Situación Paranormal, Sensaciones Nuevas.

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Si bien esa noche no llovió, tampoco pude conciliar el sueño fácil. Tenía mucho miedo respecto a ese "Zayn" y no sabía porque. Lo único que estaba claro es que también sentía muchas ganas de patearle la cara, y eso traía muchas dudas que no podía responder. ¿Cómo era posible que con solamente mirarme, ya me causara todo eso?

Me levante al otro día con algo claro en mi mente, debía comentar con alguien ese tema, y quien mejor que mi mejor amigo. Marque su número y atendió al segundo tono.


—Hola

—Hola Brian, soy Elena.

—¡Oh! ¡Hola! ¿Cómo estás? 

—No muy bien. Necesito hablar contigo.

—¿Qué pasa? 

—Es que... tengo un vecino nuevo, es muy raro, me incomoda bastante y... —

—¿Te hizo algo? ¡Ya voy a romperle la cara! — Reí.

—No, no me hizo nada... Aun. Tal vez este paranoica, pero creo que... no sé, en serio ni yo entiendo—.

—Haber, quítale una foto y muéstramela—.

—Sí, ahora te llamo—.


Colgué el celular y lo puse para sacar una fotografía. Me acerque a la ventana disimuladamente, y como sospeche él estaba ahí. Como la primera vez que lo vi, sentado sobre la ventana, solo que miraba hacia abajo, sin sus ojos mirándome y a la luz del sol no parecía tan peligroso.

Con la mayor discreción posible, acomode el celular frente a mí y cuando estuve apuntándolo con él, me lleve la sorpresa de que el no aparecía en la pantalla. Pensando que algo andaba mal con el ángulo de la foto, acomode la cámara en todos los lugares posibles; El aún no se veía reflejado en ella.


Con el pánico corriendo en mi sangre, volví a cerrar las cortinas y llame rápidamente a Brian.

Solo en cuestión de minutos, lo que era obvio apenas vivíamos a unas cuadras de distancia, él estaba allí.


—¡Espero que esto sea bueno! — Dijo él una vez que nos encontrábamos frente a la ventana.

—Veras que sí—. Respondí y nos asomamos.

Él no estaba.

—¡No puede ser! — Me queje.

El timbre proveniente del piso de abajo llamo nuestra atención. Caminamos hasta el comienzo de las escaleras y nos pusimos detrás de los barrotes de madera de estas.

—Es el—. Le señale a mi amigo cuando vi a Zayn en la puerta.

—Buenas tardes señora. Mi madre dice si no tiene un poco de azúcar para darnos — Por fin había escuchado su voz, sonaba tan amable, tan dulce, angelical... ¡Pero nada de él era así! De eso estaba segura...

—¡Oh! Es un gusto dulzura, y si, ya te traigo el azúcar—.


Mi madre comenzó a encaminarse a la cocina, pero Zayn aún no entraba.


—¿Qué pasa hijo?

—No puedo pasar si no me invita a hacerlo, señora.

—¡Oh! Pasa cariño, pasa—. Y se fue a la cocina.


Por el tono de mi madre, supuse que aquel extraño le había caído bastante bien.

Brian ahogo una risa.


—¡Viene de la época colonial! — Aquel comentario hizo que una risita se me escapara a mí también.

—No sé de donde viene, pero hay que averiguar—. Estaba subiendo mi celular para enfocarlo, Brian se acomodó a mi lado para ver mejor, iba a desenmascararlo, pero en ese mismo instante... él nos miró.


Rápidamente deje el celular a un costado.


Mi madre volvió con una taza de azúcar, y al ver a Zayn con la mirada en un punto fijo (nosotros) se percató también de nuestra presencia.


—¿Qué hacen ahí? ¡Vengan a saludar! — De mala gana, mi amigo y yo bajamos.

—¡Hola, soy Zayn! — Su agradable saludo difería con la resentida mirada que nos había echado segundos antes.

—Hola—. Saludamos desganados.


Mi madre le entrego una taza de azúcar.


—Muchas gracias señora. Otra cosa, mi madre estaría gustosa de que usted y su familia.- Note como me miro de reojo por un milisegundo. —Fueran esta noche a cenar a nuestra casa, si es que no tenían planes claro— Su amabilidad era una máscara de papel, yo lo notaba, siempre había tenido ese sexto sentido.

—¡Nos encantaría, dile a tu madre que ahí estaremos!

—¡Genial! Debo irme, adiós señora. — Clavo sus fríos ojos en los míos.

—Nos vemos Elena.



Mi Vecino Es Un VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora