Parte 7

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En una habitación austera y silenciosa, iluminada apenas por la luz que se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, Inuyasha y Miroku se encontraban de pie frente al cadáver de Naraku, cuidadosamente envuelto en una sábana blanca. La presencia del cuerpo inerte del antiguo enemigo generaba una atmósfera de finalidad y, al mismo tiempo, de introspección.

Miroku, con los brazos cruzados sobre el pecho, rompió el silencio con un suspiro cargado de reflexión. -Es difícil creer que finalmente haya terminado así. Después de todos estos años luchando contra él, ahora está aquí, ante nosotros.-

Inuyasha, con la mirada fija en la figura cubierta, asintió con gesto sombrío, cruzando también sus brazos sobre su pecho. -Sí, es cierto... pero algo en mí todavía no puede creer que esté realmente muerto. Siempre había un truco, una artimaña. Pero esta vez... parece que no hay vuelta atrás.-

Miroku asintió, compartiendo la sensación de incredulidad de su amigo. -Naraku era astuto y manipulador, pero parece que esta vez no pudo escapar de su destino.-

Inuyasha se pasó una mano por su largo cabello plateado, con gesto pensativo. -Y aún así... sigo preguntándome qué le pasó a Kikyo. Se fue con Naraku en su última aventura, y desde entonces... no he sabido nada de ella.-

Miroku guardó silencio por un momento antes de responder, eligiendo sus palabras con cuidado. -Comprendo, Inuyasha. Kikyo era parte importante de tu vida, y es natural que te preocupes por ella. Pero a veces, el pasado puede ser tan enigmático como el futuro.-

Inuyasha desvió la mirada hacia el cadáver envuelto de Naraku. -Sí, lo sé. Aunque ella decidió irse con Naraku, nunca pude dejar de preocuparme por su bienestar.-

Miroku se acercó a su amigo y colocó una mano en su hombro, ofreciendo consuelo silencioso. -Esperemos que algún día encuentres respuestas, Inuyasha. Por ahora, concentrémonos en asegurarnos de que todo esté en orden aquí.-

Inuyasha asintió, agradecido por el apoyo de Miroku. -Gracias, Miroku. Tienes razón. Hay que asegurarnos de que esto realmente ha terminado antes de continuar con cualquier otra cosa.-

Ambos permanecieron en silencio por un momento más, contemplando la figura envuelta de Naraku. Aunque el enemigo había caído, sabían que las sombras del pasado aún podían arrojar preguntas sin respuestas claras.

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Naomi, con el ceño fruncido y una expresión de preocupación, se reunió con Sango, Aome y Shippo en la sala de conferencias de ECO. El ambiente estaba tenso, y todos podían sentir la inquietud que se cernía sobre ellos. Naomi no había dejado de pensar en lo extraño que había sido encontrar a Naraku en ese estado y, especialmente, en su silencio profundo y perturbador.

-Algo no me cuadra en todo esto.- comenzó Naomi, mirando a cada uno de los presentes con seriedad. -Encontrar a Naraku en ese estado tan deplorable ... Es muy extraño.-

Sango asintió, compartiendo la preocupación de Naomi. -Siempre fue un manipulador astuto. No puedo evitar preguntarme si esto forma parte de un plan mayor.-

Aome, con los brazos cruzados y una expresión pensativa, agregó. -Es como si estuviera preparando algo desde las sombras, incluso después de su muerte.-

Shippo, quien había estado en silencio, finalmente habló. -¿Creen que alguien más podría estar detrás de esto? Tal vez alguien que quería asegurarse de que Naraku no pudiera revelar algo importante.-

Naomi asintió con seriedad. -Es una posibilidad que debemos considerar. No podemos descartar nada.-

Sango miró a Naomi con determinación. -Haré lo que sea necesario para asegurarnos de que estemos preparados para cualquier eventualidad.-

Los Espias 2 (Pausado Temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora