[2/4] Cap. 16 | PERDEDORA

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Todos estuvieron de acuerdo, aunque costó covencer completamente al entrenador Leslie. Como todavía no confiaba en mi capacidad física, no tardó en arrastrarme contra mi voluntad al campus de la escuela, que se veía mucho más grande ahora que no estaban todos esos estudiantes sentados en las gradas o tirados en el pasto mientras charlaban. Todo era más enorme y gigantesco de lo que pensaba.

Brian estaba sentado bajo la sombra de un árbol, a unos centímetros del resto de nosotros, a punto de disfrutar verme hacer el ridículo una vez más. Matt estaba a su lado, haciéndome señas de aliento con las manos y tratándo de animarme con su sonrisa optimista. Yo suspiré nerviosa y traté de corresponderle.

—Bueno 69, demuestrame que estoy equivocado y que no sólo sirves para estar en la banca—gruñó el entrenador dándole un mordisco a una hamburguesa que Big Dave le había traído—. Comienza a trotar por todo el campus, cuando vayas por la mitad haz diez pechadas, luego te paras y sigues corriendo. Hazlo por veinte minutos, quiero verte sudar sangre, Foster.

—¿Veinte minutos?—repuse sorprendida. Él entrenador asintió disgustado y me hizo señas para que me largara. Cuando le susurré una palabrota entre dientes, me aumentó media hora y cinco pechadas extras, sin descanso.

Todo pasó tan...lento. Cada vez que me caía, sentía a Brian burlarse de mí junto con Big Dave y el entrenador; yo no los veía pero lo sabía. Matt me gritaba para alentarme y eso me daba ánimos.

No podía parar, porque si lo hacía me sumaban diez minutos y tres pechadas más, si me quejaba entonces tendría que enfrentarme físicamente al Big Dave. No debía estar asustada porque supuestamente lo había vencido para entrar al equipo, pero lo que decía Brian era verdad, todo estaba planeado entre los dos. Así que mejor debía cuidarme si quería salir de esto con vida.

—¡Te estoy entrenando para ser ala'8 no bailarina barata, ¿me entiendes?—escuché vociferar a Leslie tras mi espalda, me mordí la lengua para no responderle—. ¡Corre maldita sea, corre!

Obligué a mis piernas a dar más de lo que podían, pero estas cedieron, cayeron de rodillas contra la tierra y no se movieron más. Escuché los pasos de los otros apróximarse hacia mí, pero se estaba tan bien en el suelo que me hice la desmayada para descansar un poco.

Cerré mis ojos y respiré más lento de lo normal para simular que estaba inconsiente. Sentí como alguien me daba la vuelta y empezaba delicadamente a darme palmaditas en la cara para que reaccionara, pero era muy pronto para despertar y además las rodillas me ardían. Las manos por fin dejaron mi cara en paz, pero luego volvieron a tomarla con las dos palmas, después me sostuvieron la barbilla y despejaron mis vías respiratorias.

Me costó un segundo reparar en que me estaban posicionando para darme respiración boca a boca.

Y cuando abrí los ojos para detener a quien sea que fuese, era demasiado tarde para alejarme de los labios de Brian.

Luego cometí uno de los errores más grandes que había hecho en mi vida.

Pues en un intento por detener el método de respiración boca a boca, fruncí los labios para evitar cualquier contacto de Brian contra ellos, pero eso sólo consiguió que toda esta mierda se tornara en un genuino beso inesperado y frustrante. Sus labios presionaron los míos y cuando vine a darme cuenta de que yo casi le correspondía, lo aparté bruscamente, muy lejos de mí. Me restregué la boca con desesperación mientras Matt y el entrenador se retorcían a carcajadas. Brian no tardó en unírseles.

—No es gracioso—mascullé sentada en el suelo, incapaz de mirar a Brian a la cara.

—¡Pero tienes que verte en un espejo, 69!—exclamó Leslie escupiendo trocitos de comida de la boca. Reí con gusto cuando casi se atragantaba con un pedazo de carne.

—Fue tan...fue tan...oh Dios...—y Matt apenas podía consigo mismo, su cara estaba rosada de tanto reírse y no paraba de aplaudir como una foca retardada. Cuando no pudo más se tiró al suelo a dar vueltas de la risa, como un rodillo de cocina. Yo los miraba avergonzada, tan rosa como mi amigo.

Brian se puso en cuclillas y me tendió una mano, pero yo la rechacé y me incorporé por mí misma.

—Creo que me debes un baile bien sexy, linda—sonrió triunfante mientras me observaba desde su posición. Yo le hice un gesto con la mirada y me sacudí el polvo del trasero.

—¿Es mucho pedir que digas cosas que tengan sentido?

Brian se puso de pie y caminó hacia mi lado, sin quitarme la mirada de encima.

—Acabas de besarme—me susurró al oído, tan cerca que me hizo cosquillas.

—No...eso no es cierto—me aparté de él de un sólo empujón y giré la cara hacia otro lado.

—Sí, sí lo es—declaró, no tan alto para que los demás escucharan, aunque dudo que lo hicieran ya que estaban absortos en su propio mundo de risas estúpidas—. Sabía que estabas fingiendo y por eso lo hice—me guiñó un ojo con discreción y se metió las manos en los bolsillos, contemplando el perímetro del campus—. Eres muy fácil de seducir, Foster, créeme. Sólo espero que no seas mala perdedora...te aviso que me gusta lo bueno, si sabes a lo que me refiero.

Antes de que la cabeza me estallara, me volví bruscamente hacia el otro lado y le di la espalda. Tratando de escapar de aquella dura y triste realidad, preguntándome cómo demonios iba a vivir con ello.

Quizás yo lo besé, pero el lo hizo primero, era trampa.

¡Trampa!

Quería decirle algo, pero las palabras se estancaron en la garganta. Ya ni siquera escuchaba las carcajadas de Leslie o Matt, y no era porque hubiesen parado de burlarse de mí, si no porque la voz de Brian rebotaba una y otra vez en mi cabeza. Había perdido, de la forma más sucia y asquerosa posible. Había perdido contra Brian. Otra vez.

Y eso sólo significaba una cosa.

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Trouble Boy (Synyster Gates y tu)  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora