revisar su habitación, no había dejado ni el rastro, no estaba su ropa, ni su única colonia costosa que tenia, su ropa interior había desaparecido, su maquillaje, no quedaba nada, yo solo pensaba en una cosa ¿Cómo una madre podía abandonar así a sus hijas? Dentro de mi guardaba la esperanza de que esto fuera un sueño, que fuera un error, quería creer aquel disparate que yo misma había dicho, pasaron las horas, y se hizo de noche, permanecimos allí, sentadas en su cama, como si el tiempo no hubiera transcurrido, sin comer, quizás ambas anhelando que nuestra madre llegara con el desayuno como nunca lo hizo, pero ella nunca llegó, nos había abandonado y no era una opción, era una realidad.

Yo llevaba trabajando ya desde los 16, era una cafetería, bastante familiar, me gustaba mucho el trabajo porque podía traer las sobras, claro no traía las sobras de todo el mundo, pero habían particularmente niños que pedían alguna hamburguesa y luego de una mordida ya no querían mas, muchos de esos casos solían dejar la hamburguesa y yo muy solicita recogía a mesa y empacaba mi hamburguesa, prácticamente yo era como un buitre al acecho, quizás a algunos esto les pueda resultar repugnante, pero era eso o morir de hambre, al menos esto es mejor que ir hurgando en la basura, algo a lo que me dedique hasta antes de trabajar en la cafetería, así que por favor no me juzguen, sería peor si decidiera vender mi cuerpo, o pero aún vender mi cuerpo por drogas, como lo hacia mi desaparecida madre.

Lo que puedo decir es que yo ya estaba acostumbrada a encargarme de mi hermana, ella estudiaba aún, ya le faltaba poco para terminar el colegio, solo un año.

No contábamos con luz ni agua en casa, nuestra vecina una anciana, de 80 años, nos facilitaba un balde grande diario, yo le pagaba por el balde por supuesto, mi hermana aprovechaba en ducharse en el colegio, y yo hacía lo que podía con el balde grande y con respecto a la luz, pues, ¿alguien dijo que a la luz de las velas, todo se ve más romántico? Pues definitivamente cuando estas a la luz de las velas por más de un mes, no es nada romántico.

L o que ayer me pasó fue de lo más extraño, yo iba guardando mi botín de hamburguesas, y algunas papas que sobraron, un poco de lechuga, y llevaba en una botella una mezcla de sobras de las jarras de refresco de diferentes clientes, hago la aclaración, jarras no vasos, hasta los pobres tenemos dignidad y un poco de asquito, lo de la jarra obviamente no fue consumido.

Sentí unos ruidos extraños en la parte trasera del local, cosas que se movían y escuché un golpe seco, que incluso remeció la pared de la cocina, no intenté mirar ni salir a ver qué sucedía, en realidad, era algo casi usual por esta zona, claro que no tan fuerte, pero no me arriesgaría a ver qué sucedía, si había un muerto no sería yo quien lo descubriría.

DESTINO... (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora