La Confesión

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Le pegue a Brian en la cabeza con un almohadón de plumas lo más fuerte que pude, para que el impacto doliera más.

—¡Hey! —Se quejó el.

—¿Puedes dejar de hacer ruidos con el chicle cuando lo masticas? ¡Me irrita! —

—A mí me irritas tú, y sin embargo no te pido que te vayas—. Acoto despreocupadamente.

Volví a tomar el almohadón y choco con su nuca nuevamente, al parecer esta vez sí le dolió.

—¡Auch! — Se quejó.

—¡Te lo merecías! 

—Sí, si...- Suspiro frotándose la nuca y miro hacia la ventana que se encontraba cerrada. —¿Resolviste el tema de tu extraño vecino?

—Sí. — Respondí seca, no quería hablar mucho del tema.

—¡Oh! Estas respondiéndome cortante, eso significa que algo ocurrió. — Se sentó en la cama dispuesto a escuchar. —¡Cuéntamelo todo! — Yo reí al ver su pose.

—Nada ocurrió, solo eran alucinaciones mías, como siempre—.

—¡No me mientas! No puedes hacerlo, te conozco muy bien... — En ese momento, y por suerte, David entro a la habitación interrumpiendo la charla.

—Elena, mamá me mando a decirte que estamos aquí al lado por si necesitas algo—. Anuncio la chillona pero adorable voz de mi hermanito.

—OK, Gracias David—.

—De nada, y Zayn dijo que abras la ventana—.

—¿Ah? — Dije algo confusa.

—Zayn me dijo que te diga que abras la ventana—. Dicho esto, se fue de la habitación.

Brian y yo miramos hacia la ventana.

—Así que ¿ahora te hablas con él? — Ignorando la pregunta de Brian, abrí la persiana.

Allí se encontraba el, con los cristales abiertos. Apenas me vio me hizo señas para que los abriera yo también. Le hice caso.

—Necesito hablar contigo. — Me anuncio en un tono de voz elevado para que pueda escucharlo. —¿Puedes venir ahora? — Justo cuando termino de preguntar, Brian apareció a mi lado y Zayn se percató de su presencia. Le lanzo una mirada asesina y volvió sus ojos hacia mí.

—Oh, cuando tengas tiempo—. Agrego mirándome, esta vez, de mala gana.

—No, está bien. Ahora voy—. Respondí y me apresure a salir del cuarto después de agarrar una campera deduciendo que me iba a encontrar con un friolento clima afuera.

—¿Ahora son amigos? — Continúo interrogando Brian detrás de mí.

—No... No con exactitud. — Conteste. —Nos vemos mañana ¿sí? — Le di un beso en la mejilla y me dirigí a la casa de Abel.

Otra vez fue ella la que me abrió la puerta.

—Buenas tardes—. Salude.

—¡Hola Elena! Ven, pasa, tu madre está en la cocina—.

—Sí, lo sé... emmm... en realidad vengo a hablar con Zayn—. De nuevo mostró sorpresa.

—Oh, él está en su habitación—.

—Gracias—. Acote subiendo apresuradamente las escaleras, sentía mucha intriga por saber que era lo que Zayn quería decirme.

Me lo encontré a mitad del pasillo, saliendo de su cuarto.

—Llegaste rápido—. Dijo algo sorprendido.

—Supongo—. Conteste restándole importancia.

—¿Y tu amigo? — Curioseo refiriéndose a Brian.

—Se fue a su casa—.

—¡Oh! Lamento haber interrumpido lo que sea que hacían... —

—De hecho tratábamos de estudiar pero el comenzó a comer chicles y... —Interrumpí para ser interrumpida.

—No me interesa. — Me callo. Aunque tuve la extraña sensación de que si le interesaba. —Ven—Me invito a pasar a su cuarto y así lo hice.

—¿Qué ocurre? — Indague curiosa.

—Tu superior vendrá por ti mañana—. Anuncio de lo más despreocupado.

—¡¿Qué?! ¿Cómo sabes? —

—Lo sé y punto. Ahora, te llevara unos días a Italia porque necesitas entrenamientos intensos, luego volverás y sé muy bien cual será tu misión... —

—No voy a ir a Italia, te dije que no quiero hacer esto—.

—¡Oh vamosElena! Compórtate como lo que eres, una caza-vampiros, no una niña caprichosa. Debes hacerlo—. Suspire frustrada.

Todo era una mierda.

—¿Y cuál será mi primera misión? —

—Matarme—. Deje que mi boca se abriera al igual que mis ojos.

—¿Por qué a ti? — Seguí cuestionando.

—Bueno, soy el descendiente de Jay por ende soy el vampiro más fuerte que existe hasta ahora, y tú eres descendiente de Elena, la caza-vampiros más fuerte, ella va a querer que te enfrentes conmigo.

—¡Pero yo no quiero enfrentarme contigo! —Me queje.

El me miro extrañado.

—¿Por qué no? —Pregunto confundido.

—Porque... no, no quiero herirte

—¿Por qué no? Es lo que debes hacer... 

—¡No me importa lo que debo hacer, ya deja de repetir eso! —Me levante del sillón donde yacía sentada. —No me interesa si tú quieres arrancarme la cabeza ahora, yo si te aprecio Zayn—.

Él también se levantó de su silla. Me sorprendí al ver sus ojos, parecían arder de cólera.

—¿Qué mierda dijiste? — Por un minutos tuve algo de miedo, pero luego lo mire a los ojos y se lo repetí.

—Te aprecio, y no te voy a hacer daño—. Enfadado, el me tomo de los hombros y se acercó más a mí.

—¡¿Te das cuenta?! — Grito. —Quieres a todo el mundo, le sonríes hasta al ser más repugnante de la tierra. ¿Quién te crees? ¿Blanca Nieves? ¡Por eso te odio! 

—¿Me odias porque te quiero? — Le dije con lágrimas en los ojos, tratando de zafarme de su agarre.

—¡No lo repitas! 

—¡No te entiendo! — Replique.

—¡Claro que no entiendes! Jamás entiendes nada, eres tan boba

—¡No me digas así! No soy ninguna boba

—Lo sé— Contesto entre dientes.

—¿Por qué me odias tanto? —Pregunte más calmada, mientras me iba soltando lentamente.

—Te odio porque eres lo único en la tierra que no puedo odiar. No te odio porque me quieres, te odio porque te quiero—.OK

Mi Vecino Es Un VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora