MADNESS *Frerard*

November *CAPITULO 11*

Hay un incendio en el cielo de Noviembre, se está quemando y ellos me recuerdan a la noche en esta ciudad... y las llamas son muy altas, luces rojas intermitentes iluminan al cielo y van a correr a donde se estrellan, y se derretirán dentro de la noche

Miércoles 25 de Noviembre

Después de tres semanas y todo lo ocurrido junto a ellas, algunas cosas habían empeorado como el hecho de que ya no estaba permitido nuestro ingreso al establecimiento por lo groseros que habíamos sido con Bob y por haber cometido "Vandalismo" al momento de entrar por la noche a destruir sus casilleros, íbamos a regresar hasta nuevo aviso pero la verdad es que yo ya ni quería asomar mi cabeza a ese lugar.
Al menos las cosas con Gerard iban más que bien, siempre la pasábamos juntos desde el amanecer hasta el anochecer, hacíamos muchas cosas juntos y a veces simplemente no hacíamos nada más que quedarnos admirándonos el uno al otro, amaba cada segundo a su lado porque era simplemente perfecto.
-Frank, ven a comer- Ana hablo desde detrás de la puerta
-No tengo hambre Ana- dije mientras salía de la cama para abrirle
-Frank debes comer algo ¿O te deprimiste por no ir al establecimiento?- dijo Ana riendo mientras entraba a mi habitación
-Oh, No sabes qué triste me pone no poder ver a los compañeros del salón- dije en tono de sarcasmo y los dos reímos juntos mientras íbamos a sentarnos a mi cama
-Bueno entonces, ¿Por qué no vas a comer?- dijo Ana tocando mi hombro entrando en confianza como siempre.
Respondí negando con la cabeza y poniendo cara de desagrado
-Por cierto, Gerard vino pero estabas dormido así que no paso- dijo Ana llevando un dedo a su mentón tratando de recordar exactamente lo que paso
-¿Por qué, Que te dijo?- pregunte algo extrañado, el siempre pasaba aunque estuviera dormido
-Dijo algo como "Ah, está dormido. Dile que vine a verlo y que hoy no pasare la tarde con el" se dio la vuelta y se fue- Ana frunció en ceño -¿Están peleando?
-No Ana y es extraño, será mejor que vaya a verlo- dije poniéndome de pie hacia mi armario
-No crees que si vino a decir que no pasara la tarde contigo significa que ¡No pasara la tarde contigo! Déjalo solo, tal vez tenga cosas que arreglar o algo- Ana se levantó y me sostuvo por el brazo
Ella era muy buena conmigo, a pesar de su mayoría de edad y las cosas que ya ha vivido, todas las cosas que ha soportado, todavía tenía tiempo para aguantar a un chico hormonal como yo pero yo no quería que me dijera que hacer, yo quería hacer las cosas y no iba a dejar que me retuvieran como a un niño pequeño
-Ana déjame ir- dije haciendo un puchero
-Eres muy difícil Frank, pero ¿y si lo incomodas?- pregunto ella preocupada
-Bueno... solo quiero ver que este bien- dije encogiéndome de hombros
-Frank ¿Qué pasa entre ustedes dos?- dijo Ana retándome con la mirada
-Oh bien... digamos que...- comencé a dudar si decirle o no, comencé a pensar en cómo reaccionaría y que me diría, pero ya no quería ocultarlo ¿Por qué no decirlo ahora? –Digamos que lo amo mucho y que mientras tú no estás... mientras nadie está viendo solemos demostrarnos cuanto nos queremos. Digamos que somos novios y quiero pasar cada momento a su lado que tengo la maldita necesidad de ir a ver si está bien hoy- dije y aparte mi mirada de Ana
-Oh- fue lo único que salió de su boca y soltó mi brazo –en ese caso no puedo hacer nada, hijo, estas tan enamorado que aun que te amarrara a la cama y te dijera que no vayas serias capaz de cortarte el brazo y no te importaría quebrarte las piernas saltando desde la ventana del cuarto. Frank estoy muy feliz por ti- dijo Ana y se lanzó sobre mí en un abrazo
Lo tomo de la manera más rara que pude imaginar y me sentí muy feliz de que ella estuviera feliz, no era fácil contárselo a cualquiera y a la primera persona que había confiado contarlo había reaccionado bien aparte, quiero mucho a Ana por ser como mi madre que su aprobación era lo mejor.
-Estoy muy feliz de que te permitas sonreír y que te permitas amar, espero y las cosas vayan muy bien con ustedes porque ustedes son muy lindos juntos- dijo Ana y de repente vi como secaba las lágrimas de sus ojos
-Gracias Ana, me pone muy contento que no me veas mal por eso- dije y me permití abrazarla de nuevo
-Bueno ve por tu chico, ponte algo lindo- dijo Ana y salió de la habitación cerrando la puerta tras ella
Bien, las cosas estaban yendo más que geniales en mi vida que al fin no me quejaba de haber abierto los ojos en el día.