Pasaron aquellos siete años tal y como Dios lo había previsto. La empresa estaba muy bien equipada, los inventarios se hacían entre la mitad de los empleados ( y eso que eran electrónicos) esta era la única empresa en todo el país que tenía como reabastecer a los demás, y a la que le sobraban los recursos. El hambre era tal, que ni el gobierno hallaba qué hacer más que contar con esta empresa de alimentos. Muchas personas viajaron de varios lados del país en su búsqueda, y aquí está la parte más condimentada del asunto; Unas personas muy especiales se escabulleron a las oficinas principales para pedirle al encargado favoritismos debido al gran número que había en su familia, este los dejó pasar por pura curiosidad a la oficina del segundo accionista más poderoso del lugar, pero cuando estas personas entraron, a Joseph casi le da un ataque. Increíblemente después de tantos años volvió a ver a sus hermanos (el regreso de los cocodrilos, la secuela) pero estos no lo reconocieron, a lo que él se aprovechó para hacerse el desentendido y hablarles muy despectivamente.
—Vaya, más gente que quiere colarse, cuéntenme ¿ustedes de dónde son? ¿hay más parientes en casa? ¿padre? ¿madre? —preguntó Joseph tratando de no mostrar aquel profundo interés que tenía. Entonces aquellos sujetos le contaron que venían de Tennessee y que su madre había fallecido hace mucho, que su padre aún vivía y que tenían un pequeño hermano en casa, pero al oír esto su actitud se fue hostilizando al pensar que lo habían reemplazado.
—Así que son una familia numerosa y tienen a un pequeño en casa —dijo despectivamente. Después de una brecha de silencio demostró su hostilidad—. ¿Qué es esto?
En ese momento recordó los sueños que tuvo tiempo atrás, y decidió jugar un rato con ellos.
—¿Un truco que los campiranos como ustedes intentan para distraernos y armar un mega robo? —¡de seguro algunos de ustedes están estudiando las áreas débiles de la corporación para ver que pueden sacar! —pronunció Joseph enfadado. Tenía rencor en su nivel más alto, por lo tanto aprovechó al máximo cada palabra de ellos.
—¿Qué?! ¿de qué habla? —¡hemos venido a comprar alimentos! —¡son el único lugar abastecido! —¿por qué piensa eso? —se preguntaron los diez hermanos entre sí. Nuevamente Joseph los interrumpió.
—Por favor, la táctica es obvia. Mientras yo estoy aquí hablando con ustedes deben haber otros treinta bien dispersos preparando todo para un atraco a gran escala ¿no es así?
Los hermanos estaban totalmente atarantados y precipitados.
—¿Pero señor de qué está hablando?! —¡nunca se nos ocurriría! —además somos doce en total —¡ya le dijimos que el más chico se quedó en casa! —teníamos otro hermano pero él... —suspiraron. De una forma curiosa le contaron a Joseph su propia muerte diciéndole que alguna vez tuvieron un hermano llamado Joseph (irónico) Joseph se interesó mucho al oír esto, pero tenía más interés en aquél que se había quedado en casa, el menor, aquél "otro" hermano, así que se las arregló para fastidiarles la vida.
—¿Y a mi quién me asegura que tengan otro hermano? —¿quieren que les crea?
En eso hizo señas e inmediatamente los encargados de la seguridad los detuvieron.
—Que uno de ustedes traiga al chico y quedan libres.
Llevó así tres días, pero después Joseph propuso que uno de ellos quedara detenido y que los demás fueran por el pequeño, al menos para darles un voto de confianza, además les vendió varias cajas con alimento para que le llevaran a su padre, pero dio una orden especial a sus empleados, los cuales hicieron algo con las cajas sin que nadie lo notara. Los hermanos aceptaron la propuesta, sin embargo en medio del camino a casa iban discutiendo el error que le había costado sus vidas:
—¡Es increíble! —¡cometimos la mayor estupidez de nuestras vidas! —dijeron entre ellos—. El chico nos suplicó una y otra vez y ni caso le hicimos —¡el destino se está vengando de nosotros!
—No —interrumpió Robie—. Yo les dije ¡no se metan con él! —¿pero a mí quién me escucha?! —¡pues nadie! —¡es Dios pasándonos la factura! —¡lo que se rompe, se paga!
Algo curioso es que Joseph les habló en otro idioma todo el tiempo con un traductor al lado, así que sus hermanos pensaban que él no los entendía, por lo que tenía mucha ventaja. Cuando anteriormente estaban reunidos en la oficina, Joseph tuvo que retirarse momentáneamente, no podía con los sentimientos que luchaban en su interior, pero cuando se calmó mandó a llamar a Simone para dejarlo detenido.
Cuando llegaron al hotel donde estaban hospedados esa noche, uno de ellos revisó una de las cajas consiguiendose con una extraña y preocupante sorpresa.
—Este... cómo les digo esto...
—¿Te refieres a cómo nos vas a decir que tienes el dinero completo?
—¿Tú también?
—Al parecer todos.
—Dios mio, ¿pero que está pasando aqui? —se preguntaron. Una vez en Tennessee le contaron todo a su padre y le dijeron que si no llevaban al hermano pequeño con ellos Simone quedaría detenido hasta nuevo aviso, a lo que al padre le dió un ataque.
—¿Qué que?! ¿cómo que se van a llevar a su hermano? ¿qué no se conforman? —¡primero Joseph, después Simone y ahora Bénjamin! —¡están peor que la gente del seguro social! —exclamó su padre. Los hermanos insistieron una y otra vez pero este se negaba rotundamente—. Regresen por Simone —¡comprenles aún más! —¡sean creativos pero no se lleven a su hermano!
—¡Pero no podemos! —¡ese hombre fue bien claro, si no le llevamos a nuestro hermano menor no habrá garantías! —dijo Robie—. Tiene el poder para retenerlo debido a influencias políticas, además entramos básicamente de manera ilegal.
—¿Y por qué tenían que andar de habladores diciéndole que tenían otro hermano?
—¡Por extraño que parezca aquel hombre se interesó mucho en nuestra familia! —le dijeron—. Preguntó por nuestro padre, madre, perro que nos ladre...
—¡Basta! —exclamó Justin—. Necesitamos llevárnoslo, si algo le pasa asumo toda la responsabilidad por lo que le ocurra. Entonces finalmente el padre aceptó. Finalmente Joseph conocería a su otro hermano.
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Más que un soñador
Spiritualité- Basada en Génesis 37. Un día estás en Tennessee disfrutando del campo, y al otro en Nueva York tratando de sobrevivir. Joseph tenía un don. Uno que marcaría a toda una nación.