La mañana siguiente, cuando sonó el despertador, ambos seguían abrazados y Hyukjae solo estiró la mano para apagar el escandaloso aparato. Donghae se removió bastante cómodo en su sitio para seguir dormido, pero los gritos de su inquilino le hicieron despertar. No lograba entender que era lo que decía, el sonido era sordo.
—Eunhyukkie... creo que algo le sucede a Heechul. —Dijo frotándose un ojo.
El castaño no quería moverse, pero los cables en su cerebro hicieron conexión haciéndolo levantarse casi de un salto.
— ¡Mierda! —Exclamó bajando de la cama para vestirse a toda prisa ante la atenta mirada alarmada de Donghae.
— ¿Qué sucede?
—Lo he dejado encerrado, no puede abrir la puerta... y si nos descubre juntos va a mandar a que me corten la cabeza.
Donghae rió ante la imagen de la reina roja y lo bien que le quedaba al mayor aquél adjetivo. Igual tras aquella información, se levantó para vestirse también tan rápido como pudo. Después sin querer hacer mucho ruido, salieron ambos a escuchar los gritos y maldiciones del pelirrojo.
— ¡DONGHAE! ¡DESPIERTA QUE ME HE QUEDADO ENCERRADO! —Se escucharon varios murmullos y nuevamente los gritos. — ¡¿ACASO ESTAN SORDOS?! ¡SAQUENME DE AQUÍ!
Ambos chicos veían como era agitada la puerta, pero la silla se oponía a que esta fuera abierta. Fue así como a señas se pusieron de acuerdo para fingir que todo había sido un accidente.
— ¡¿Te encuentras bien?! —Preguntó Donghae, esperando que dejara de agitar el picaporte.
— ¡Claro que estoy bien! ¡Da gracias a que no sufro de claustrofobia o ya estaría muerto aquí dentro!
Ambos rieron por la respuesta, tratando de que no les escucharan.
— ¡Creo que se ha trabado la manija! ¡Retrocede para que podamos abrir la puerta!
Al dar la orden, Hyukjae se llevó la silla al comedor y después regresó para simular que abriría la puerta de un golpe con el hombro. Heechul exclamó avisando de que ya se había quitado y Hyukjae se lanzó contra la puerta al tiempo que le daba vuelta a la perilla. Fue todo una escena en la que Heechul se creyó que le habían salvado y tanto Donghae como Hyukjae se alzaron el cuello figurativamente por su buena acción, sin embargo se miraron a escondidas realmente divertidos por su travesura. Después de todo, la actitud poco amigable del lacayo no cambió ni un poco.
Un nuevo día ajetreado les espero y así pasó hasta que llegó el fin de semana, donde tuvieron que colaborar los tres, salir a la calle a desayunar, comer y cenar en algún restaurante muy reconocido. Increíble era como Hyukjae iba aprendiendo todo al pie de letra. Heechul trataba de disimular su enfado, pero no le quedaba más que prepararlo para el final del mes.
En el transcurso de la segunda semana, el castaño claro notó que su casero llegaba a casa, por lo menos dos horas más tarde de lo normal, y por lo general se le veía con la vista y la mente en otro planeta, ya que incluso Heechul, con su prepotencia, no lograban sacarlo de su país de ensueño.
Varias veces intentó hablar con Donghae, preguntarle sobre lo que sucedía, pero este solo bajaba la mirada y decía que no era nada, antes de salir huyendo. Lamentablemente, mientras estuviera el pelirrojo en casa no podría sacarle información al afamado príncipe, sin que el mayor de los tres le juzgara de agresivo y tomara aquél acto a su favor.
Frustrante, frustrante, no podía llamarlo de otro modo. Estaba tirado en el sofá que se había convertido en su cama para dormir, cuando escuchó las lejanas voces del agregado y del azabache. Irguió un poco su cuerpo y pudo notar que Heechul iba hacia la puerta de salida con un pequeño maletín en mano. A los segundos se cerró la puerta tras de él, dejándolos solos, por primera vez Donghae y él estaban solos desde que el extraño fanático de Frozen había llegado al departamento.
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Príncipe azul {EunHae}
Science FictionDonghae es hijo de una familia rica y bastante unida, solo que ahora ha cumplido con su parte en casa y desea buscar su independencia, pero con ello también el amor que hasta el momento no conoce. Aconsejado por las ideas fantasiosas que tiene su ma...