La noche pareció eterna, no logré dormir más que unas 2 horas cuanto mucho.
No podía dejar de pensar en el día siguiente, nos adentraríamos en algo parecido a una base militar.
Mentiría si dijiese que no estaba aterrado, el temor a lo desconocido revolvía mis pensamientos y un mal presentimiento me helaba los huesos.Los primeros rayos de luz que se filtraban por la ventana fueron mi despertador. No podía creer que tan sólo unas semanas atrás despertarme sin los gritos suplicantes de mi madre era una tarea ardua e imposible.
Tomé el jean que estaba al pie de la cama, me quedaba un tanto grande pero era mejor que mis pantalones cubiertos de tripas y sangre.
Laura había traído consigo los abrigos de ambos. Estaban limpios ya que no habíamos ensuciado esa prenda pensando en volver a utilizarla.Unos minutos después me encontraba en la cocina, aún eran las 5:34 am, había decidido dejar dormir un poco más a las chicas mientras yo acababa de preparar las cosas.
El reloj marcaba 6:15 cuando ya tenia todo listo, habíamos guardado todas las latas distribuidas en tres bolsos distintos; varios litros de agua, algunas prendas de más, cuchillos y cosas para armar un botiquín de primeros auxilios un poco mayor al que tenía en mi mochila.
-Buenos días- dijeron ambas al levantarse.
Las saludé con una sonrisa y continué acomodando nuestras cosas.
-No pensarás llevar todo eso, ¿no?- volteé a ver quien había hablado. Había sido Ángela, quien me miraba con cierto aire de superioridad.
-No, pensaba repartir latas de comida entre los caminantes más necesitados. Ya sabes, ayudar al prójimo.
Terminé la última palabra con una sonrisa sarcástica lo que provocó una carcajada de Laura.
-Me refiero a que no podremos llevar todo mientras manipulamos nuestras armas, si bien podríamos disfrazanos cómo uno de ellos, el ruido nos delataría.- en el fondo sabía que Ángela tenía razón, pero no podía dejar de pensar que abandonar todo allí era una muy mala idea.
-Ella tiene razón, Aaron- sentenció Laura-, se que dejar todo aquí no es lo mejor, pero definitivamente es lo más inteligente.
Yo solo asentí y el silencio llenó el lugar.
Más de 100 latas de comida, no podíamos perder todo aquello.-¿Y que piensan hacer?- pregunté verdaderamente fastidiado de solo pensar en la idea de que otra persona tuviese todo aquello.
-Podríamos buscar un auto.- dijo Laura.
-No lo creo- sentenció Ángela-, aunque iríamos más rápido, atraeríamos muchos más caminantes. Además... no sabemos si nos conviene llevarnos todo.
-¿A que te refieres?- pregunté mirando a Ángela extrañado.
-Pues...- Ángela comenzó a hablar, parecía buscar las palabras adecuadas para hacernos entender sus ideas- estaríamos entregándoles todo; armas, comida, agua, y todo lo demás. Aunque sé que estaríamos mejor en un lugar con mucha gente, no sabemos cómo es su forma de actuar, su modus operandi.
-Entonces sugieres que lleguemos con las manos vacías.- las palabras de Laura estaban cargadas de dudas.
-No exactamente... sería muy extraño que llegasemos sin suministros o armas, ¿Cómo pudimos sobrevivir entonces hasta el momento?
-No lo sé...-dijo Laura- yo sigo pensando que deberíamos llevar todo en un auto, tal vez encontremos un lugar seguro donde quedarnos y poder vivir mejor.
-No.- Dije al fin- Ángela tiene razón. No podemos entregarle todo a ellos sin saber que pasará al final. Tenemos que buscar un lugar donde esconder la mayoría de los suministros, aunque llevaremos nuestras armas.
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El fin
Science FictionTodo se reduce a este día, la muerte camina, muerde y está del otro lado de la puerta. El final es inevitable, y sólo puedo hacer una cosa... contarles mi historia.