Lo que miro en el espejo

Petición denegada

A medida que el ambiente se volvía pesado en la habitación la chica se sentía cada vez más impotente al no poder hacer nada por su amado ¿qué podía hacer ella? No hacía falta ser muy inteligente para darse cuenta de lo que había sucedido, únicamente no conocía con detalle lo ocurrido y eso la ataba de manos, tampoco quería presionarlo ni mucho menos hacer o decir algo que pudiera incomodarlo, pero si la situación lo ameritaba no le quedaría otra opción. Temblando todavía, temerosa por lo que podría suceder, tomó asiento en la mesa de centro –que también fungía como comedor- , quedando así justo delante del chico, pero antes que pudiera hacer un movimiento el muchacho prosiguió:

-Lamento molestarte así con mis problemas, has de creer que soy un tonto... lo soy...

- ... No lo eres... -respondió la chica- El tonto es "él" por no saber valorarte...

-Hm... -Hizo una mueca de ironía, le hacía gracia que la chica pensara algo de él que, a su parecer, no era verdad. –No soy lo que tú crees, tú me ves como alguien perfecto pero no soy así, yo también cometo errores

-Sé que no eres perfecto, nadie lo es, pero sé lo mucho que vales y estoy segura que no te mereces que te traten así... como basura... como plato de segunda mesa, si yo... quiero decir... yo no te haría algo así... y ningún error que hayas cometido es razón para humillarte

-Parece como si ya lo supieras

-No necesito los detalles para saber lo que pasó

Soltó un hondo suspiro y prosiguió. –Decidí venir contigo porque no quería que mi familia me reprochara lo que hago, y mis amigos no lo saben, así que eres la única en la que puedo confiar, eres la única que no me echará en cara lo que hice mal

-Pero tú no has hecho nada malo...

-¡¿Cómo lo sabes?! Cómo sabes que no hice nada para merecer que Midousuji se fuera con alguien más... Sí que soy tonto, para empezar no tengo derecho a reclamarle nada, ya que oficialmente no estamos saliendo

-¿En serio? Yo pensaba que tú y él...

-Hemos estado juntos, pero no significa que haya algo entre nosotros... tal vez ahora quiera estar con Onoda kun para llenar ese vacío que yo dejo en él

-¿Eso te dijo él?

-No, pero es posible... no... -bajó la cabeza avergonzado. -yo no soy suficiente para él... pero lo entiendo, él tiene derecho a buscar a alguien que le haga sentir completo... como él me hace sentir a mí, pero yo no soy esa persona para él

-No digas eso...

-Probablemente él sólo me utilizó...

-Calla, no digas más

- ...y en realidad él nunca me ha...

-¡Ya basta, Koutarou!

Completamente anonadado, miraba fijamente a la chica entre sorprendido y extrañado, era la primera vez que alguien lo llamaba así tan repentinamente, a lo cual ella reaccionó llevándose ambas manos a la boca, había deseado desde siempre llamar a su amado por su nombre propio en lugar de utilizar su apellido, y precisamente había escogido el momento menos indicado para llevar a cabo su anhelo.

-¿C-cómo me llamaste?

Repitió la chica el nombre entre murmullos -Ko... Koutarou... lo lamento, no quería hacerlo, estaba tan enfadada porque te sintieras tan poca cosa que lo dije sin pensar, tú... -Levantó el rostro hasta encontrarse con sus ojos. –Tú no eres malo Kou... Ishi-gaki, eres la persona más noble y encantadora que he conocido, y te mereces a alguien que te ame de verdad y no te lastime y que vea por tu bien antes que por el propio... yo quisiera... ser esa persona para ti... siempre, desde que te conozco lo he deseado...