C-10: Esto es la guerra

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Le había tomado mucho tiempo comprender las intenciones de su hermano mientras intentaba distraer su mente de las vagas pero sugerentes señales que Brisa le enviaba a Tomas con la mirada y caminaban errantes por el pasillo del colegio . Era empalagoso de ver. En realidad a ella le resultaba empalagoso puesto que ahora veía diferente el término amor gracias a Christian. De golpe su hermano detuvo su caminata y permaneció frente a un enorme volante. Mar leyó las palabras inscritas en una letra demasiado llamativa como para ignorarlas:

NACIONALES: "Inscripciones a pruebas aquí"

Contempló el volante del pasillo en una lucha interna en la que quería saltar de emoción para luego permanecer en el piso en una posición fetal. Tomas escribió su nombre sin dudas, luego miró a su hermana para que lo imitara.

Las competencias de fin de año habían iniciado, y ella quería hacerlo. Realmente quería nadar, pero eso significaba tener que encontrarse con sus antiguos compañeros, y más que nada, con Christian...

¡Cómo olvidaría a Christian! Su oscura melena y sus ojos color chocolate. Su ronca voz que exhalaba humos de cigarrillo mentolado el cual prometía dejar, su actitud rebelde ante las denominadas reglas, siempre incitándola a escaparse e ir a jugar al pool. O beber con unos amigos de fachada metalera con los que siempre terminaba aprendiendo más que en el colegio sobre la vida. Y luego venían las discusiones... recordar las discusiones le generaba la piel de gallina; en verdad eran dos tornados en donde se lanzaban comentarios hirientes y lágrimas amargas, para luego de varios días esconder su orgullo y reconciliarse con una mirada llena de disculpas. Los motivos siempre eran los mismos: celos. Y ahora, justificados con una llamada telefónica. En el fondo tenía que admitir que aún lo quería, y tener que verlo significaba volver a consumirse en ese mundo de emociones compartidas, en donde se sentía insegura y frágil pero también viva y llena de adrenalina.

—Vamos Mar, hazlo—. Insistió Tomás con obvia emoción. Su nombre ya estaba en la lista, sólo faltaba ella.

—No deberías presionarla—susurró Brisa posando su mano en el hombro de él. Mar notó el detalle esta vez con gracia y nostalgia. Así iniciaba el romance...

—Quiero hacerlo, es sólo que... no sé si deba—. Intentó explicarse reteniendo las lágrimas que se avecinaban, motivadas por otras razones que Tomas desconocía. Su hermano negó con la cabeza persistente.

—Mar... No dejes que esto de la mudanza te impida alcanzar tus metas; tu oíste al entrenador Malcolm, eres más que buena y tienes futu...—no completó la frase cuando dos jóvenes se acercaron a la tabla de inscripciones con una actitud altanera. Tomas palideció cuando vio a la rubia acercarse y ella lo saludó con un beso en los labios. Mar parpadeó y se limpió las escasas lágrimas con rapidez; Brisa contempló la escena con asombro e irritación.

>>Kim... cuánto ha pasado...—Comentó Tomas zafándose de sus garras. Ella rio como una diva.

—Sí, lo sé. No puedo creer que ahora estés en mi colegio. Tiene que ser el destino—exclamó Kim mientras expiaba a Brisa de reojo.

—Así que él es tu hermano—codeó la pelirroja con aire de complicidad hacia Marianela quien le dedicó una mueca reprobatoria—. Nada mal—comentó Danielle con ojos de acechadora.

—Disculpa... ¿ustedes se conocen?—Interrumpió Brisa confundida. Kim rodeo a Tomas con confianza, pero él la apartó con sutileza y se rascó la nuca con una sonrisa incómoda.

—Oh sí...—contestó Kim volviendo a rodearlo. Brisa miró a Tomas con crudeza y decepción. Mar se impulsó a intervenir la escena en defensa de Brisa.

—Oye Kim, si no es molestia...—Exigió Mar casi con rudeza, apartándola de su hermano para contemplar con desafío la tabla de Inscripciones y escribir su nombre en la sección de Natación. Kim se mostró aturdida, pero se reincorporó con elegancia y la miró con llamas en sus verdosos ojos—. Tú dijiste que buscabas a alguien a tu nivel, aquí me tienes—, se mostró intimidante, aunque en el fondo se estaba reprendiendo por aquello. Se suponía que debía ignorar cualquier provocación y ahora estaba retándola a competir en las pruebas de Natación.

La Presencia (No todos descanzan en paz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora