Forzando al destino

259 12 2
                                    

Para ese entonces, creía a ojos cerrados en lo que llaman "destino", y considerando que no era yo la que debía dar el primer paso en la reconciliación, dejé que éste tomara su curso... es decir, creía que si estábamos destinados a volver a encontrarnos, lo haríamos.

Parte de mi despertaba cada día esperando ver a Javier. No es que sintiera algo por él, sino que tenía curiosidad. Quería saber que le inquietaba de tan gran manera. Había algo que no me dejaba tranquila sobre él... pero ¿qué podría hacer? ¿forzar el destino? Si. Era la mejor opción.

Dejé pasar algunos días antes de ponerme en acción, después de todo, no quería parecer interesada... Le hablé a mi padre sobre un nuevo pastel que había visto en By Mom y que estaba muy interesada en probar (no estaba mintiendo del todo) y le di la idea de organizar una pequeña cena junto con Teresa... Luego de algunas insistencias me dijo que si, pero que me tenia que encargar de todos los detalles. Entonces llamé a Teresa:
- Hola? - Respondió cansada al teléfono.
- Buenas tardes, habla Emma
- Cariño! - Pareció despertar -¿Cómo te encuentras? Me sorprende recibir una llamada tuya, no lo esperaba para nada. Apuesto a que quieres hablar con Javier!
- Nonono! Nada de eso! - Soné muy negativa? Oops - Bueno... No es que tenga nada en contra de él jajaja Llamo de parte de mi Padre, queremos invitarlos a una pequeña cena este viernes, les gustaría venir?
- Este viernes?... Claro que si! Puedo aportar con algo?
- No es necesario, con su presencia estaremos más que complacidos
- Entonces ahí estaremos. A las 6?
- A las 6 sería perfecto. Nos vemos!

Uuuf! Lo hice! Tengo dos días para preparar todo... Va a ser perfecto!

De verdad me emociona tanto esta reunion....? Qué me está pasando?

Ya es viernes, son las 4, acabo de volver de la tienda y tengo casi todo listo para cuando lleguen Javier y su Madre, esta vez seré yo quien tiene el control de la situación y no permitiré que arruine mi noche.

Comida lista, mesa lista, incluso organicé juegos, todo maravilloso.

- Ding Dong - Sonó el timbre - Papá, ¡Ya están aquí!
- Buenas Tardes - Dije cortésmente - ¿Cómo están?
- Hola mi niña -Dijo Teresa - Yo estoy bien, gracias. Mi hijo vendrá un poco más tarde, me disculpo por él.
- ¿Está todo bien? ¿Es que acaso no quería venir? - Pregunté algo apesadumbrada.
- ¿Qué? ¡No niña! nada de eso... es que... no te puedo decir por ahora, pero créeme, no es nada de lo que preocuparse.
- Entiendo... - No entiendo nada. - Tome asiento, ¿Prefiere que esperemos a Javier antes de comer?
- Me gustaría, pero no quiero arruinar los planes para la noche.
- No se preocupe, podemos conversar en el ínter tanto.

Pasaron diez minutos, luego veinte, ya habían pasado casi 45 minutos cuando el timbre volvió a sonar.
- ¡Disculpa el atraso! - Dijo un agitado Javier - Es que... tuve que pasar por algo, y hubo un pequeño inconveniente.
- No hay problema, supongo, pasa - Le respondí algo dudosa - ¿Te ofrezco un vaso de agua?
- Si no he causado ya muchos problemas, lo agradecería - Y con eso me dedicó una pequeña y honesta sonrisa.
Luego de eso se reunió con su madre y le dio algunas explicaciones (supongo) al oído.
Nos sentamos a la mesa y disfrutamos de la comida que había preparado.
- ¡Delicioso! - Comentó Teresa - Cuando Javier era pequeño solía comentar que quería casarse con una Chef jajaja.
- ¡Mamá! - Javier le dedicó una mirada asesina.
- Solo decía - Le respondió ella entre risas.
- Es un placer cocinar para alguien como usted Teresa - Le agradecí.
Así pasó la hora de la cena, hasta que anuncié el inicio del tiempo de juegos.
- Con mi padre hemos preparado algunas actividades, ¿Les gusta jugar?
- Pasemos a la sala - Insistió mi papá.
- Emma, ¿Puedo hablar contigo un segundo? - Dijo Javier en voz baja mientras caminábamos hacia el sofá - En Privado - Agregó en voz aún más baja.
- ¿Eh? Pues si, claro - Le conteste sorprendida, y volvimos por unos momentos al comedor.
- Primero que todo quiero pedirte disculpas - Comenzó.
- Está bi~
-No. - Me interrumpió bruscamente- Déjame hablar a mi, por favor. Estuve pensando en lo que me comentaste, sobre mis cambios de humor, en estos momentos no podría explicarte con detalle el por qué de mi actitud, pero si aceptas, puedo intentarlo. Y antes de que respondas, mira, te traje una ofrenda de paz - Y con esto, sacó de su bolsillo una pequeña cajita - Para ti. - Podría decir que incluso se sonrojó.
- Gracias, pero no era necerari~ - Tomó mis manos, y la abrió por mi.
- Espero te guste...
- No lo entiendo, lo siento, ¿Qué es?
- ¿No lo recuerdas? Es tu pulsera, me la regalaste el día en que te fuiste... bueno, mas bien dijiste "Te la presto, me la tienes que devolver cuando nos volvemos a ver" Así que aquí estoy, cumpliendo con la promesa que tu ya no recuerdas, pero creo que no importa - Dijo tratando de restarle importancia.
- ¿Estás diciendo que guardaste esto todo este tiempo? - Pregunté conmovida.
- Es muy cursi de mi parte, ¿Verdad?
- No no, en absoluto... esto cambia bastante mi perspectiva de ti...
- Eso es bueno, supongo... La verdad es que estaba guardada con mis recuerdos de la infancia y me costó mucho encontrarla, por eso llegué un poco más tarde... ¿Me perdonas?
En ese momento, no pude hacer nada más que abrazarlo.
- Lo digo enserio - susurró en mi oído - quiero nos llevemos bien, hago mi mejor esfuerzo.
- Creo que empezaré a esforzarme también.
Volvimos a la sala; estaban en silencio; su madre me dedicó una mirada complice y sonrió.
- ¡Pues juguemos! - Dijo mi padre, y con eso rompió el ambiente emocional, dando paso a la diversión.

Una Historia de amor verdadero, nunca termina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora