Aome se despertó, estirándose y agarrando su celular que estaba cargándose en la mesita de noche. Al desbloquearlo, lo primero que vio fue un mensaje que, de alguna manera, la hacía sentirse feliz. Sonrió y suspiró con satisfacción, sintiendo una calidez en su pecho.
Se levantó de la cama y se dirigió al baño para lavarse la cara y cepillarse los dientes. Sus padres habían llegado la noche anterior algo tarde, así que decidió hacerles el desayuno para que pudieran descansar un poco más.
Bajó las escaleras con energía renovada y se dirigió a la cocina. Sacó los ingredientes para preparar el desayuno, disfrutando del proceso. Mientras cocinaba, su mente volvió al mensaje que había recibido, y no pudo evitar recordar a Inuyasha. La noche anterior, durante su videollamada semanal con Sango, su amiga lo había mencionado, lo que hizo que Aome reviviera los sentimientos de culpa y tristeza por lo que había pasado.
Poco después, sus padres bajaron, aún algo somnolientos.
—Buenos días, Aome —dijo su madre, sonriendo al ver a su hija en la cocina.
—Buenos días, cariño —añadió su padre, dándole un beso en la frente.
—Buenos días —respondió Aome, devolviendo la sonrisa—. Espero que tengan hambre, porque he preparado un buen desayuno.
—¡Eso suena maravilloso! —exclamó su madre, tomando asiento en la mesa—. Gracias por cuidarnos tan bien, Aome.
—Es lo menos que puedo hacer —respondió Aome, sirviendo los platos—. ¿Cómo les fue anoche?
—Fue un día largo, pero nos alegra estar de vuelta en casa —dijo su padre, mirando a su esposa con complicidad.
Aome se sentó con ellos, disfrutando de la comida y de la compañía. A pesar de todo, estos momentos en familia eran los que más apreciaba. Mientras comían, la conversación fluía con facilidad, llenando la casa de risas y calidez. Sin embargo, en el fondo de su mente, los recuerdos de Inuyasha y la mención de Sango seguían pesando en su corazón, haciéndola sentir culpable por lo que estaba haciendo y por lo que había dejado atrás.
———-
Miroku estaba acostado en su cama, disfrutando del silencio de la noche. De repente, sintió un peso ligero sobre su pecho. Al abrir los ojos, sonrió al ver a su querida Sango, dormida tranquilamente, su cabeza apoyada sobre él.La suave luz de la luna entraba por la ventana, iluminando el rostro sereno de Sango. Miroku no pudo evitar admirar su belleza y la paz que irradiaba en ese momento. Con cuidado, acarició suavemente su cabello, sin querer despertarla.
—Siempre te ves tan hermosa cuando duermes —susurró Miroku, apenas audible.
Sango, aunque dormida, pareció responder a su toque, acurrucándose más cerca de él. Miroku sintió una oleada de amor y protección hacia ella. Estos momentos de tranquilidad y cercanía eran los que más valoraba, especialmente después de todo lo que habían pasado juntos.
—Prometo que siempre estaré aquí para ti, Sango —dijo en voz baja, besando suavemente su frente.
Con una sonrisa en los labios, Miroku cerró los ojos, abrazando a Sango con ternura mientras se dejaba llevar por el sueño.
———
Aome salió de la casa después de despedirse de sus padres, quienes estaban agradecidos por el desayuno. El aire fresco de la mañana la hizo sentir revitalizada mientras caminaba por el vecindario. Se dirigía a su lugar favorito en el parque cercano, un rincón tranquilo donde podía pensar y despejar su mente.
Cuando llegó al parque, se sorprendió al ver a Koga, su actual novio, sentado en el banco donde solían encontrarse. No esperaba verlo tan temprano y se le escapó una sonrisa al reconocerlo. Koga se levantó al verla y se dirigió hacia ella con una sonrisa radiante.
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Los Espias 2 (Pausado Temporal)
FanfictionDespués de un intento fallido de derrotar a Naraku, quien logró escapar, cinco años han pasado con los antiguos amigos de Inuyasha llevando vidas separadas en la era moderna como agentes secretos. Sango y Miroku se encuentran en una búsqueda incansa...