PRÓLOGO

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Durante décadas, hasta 1980, la ciudad de

Santa Gloria, situada en la costa europea del

Mediterráneo, era una ciudad en desarrollo. Pequeña,

tranquila y pacífica, destino turístico para unas

vacaciones sencillas y relajadas. Nadie podría haber

imaginado que un lugar así fuera el lugar donde se

iniciaría una guerra.

Fue durante ese año, 1980, cuando la ciudad

fue testigo del nacimiento de la empresa International

Genius. Una empresa dedicada al desarrollo de la

investigación científica.

La empresa pretendía dar a la gente la imagen

de progreso, de avance hacia un futuro mejor, un futuro

donde la ciencia y la tecnología nos librasen de los

males del mundo, donde acabaran con las guerras, la

contaminación, el hambre y las enfermedades.

"Confíanos el progreso. Confíanos tu futuro", rezaba el

eslogan que podía leerse en sus carteles promocionales

por toda Santa Gloria.

Sin embargo, no fue esta la imagen que la gente

asoció a la empresa. Ya de por sí, los habitantes de

Santa Gloria eran gente sencilla, bastante tradicionales.

Incluso podría decirse que eran un pueblo algo

atrasado. Por lo que, ya desde un principio, no miraron

a International Genius con mucha confianza. Una

empresa nueva había surgido de la nada en su tranquilo

pueblo y había comenzado a crecer sin control,

diciéndoles lo que debían de hacer con sus vidas y qué

debían comprar. Esto causó en sus habitantes cierto

recelo.

También estaba el hecho de que International

Genius estaba haciendo crecer el pueblo de una manera

muy rápida, quizás demasiado. Necesitaban más

trabajadores y científicos, que no encontraban entre los

habitantes del pueblo, en su mayoría pescadores. Por

ello, debían recurrir a gente de fuera, que debía

trasladarse al pueblo, y que, por lo tanto, traían consigo

a sus familias.

El rápido aumento del pueblo provocó también

un aumento en la delincuencia, hasta entonces

prácticamente inexistente. Este problema pronto

escapó de las manos del pequeño cuerpo de policía

local, cuya mayor preocupación hasta entonces había

sido encerrar en el calabozo a algún que otro borracho

durante las fiestas regionales.

No tardó en crearse un círculo vicioso; los

delincuentes, sabiendo que la policía no estaba

LOS DIABLOS DEL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora