Lunes de nuevo, indicando que volvería la rutina de la semana. Pero aun peor, el martes había examen de química. Me aliste para la escuela, tome unas tostadas y un jugo del refrigerador. Y salí a la escuela.
Cuando llegue ubique a Guillermo pero desafortunadamente lo vi con la persona que nunca me imagine, Sol LaDonna,la chica mas popular de todo el primer ano y la escuela, rubia, ojos azules,plástica,perfectamente plástica. Me arme de valor y fui hacia ellos.
Ho-hola –dije mirando tímidamente a Guillermo
Ho –dijo Guillermo mientras Sol lo interrumpió: ¿Qué quieres? ¿No ves que estamos hablando?-me grito haciéndome sentir sumamente mal, solo me voltee decidida a alejarme. Cuando de pronto sentí que alguien me detuvo por el brazo.
No-no le hagas caso –me dijo Guillermo alentándome un poco.
Estoy harta de cómo ella es, harta. ¿Qué le da derecho de tratar a las personas así? ¿Qué? –decía mientras las lagrimas invadían mis mejillas ensenándole mi lado sensible a Guillermo
No llores, se me parte el alma –dijo secándome las lagrimas y besándome la frente. Me sentí tan segura que me sentí mejor
Gracias –dije sonriéndole
No hay de que –me devolvió la sonrisa
Em, ¿quieres estudiar para química esta tarde? –le pregunte nerviosa
Me parece bien, ¿esta tarde en tu casa? –me pregunto
Si –le respondí
Al llegar a casa, me prepare algo de comer y me puse ropa cómoda, a eso de las 4 sonó el timbre indicándome que Guillermo había llegado.
Hola Guillermo –le dije mientras le abría la puerta
Hola –dijo tocándose el cabello, que hermoso.
Estábamos estudiando y entre miradas y sonrisa, Guillermo me agarro la mano.
Re-Renata -tartamudeo mirándome fijamente a mis ojos
Aha –le dije nerviosa
Se acerco ami lentamente acaricio mi cara, yo solo cerré los ojos, sus labios se fueron acercando a los míos lentamente, cuando por fin nuestros labios chocaron, no duraron un segundo para volverse uno, nuestras lenguas bailaban tiernamente, paramos por falta de aire, nos quedamos mirando y sonreímos, le bese denuevo tiernamente y nos separamos.
Renata, no puedo ocultarlo más, me gustas –me dijo Guillermo nervioso
También me gustas –le sonreí tiernamente
Guillermo me volvió a besar. Éramos novios desde ese momento.