Puedo verme perfectamente: De pie frente al espejo preguntándome qué estábamos haciendo mal. Me veo con 16 años, llorándote para darnos otra oportunidad (y otra y otra y otra...)
Te quise a los 16, luego a los 18 y a los 19. Cuando por fin entendimos que no era nuestro momento, decidimos dejarlo para volver a intentar después de un año y medio, porque todo el dolor no nos pareció suficiente. Porque después de un año nos creíamos invencibles otra vez, como si fuéramos tan maduros. Y ahí estábamos de nuevo, haciéndonos daño, del más cruel, con la excusa de querernos y luchar por ello.
Te quise tanto que llegué a odiarte. Te quise de todas las formas humanamente posibles, excepto de la manera sana, esa que te llena y te hace sentir seguro y cálido.
Te quise, pero jamás supe quererte bien, ni tú a mí.
Te quise hasta quedar vacía y volverme inerte.
Y por eso te agradezco.
Te agradezco por las peleas, por todas las veces que sacaste lo peor de mí, todas esas ocasiones en que te hice gritar hasta quedar afónico, por nuestros llantos cargados de ira y frustración y por la infinita inseguridad que sentí a tu lado, aquella que me hizo odiarme. Te agradezco porque ahora sé querer bien.
Hoy me siento enamorada, no solo de mí, también de la vida, de mi presente. Hoy sé cómo es querer de la manera correcta, la más sana y bonita que hay. Hoy siento ese amor loco y eufórico, ese que te hace querer gritar, pero de felicidad. Sé respetar y ser respetada. Aprendí que ese sentimiento de pavor a perder a alguien no es señal de amor verdadero, sino de no creerte lo suficientemente buena para ser digna del amor de alguien más.
Hoy, gracias a todos los errores que cometí contigo y tú conmigo, tengo una relación que funciona, una en la que todo lo que nos hicimos y dijimos tú y yo sería inimagible. Hoy soy otra persona, soy yo misma; la mejor versión de mí que existe, esa mujer capaz de hacer feliz a una persona y a sí misma sin esforzarse demasiado. Soy la verdadera y auténtica yo enamorada, la segura, la feliz, la que no podría pedirle más a la vida por la persona que tiene a su lado.
Gracias, de todo corazón, porque sé que también eres feliz ahora, y sé que sin ti no hubiese aprendido lo suficiente para tener la maravillosa relación que tengo hoy.
Gracias por nuestra relación fallida.
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No empieces, Eff.
De TodoEeeeeeesssto no es una novela :) Tampoco un diario. Es solamente un pequeño surtido de anécdotas que me han pasado alguna vez. Nada, nada de ficción. ¡Por primera vez! -Eff.