En las sombras.

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  Me desperté rodeada de plumas. 

 Cálido, suave y ligeramente elástico, me acurruqué más en mi edredónde imitación. Me encantaba mi cama con su marco de roble redondeado,sus sábanas con el número de hilos obscenamente alto, sus pilas dealmohadas y mantas que no coordinaban. Mi cama era acerca decomodidad, no de coordinación. No era ni siquiera una cama, más biencomo un nido; adormilada deseaba poder pasar un día entero en ésta,emergiendo solo para buscar alimento y hacer breves excursiones albaño. ¿Cuánto tiempo me quedaba antes de que la alarma se activara denuevo y tuviera que levantarme o llegar tarde a la escuela? El botón dedormitar, resolví soñolienta, enterrándome más profundamente en mirefugio de suave calor. Si hoy no es la clase del Dr. Christian, voy a apretarel botón. Él está tan tenso. No entiendo por qué todas las chicas piensanque es tan... atractivo... Al lado de la curva de mi columna vertebral, elcolchón se hundió con el peso corporal de alguien. Olí el familiar olor delenebro y el cedro para después del afeitado. Logan. 

  —Mmm. —Me opuse a medias cuando manos frías trataron dearrastrarme fuera de la madriguera—. Es muy temprano para la escuela,Logan. Vete. 

  Las manos se detuvieron antes de retirarse por completo. Todavía olía ala loción que le había dado la última navidad, así que sabía que él no sehabía ido. A pesar de mis mejores esfuerzos, me estaba despertandopoco a poco de todos modos. Una parte de mí sospechaba que yorealmente no quería hacer eso. 

—Caspia —dijo finalmente, dando palmaditas donde él pensaba queestaría mi cabeza debajo de la colcha. Se las arregló para golpear minariz—. Oye. ¿Qué hora crees que es en este momento?  

  La pregunta era extraña. ¿Él no lo sabía? ¿No había un reloj? 

 —Um. No estoy segura. ¿Temprano? —La voz que usó me alarmó aúnmás que la propia pregunta. Habló con las cuidadosas y planas cadenciasde alguien dirigiéndose a un niño, o a una persona loca. Con unasensación de hundimiento, me apresuré a salir de mis envolturas autoinfligidas, sentándome en posición vertical para mirarlo en la oscuridadtotal. Yo no podía ver el reloj. Logan se veía mortalmente pálido en laestela de luz de luna a través de mi gran ventana. Era la única luz en lahabitación.

  Sus ojos oscuros brillaban en la sombra más profunda bajo su gorra debéisbol, haciendo difícil ver su expresión exacta. Solo la inclinación desu boca me dijo que estaba preocupado. Extendió los dedos pálidos ylargos y me apartó el cabello de mis ojos. Su toque en mi mejilla fuelento, casi lánguido, como todos sus movimientos en estos días. Susdedos estaban fríos, pero el gesto me calentó de todos modos. Inclusosus toques más pequeños hablaban volúmenes. Pequeños gestos querealmente eran todo lo que habían quedado de él. 

  —¿No recuerdas, entonces? ¿Lo que pasó? —Se recostó contra elcabecero con un suspiro de frustración. El brillo debajo de su gorra debéisbol desapareció. Debe de haber cerrado los ojos—. ¿Qué tal tumano? ¿Cómo se siente ahora?

  —¿Mi mano? —repetí estúpidamente. Me miré a mí misma en la luz dela luna. Las mantas habían caído hasta mi cintura. Mi piel, pálida y tenuea la luz de la luna, se asomaba a través de una brecha en mi camiseta enel lado que había sido arrancado desde el dobladillo hasta la cintura. Unvendaje envolvía mi muñeca desde los nudillos al antebrazo. Traté de doblarla, de forma experimental, y sentí un dolor agudo cuando mimuñeca encontró la resistencia de los vendajes y una tablilla. Grité—.¡Ay! ¡Infiernos, Logan! —Toda la noche llegó inundándome de nuevomientras miraba mi muñeca. El latte de caramelo; la Sra. Alice; la ventade todos los cinco mazos de tarot; el completo desconocido; yo, gritandocon mi cabeza revuelta, gateando hacia atrás, tratando de alejarme de...de un total desconocido con fuerza inhumana, que sabía mi nombre y seme acercó en la tienda de la Sra. Alice, quien había venido de unbosquejo que yo había dibujado más temprano esta tarde. Exhalé comosi alguien me golpeara en el estómago, y luego agarré a mi hermano conmi brazo bueno.   

Gifts of the blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora