Capítulo 20

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Apenas y lograron dormir una hora, tan solo para descansar del ajetreo del día anterior. Desperezándose, Hyukjae se arregló lo mejor que pudo, tomó prestada la ropa menos formal pero de buena marca que Donghae tuviera, así como tomó sus zapatos Nike y los calzó antes de salir.

—Deséame suerte. —Pidió al abrir la puerta de salida.

—Mucha suerte, Eunhyukkie. —Respondió su casero a dos pasos de él.

Cuando se giró para marcharse, la mano de Donghae tirando de su camiseta lo detuvo. El castaño apenas volteó y lo vio con la cabeza gacha mientras se remordía el labio, dibujó una suare sonrisa.

— ¿Quién es la princesa aquí? —Preguntó, ganándose la atención del menor, parpadeando con confusión. Hyukjae aprisionó ambas mejillas al atraerlo hasta él y unir sus labios en una caricia por pocos segundos. Se alejó lentamente y sonrió al verlo sonrojado. —No necesito más suerte que esta. —Le dio un suave golpe en el mentón con su dedo índice y se marchó.

Donghae se tocó el rostro, lo tenía caliente. Estaba confundido, no tenía ya la seguridad para hablarle directamente, de tener la confianza de pedirle lo que deseaba. Hyukjae lo hacía sentir tan feliz que apenas y podía creer que existiera aquél sentimiento.

Dando un par de saltos, se fue de nuevo a la cama a dormir, a sentir el calor que su princesa había dejado por aquella hora que pudo descansar. Lamentablemente en las audiciones no dejaban entrar a nadie y Hyukjae no le había dejado acompañarlo. Pero no importaba, él esperaría pacientemente a su Eunhyukkie en casa.

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El edificio frente a él era gigante y moderno, lleno de vidrio por todos lados. El sitio donde sería la audición era completamente diferente a aquella pequeña oficina donde fue a dejar su solicitud de inscripción.

En varias paredes se lograba ver el logo de la compañía. Personas iban y venían con su celular pegado al oído y, al igual que él, varios jóvenes se apresuraban a llegar hasta el área de información, del cual salían corriendo hacia donde, suponía sería la audición.

"A donde fueres, haz lo que vieres" Pensó para él mismo y gracias a la chica que estaba tras el mostrador, pudo llegar rápidamente hasta aquella enorme sala con sillas. Se sentó en una y después de 15 minutos las puertas se cerraron. Un hombre de aproximadamente cuarenta años salió a recibirlos y les invitó a tener calma mientras iban mencionando sus números de registro uno a uno.

Revisó su pantalón por todos lados, con suerte lo encontró en el fondo de uno de sus bolsillos. El número 52 se dejaba ver claramente, lo cual le hacía preguntarse sobre la cantidad de personas que se habrían postulado para aquella audición.

El tiempo se le hizo eterno, ya quería que lo llamaran, pero a la vez estaba tan nervioso que temía olvidar todo aquello que había practicado. Su cuerpo estaba tan adolorido, esperaba poder soportar hasta que llegara su turno. Constantemente secó sus palmas en la tela que cubría sus rodillas y giró su cabeza para tratar de destensar su cuello.

No sabía cuanto tiempo había pasado, pero al escuchar el número cincuenta, se levantó a calentar y a la vez a tranquilizar sus nervios.

Después de varios minutos de espera y rostros llenos de preocupación, su número y nombre fueron anunciados por el mismo hombre del inicio.

Exhaló al ponerse de pie y secó sus manos sobre la tela que cubría sus muslos. Entró por una puerta de metal y siguió por un pasillo hasta lo que parecía una sala de ensayos. Cinco personas esperaban detrás de un conjunto de mesas que lo hacía parecer una sola.

Príncipe azul {EunHae}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora