CAPÍTULO 14

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Como no sabíamos si esa era verdaderamente la puerta en la que estaba mi celular, intentamos abrir otra. Aquella si la pudimos abrir. Entramos y la inspeccionamos pero no había nada. Era un cuadrado de 4x4 con, solamente, una cama marinera.

Me desesperaba cada vez más, por no poder salir de aquel infierno. Seguimos intentando abrir puertas, pero nada, todas estaban cerradas. La única habitación abierta tenía una cama marinera. No tenia señales que mi celular esté en alguna de todas las habitaciones. Desde que paro de sonar, nunca más lo escuchamos. Sin embargo, seguimos recorriendo pasadizos y entrando a habitaciones, pero nada, todo fue inútil. Solo había una habitación abierta y como dije antes "era un cuadrado de 4x4 con, solamente, una cama marinera".

Nos rendimos y salimos de todos esos pasadizos. Cuando salimos dejamos todo como estaba para que Leonard no se diera cuenta y nos fuimos, cada una, a nuestra habitación. Antes de llegar allí, yo me caí y se abrió una puerta que daba a un patio, en el cual, los vecinos te podían escuchar. ¡Era un milagro! Pensé. Al fin, al fin libres. Pero... nooo... era horario de trabajo y pese a todas mis fuerzas que ponga en gritar "auxilio" nadie me podrá oír. Mi cara de felicidad al darme cuenta de eso, cambió por completo. Me había ilusionado mucho. De veras había pensado en el futuro. Estaba pensando a donde iría ya que sería libre.

Igualmente, Mora, grito y la verdad es que yo también. No perdía nada con solo intentarlo. Capaz que había alguien que faltó a su trabajo por estar enfermo o por cualquier cosa. Y ¡sí! Mi deseo se cumplió. Una señora de unos cuarenta años, castaña, con su bata de dormir, se asomo por la ventana y nos vio. Nos vio tan desesperadas que si no nos escucho, aunque gritamos tan fuerte que seguro que si lo hizo, seguramente, llamó a la policía.

Estábamos muy felices. Nos imaginamos todo lo que haríamos una vez fuera de la casa, y pensándolo bien, no sé qué haría. Ni mis papas ni Vale se preocuparon por mí en todos estos meses. No se molestaron en buscarme, básicamente, no se molestaron en nada. Yo era un peso muy pesado en sus vidas y por fin ya no lo tenían. Pensando en todo eso no sé si era mejor quedarme acá o salir. De todas formas, voy a estar triste, desconsolada, todo lo que una no quiere que le pase.

Mora, en cambio, era muy querida en su casa y ella cree que aunque no la hayan rescatado durante todo este tiempo, su familia, la está buscando.

Pasamos toda la tarde pensando en eso. Leonard, como todos los días, ya había vuelto. Eran las nueve de la noche. Apenas vimos las luces de su auto, tuvimos que bajar corriendo y ponernos frente a la puerta para que cuando la abra le digamos "buenas noches Leonard, ¿trabajaste mucho hoy? ¿Estás cansado? ¿Querés que te preparemos la cena?" todo eso, todos los putos días para que no se enojara y con la misma respuesta: "si, trabaje mucho hoy. Preparen la cena y tráiganmela a mi habitación".

Como ya sabíamos todo lo que iba a pasar, ni bien termino de hablar le preparamos la cena y se la llevamos a su podrida habitación.

Se comió todo, nosotras también, y nos fuimos a dormir. Aunque no pudimos, lo único que nuestro cerebro nos dejaba hacer era pensar que mañana todo se resolvería, que seriamos libres.




Maldita realidad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora