MADNESS *Frerard*

Better Off Dead *CAPITULO 8*

 Él dice que quiere acabar con todo, cuando está solo en su habitación el llora
La forma en que se siente en el interior es demasiado para él.
Cuando todo lo que tienes es estas cuatro paredes no es tan difícil sentirse tan pequeño o incluso existir en absoluto

15 de Abril del 2014
Gerard P.O.V
*1 año, 6 meses atrás*

La noche estaba cayendo de nuevo sobre mi aburrida casa, gritos desgarradores provenientes de mi mamá y golpes culpables de la mano de mi papá, los dos gritaban igual con la única diferencia que uno gritaba de dolor y el otro de enfado. Las cosas no estaban yendo bien desde que mi papá cayó en los atractivos brazos del alcohol y quién sabe si de alguna mujer de esas que cobran. Nada estaba bien, yo no estaba bien.
No tenía a quien llamar o con quien simplemente sentarme a su lado y desahogarme porque todos estaban ocupados en sus propios problemas como para prestarme atención
-¡Cállense!- grite una vez más contra la almohada -¡Cállense par de idiotas!
Las lágrimas resbalaban por mis ojos como cataratas ¿Por qué seguía doliendo después de tantos días? ¿Por qué simplemente no se callaban?
El pecho me dolía pero más me dolía el sonido que hacia el cuero del cinturón al golpear en la espalda de mi mamá pero aún mas dolía como ella también pedía por ayuda y nadie la escuchaba
¿Cuándo fue que todo esto pasó? Me sentía tan solo y lastimado, no tenía ánimos de hacer nada y si alguien me viera en estos momentos pensaría que solo soy un ser humano inservible como cualquiera pero yo tenía sueños que quería cumplir, tenía metas como cualquiera aunque no había ni una chispa de esperanza cada vez que mi padre me encerraba en mi habitación para que no pudiera intervenir
Bien dicen que la familia es la base de la sociedad, técnicamente la base de todo... pero yo no tenía esa base.
-¡Que hice para merecer esto!- dije golpeando la almohada una y otra vez -¡Que mierda hice para merecer esto!- repetí mientras jalaba de mi cabello largo incluso llevaba semanas sin lavarlo, no tenía ganas de nada.
Me levante rápidamente de la cama y fui directo a la pared, por instinto comencé a golpearla
hasta que sentí como mis puños sangraron. Bien dicen que un daño más fuerte puede sanar otro daño.
Me senté en el suelo pegando mi frente a la pared hasta quedarme dormido en esa incómoda posición, pero no importaba.

20 de Abril del 2014

Los gritos no acababan nunca, el dolor permanecía encerrado en estas cuatro paredes y parecía no querer irse pero yo ya me lo estaba tomando con calma incluso ya me estaba acostumbrando. Mi alma había llorado tanto que no había espacio para más. Me encontraba aquí sentado a la orilla de mi cama mirando fijamente a un punto inexistente entre el suelo y mis zapatos.
-Eres una zorra arrastrada- grito mi padre –Nadie te pidió que corrieras a la cama del vecino
-Eso es lo que soy y a ti no te importa- grito mamá
Al parecer ella también había dejado de llorar por los golpes y había comenzado a atacar, porque no hacerlo yo también.
-¡Claro que me importa porque soy tu esposo!- mi padre grito y algo como una bofetada se escuchó –Así que ahora te tomas la libertad de golpearme...- amenazo mi padre
Pisadas bruscas que bien sabían eran de él se escucharon alrededor de la casa y subiendo las escaleras
-¡No idiota, con él no te metas!-
Y de repente la puerta de mi habitación se abrió de golpe
-¡Tú le estas metiendo en la cabeza a esta zorra las ideas de golpearme!- y entonces me tomo por el brazo y me arrojo al suelo
Por mis venas ya no corría sangre toda se había ido por el lavamanos cuando vi en internet que cortarse ayudaban a sentirse mejor pero mi cuerpo comenzó a temblar como si aún quedara un poco de ella. Automáticamente lleve mis manos a mi rostro y el primer golpe cayo en mi espalda.
-Con él no te metas maldito animal- gritaba mi madre y pensé que de nuevo la valentía en ella se había extinguido, mi padre había encontrado su punto débil conmigo.
-Papá...- la palabra salió de mis labios como un murmuro pero cuando un segundo golpe cayo de nuevo en mi espalda supe que esa palabra no iba a tener el mismo valor desde ahora.
Cinco, seis... diez, once, doce golpes cayeron en mi espalda y pensé ¿Estaría mejor muerto?
Mi padre se fue como si nada y mamá se agacho a mi lado preguntándome si estaba bien
NO LO ESTABA.