Capítulo 3

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Aquella noche, después de que al fin Hyuk aceptara con resignación el quedarse a vivir con el apuesto chico, se pasó a ver alguna película en la enorme pantalla de plasma que le seguía dejando con la boca abierta, mientras el supuesto príncipe preparaba algo para cenar.

— ¿Qué es esto? —Preguntó cuando Donghae se acercó a sentar con él, ofreciéndole un plato del cual su contenido se veía bastante dudoso.

—Es... Una comida especial para princesas.

Aquellas palabras solo pusieron a Hyuk en un dilema ya que, o se lo comía o pasaba otra noche sin cenar. Observó a Donghae comer sin ningún problema y, mirando de nuevo su plato, llevó la cuchara hasta sus labios con miedo. El sabor era como el chocolate con leche y pan tostado, no sabía mal, pero ahora entendía que Dopnghae había licuado esos tres ingredientes y se los había servido. Definitivamente Donghae estaba loco, pero por lo menos no lo estaba envenenando, ya eso era una ventaja.

Por ser el primer día de Hyuk, le permitió que durmiera en su habitación, le prestó un pijama y Donghae se fue a dormir a la habitación de invitados; quería tratar a su princesa como tal.

Al día siguiente, se levantó muy temprano para ir a trabajar, pero no salió sin antes dejar el desayuno en la mesa para su Hyuk y así salir corriendo.

A eso de la 1pm se despertó el bello durmiente, y es que llevaba días sin poder dormir bien, pero en esa enorme cama bastante cómoda y con dulce aroma podría pasársela toda la vida.

Salió completamente desnudo, así como había dormido pues eso de los pijamas con perritos a él no le iba.

Sobre la mesa se encontró el cartón de leche, una caja de cereal del famoso conejo café, y una notita a lado del plato vacío.

— "Princesa Eunhyukkie, te he dejado el desayuno listo para que solo te lo sirvas, yo he tenido que ir al trabajo, pero regresaré a eso de las 3pm. Sírvete de lo que necesites en casa.

Atte: El príncipe Donghae"

Hyuk negó y se burló de aquella tontería, además del nuevo apodo que le había puesto "Eunhyukkie" no podía estar más loco, pero sin duda le tomaría la palabra a eso de servirse de lo que necesitara.

Tiempo más tarde después de desayunar se duchó en la enorme tina tipo jacuzzi, se puso ropa limpia de Donghae, la cual no era su estilo pero no había más, y finalmente se tiró en el sofá con los pies sobre la mesita de centro a ver Tranformers, le encantaba ver lo buena que estaba Megan Fox.

Pasadas las horas, Donghae llegó a casa lleno de bolsas del super, y es que apenas el día anterior se había dado cuenta de que su refrigerador estaba casi vacío. Compró de todo sin detenerse a pensar siquiera si sabía cómo se preparaba o en qué le podía ayudar cada alimento. Dejó las cosas en la encimera, notando que la TV estaba encendida y los cabellos claros de su princesa estaban asomándose solo un poco por el respaldo del mueble.

No le importó dejar las cosas sin acomodar, y queriendo sorprender al castaño, se aproximó por el respaldo hasta alcanzar los sedosos cabellos, donde enredó suavemente sus dedos mas no hubo reacción. Asomó su cabeza para ver la ajena percatándose de que Hyukjae dormía plácidamente con los labios entre abiertos, aquella imagen era por demás adorable. Bajando más su vista, notó que llevaba puesto uno de sus suéteres de lana color azul oscuro, uno de sus pantalones blancos, y estaba descalzo con los pies sobre la finísima mesa con superficie de cristal que su madre le había regalado: si la mujer estuviera ahí, seguro que ya le hubiera soltado una lluvia de manotazos en las piernas.

Príncipe azul {EunHae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora