Inevitable

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¿Cómo fue que llegamos hasta este punto? en el sendero llamado vulgarmente amor, del cual no hay regreso, al cual yo comparto más con un abismo: por más que quieras salir siempre acabas por adentrarte más.

Es inevitable...


Jamás olvidaré cómo conocí a Ishigaki y cómo fue que mis sentimientos por él comenzaron a florecer:

Por la temporada del interescolar empecé a trabajar en una posada de Hakone, me gustaba estar ahí, además de que pagaban bien. Era el segundo día del interescolar y ese día me tocó trabajar por la tarde. Un hombre desagradable intentó llevarme a su habitación, tiraba insistente de mi brazo del cual sostenía yo un par de toallas, las cuales dejé caer al suelo durante el forcejeo.

Estaba acostumbrada a ello, sabía que tenía que aprender a defenderme y eso era lo que hacía, no buscaba a nadie que lo hiciera por mí, y en eso él apareció:

Inevitable...

Tirando del otro brazo del viejo, el muchacho hizo lo posible por detenerlo y amenazó con llamar a seguridad, a lo cual el hombre respondió agresivo, arrebatándole su propio brazo y finalmente se esfumó.

-¿Estás bien? Espero que ese hombre no te haya lastimado.

Dijo él... me hallaba desconcertada y sólo lo veía mover sus labios, articulando palabras que no comprendía.

- ¿Necesitas ayuda?

Muy astuto, pensé yo, no hay en este mundo una sola persona que entregue algo sin pedir otra cosa a cambio. Demasiada gente basura a mi alrededor me hacía perder la fe en las personas, no existía la gente buena, noble, sincera... este chico se manifestaba como una especie en peligro de extinción.

Viviendo tan lejos de casa carecía de compañía, así que no tenía a nadie con quién charlar, tampoco disfrutaba de las pláticas de los demás, sin embargo aquel sentimiento expresado por él y ajeno a mi persona hizo que me sintiera realmente conmovida, expresaba una sincera preocupación debido a que la estrella de su equipo había desaparecido.

- No puedo evitar sentirme culpable...

Deseaba sinceramente alcanzar la victoria junto con su equipo, pero sin él ese sueño sería algo imposible de lograr.

-... Pensaba hacerlo después de la carrera, aunque no lo lograra, esperaba poder encontrar el momento perfecto para confesarle lo que siento.

Confesarse... esperar el momento perfecto...

-Es maravilloso- Pensé, podía notar el brillo en sus ojos cada vez que se expresaba sobre su amado.

"Él tiene mucha suerte"

"Ishigaki ama a Midousuji, él es alguien muy afortunado, espero que sean muy felices"

" Ya llegará el mío" me consolaba pensando aquello


-Estoy segura de que volverá

A pesar de no saberlo en realidad esperaba que así fuera, un sentimiento tan sincero como el de Ishigaki no merecía ser pasado por alto, y al día siguiente ahí estaba y su sonrisa resplandecía como una estrella en el ocaso.

"Sé que serán muy felices" me decía mientras sonreía...

No supe lo que sucedió después, sin embargo unos días después recibí una oferta para irme a trabajar a Kyoto

... El destino es aterrador cuando hace de las suyas

Tenía curiosidad por saber cuál sería el emocionante desenlace de aquella romántica historia, a pesar de que las posibilidades de encontrarnos de nuevo fueran nulas... sin embargo sucedió.

Era inevitable...

Llevaba apenas una semana viviendo en kyoto, hacia lo posible por adaptarme cuando un día me encontró en el pasillo de belleza, tenía una cita con midousuji, habían quedado desde la tarde en ir al cine después de la escuela, ishigaki sólo había hecho una pequeña escala para comprarle al chico sus dulces favoritos.

-Lo tratas como a un príncipe, si yo fuera él no podría decirte que no...

"Mala comparación"

Por lo que me había contado supe que no le había sido posible declararse al final del interescolar.

-Espero el momento perfecto para confesarme y saber qué es lo que él siente por mí...

Paciencia... eso es amor.

"Es tan afortunado"

Podía pasarme la vida fantaseando con alguien de mi imaginación, sin embargo ese alguien ya no era parte de lo que imaginaba, estaba ahí, era parte de mi realidad

"Ojalá y se enamorara de mí"

No como, no parecido ni similar... era él a quien yo deseaba para mí, sabía que no existía nadie igual.

Eso... era evitable...

El destino siguió jugando conmigo, ahora tenía forma de comunicarme con él, así es como hablar se convirtió en un hábito del diario, nos encontrábamos en la calle y platicábamos largo y tendido, era la primera vez que hallaba a un estudiante de preparatoria tan apuesto con sólo usar un uniforme escolar.

El día tan esperado había llegado, él estaba feliz, sus palabras eran la prueba de ello.

"Gracias por todo Sunsaki san, no lo habría logrado sin tu ayuda"

¿Mi intención era ayudar?...

Duele un poco, o quizá nada

Pero siempre fue algo evitable, y a la vez... inevitable...


Lo que miro en el espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora