Parte 9

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Después de caminar un rato en el parque, Inuyasha y Aome regresaron a la agencia. Al llegar, notaron un caos; todos iban de un lado a otro con expresión de urgencia. En ese momento, vieron que Naomi se acercaba a ellos con el rostro pálido y preocupado.

—Mamá, ¿qué pasa? —preguntó Aome con inquietud.

Naomi se detuvo frente a ellos, respirando agitadamente.

—Han habido sospechas cerca del lugar donde encontramos a Naraku —dijo Naomi, su voz temblando ligeramente—. Parece ser que uno de sus antiguos secuaces, Kirinmaru, está involucrado.

Inuyasha frunció el ceño.

—¿Kirinmaru? ¿Quién es él?

Naomi tragó saliva, sus manos temblaban ligeramente.

—Kirinmaru es un hombre peligroso. Hace años, cuando eras solo un bebé, amenazó a tu padre y a mí con matarte. Pensamos que se había ido para siempre, pero las cámaras de seguridad lo captaron cerca del lugar... y no solo eso, estaba con Kikyo. No parecía que la hubieran secuestrado; al contrario, parecía estar de su lado y con otro sujeto.

Aome sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—¿Kikyo está con Kirinmaru? ¿Y quién es el otro sujeto?

Naomi asintió, su expresión sombría.

—No lo sabemos, pero tememos que puedan estar planeando algo. Si Kikyo está de su lado, podría significar un gran peligro.

Inuyasha apretó los puños, su mirada endurecida por la determinación.

—Kikyo no es un peligro, Naomi. Conozco a Kikyo, y sé que nunca haría algo para lastimarnos. Debe haber una razón por la que está con Kirinmaru. Tenemos que encontrarla y hablar con ella.

Aome cerró los ojos por un momento al escuchar a Inuyasha defender a Kikyo, sintiendo una punzada de celos. Sin embargo, sabía que ahora no era el momento para dejarse llevar por esos sentimientos.

—¿Qué necesitamos hacer? ¿Cómo podemos ayudar? —preguntó, abriendo los ojos y enfocándose en la situación.

Naomi les miró con una mezcla de urgencia y preocupación.

—Reúnanse con el equipo de búsqueda y preparen todo lo necesario. Tenemos que estar listos para cualquier cosa. No podemos permitir que Kirinmaru siga con sus planes.

Con renovada urgencia, Inuyasha y Aome siguieron a Naomi dentro de la agencia, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara. Sabían que con el apoyo de sus amigos y su propia determinación, podrían superar cualquier adversidad que se les presentara.

———

Mientras tanto, cerca del lugar donde mataron a Naraku, un grupo de agentes de ECO aseguraba la zona. Entre las sombras, alejados de las miradas curiosas, se encontraba un refugio improvisado donde se reunían Kirinmaru, Kikyo y varios secuaces. El lugar estaba tenso, con la presencia de ECO amenazando sus planes.

Kirinmaru entró furioso, sus ojos ardían con una ira contenida. Al ver a los agentes de ECO patrullando cerca, su frustración explotó.

—¡Malditos agentes! ¡Están por todas partes! —gritó, golpeando una mesa y haciendo que los objetos sobre ella se dispersaran por el suelo. Su presencia, imponente y feroz, asustó a Kikyo, quien rápidamente apartó la mirada de su celular y lo guardó.

Kikyo, a pesar de mantener una apariencia tranquila, no pudo evitar un leve estremecimiento. Se encontraba junto a un grupo de secuaces, pero uno en particular destacaba entre ellos: Bankotsu. Este hombre de complexión robusta y mirada intimidante, con una cicatriz que cruzaba su mejilla derecha, se mantenía en pie con una expresión de alerta. Su cabello negro estaba recogido en una cola de caballo, y una gran espada descansaba a su espalda, lista para ser desenvainada en cualquier momento.

Los Espias 2 (Pausado Temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora