Rebeca era más que una simple chica para Eduardo, su sencillez la enamoró y, entre tantas cosas, su inteligencia. Era un amor recíproco y éste se concibió bajo nubes azules alumbradas por una luna plutónica.
Acto-consecuencia, es ley. La vida se rige de ello y ésta llevó a concebir no solo un acto, sino, un hijo.
¡Ilusión y bendición!, era lo que repetía siempre su enamorada. ¡Ilusión y bendición!
-Se llamará Mateo Dvrak Suein, ¡amor!, ¿no te ilusiona? ¿por qué bajas tu mirada con rencor? ¡Alégrate, que es una ilusión y bendición!
-Calla, mujer. Un mes de retraso no significa tu embarazo.
-Ya son dos-corrigió, y puso la mano derecha bajo su vientre y la izquierda arriba, mirándolo con suma sensibilidad maternal-, y siento nauseas. No te enojes, Ed.
-¡Deja de llamarme como lo hacían mis padres! ¡Insolente!
-Amor mío, ¿es que acaso no te ilusiona? ¡Ay de mí cuando concreté mi amor contigo!
-Calla. Es mejor que vuelvas a ocultarte y esta vez bien, vez pasada ví tus ojos brillando en el umbral. Odio eso de tí, que me ves cuando leo. De hecho, te odio todo y maldigo el momento en que mi corazón fue robado por mujer insolente.
Ella lloró por las crueles palabras, filosas y lanzadas al aire dando directo al blanco. Cada esquina de cada letra atravesaba como vidrio roto cada parte de su cuerpo y espíritu, que quedó mutilado y esperaba que con lágrimas sanase. Primero, la cabeza reposada en blanca y acolchada funda lisa empapada, luego la sanación haría cicatrizar sus llagas. Pero salvarlas ¡oh, nunca! pues ella lo sabía porque vez primera no era.Pasaron horas y se calmó cuando mandó llamarla. Acudió como esclavo obediente y asintió a la órden: sentarse a su lado. Lo miró tiernamente leyendo libro viejo, polvoriento, con una ternura tal que se parecía más animal que humana. El amor humano no existe.
Él miraba dibujos antiquísimos, corroídos por la humedad y el tiempo con sumo interés en aprenderlos.
Se empezaba a preguntar por qué el llamado, hasta que sus pensamientos fueron detuvidos por otra órden:
-Tráeme un vaso con agua, el suero que hay sobre el alféizar de la cocina y el cuchillo para carne.
¿Por qué era ella tan sumisa? ¿Por qué él tan prepotente? ¿Cómo coincidieron en alma para unirse?
Lo siguió al pie de la letra, e incluso en el órden que le dijo, aún estando el suero más cerca del cuchillo que el estante y el grifo. Desconocía lo que contenía el suero, o para qué fines usaría todo. Desconocía también el culto de su pareja.
¡Ay! Bebió por sumisión a su amor incondicional y estúpida obediencia ciega, ¡ay de aquellos que hacen eso!, y ahí, segundos retardados: horas para ella, sumió en sueño.
Dvrak había utilizado solamente dos de sus tres ingredientes fatídicos. Su libro de medicina natural no lo ayudó, por lo que tampoco ayudó a Rebeca. Una sola era la opción.
No podía decidir. El primer paso para abortar a su hijo estaba hecho.
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Historias de una casa hacia la carretera
Детектив / ТриллерSon las personas las que ocasionamos los males. Esto es una recopilación de estos hechos que ocurren hacia la carretera 1, en una casa rural.