El Huerto.

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No hablamos mucho de camino a casa. Supe que debí haberme visto alarmantemente mal porque Logan ni siquiera se quejó una sola vez cuando puse la misma canción una y otra vez. Odiaba que hiciera eso. Después de la tercera vez de escuchar mi actual banda oscura favorita, lo miré de lado.

—¿Ni siquiera te vas a mofar de mí? Quiero decir, aprecio el tiempo musical y todo, pero me perdí de los insultos.

Él bufó pero mantuvo sus ojos en el camino.

—Te ves horrible, Cas.

Y ahí terminó. Debí haber adivinado que estaba peor de lo que imaginaba.

Ethan se quedó de pie en la sombra en la parte superior del segundo desembarcadero, brazos cruzados, cuerpo cuadrado y perfectamente inmóvil. No pude ver su expresión pero sus ojos me observaban mientras caminaba lentamente hacia arriba escalón por escalón. En realidad tenía que concentrarme.

Mis pies se sentían pesados como si estuviera usando calcetines llenos de agua. A medio camino, levanté la mirada hacia él. Sus ojos azul verdoso estaban nublados, como la superficie de un estanque en la madrugada, cubierto superficialmente con niebla. Sentí la delgada mano de Logan en mi hombro.

—Estábamos realmente preocupados —susurró en mi oído.

—Oh —dije, mientras la niebla se hacía más espesa sobre los ojos de Ethan. Puse un pie en frente del otro y me pregunté qué emoción me estaba ocultando—. Lo siento.

Los brazos de Ethan cayeron a sus lados como si estuviera tratando de agarrar un oculto conjunto de armas. Echó su cabeza hacia atrás, podía ver los tendones de su cuello, estirándose escaleras arriba.

Sus fosas nasales llameaban. La larga escalera a nuestro apartamento ya no estaba oscura. Alivio azotó a través de los ojos de Ethan, por medio de la pantalla de niebla, y dobles planos de Luz se desplegaban detrás de él, donde personas normales tienen sombras. Sus dedos se enrollaron contra sus uñas. Cuando habló, su voz estaba subrayada con el bajo fondo de un distante grito.

—¿Dónde has estado? —demandó completamente inmóvil. 

Traté de responderle. En realidad lo intenté, pero tantos pensamientos lucharon por dominar mi lengua, que lo que salió fue una especie de palabras demenciales. Él estaba hermoso, estaba aterrorizante y estaba furioso, pero nunca me lastimaría. Él no era Asheroth. Me recordaba a él. Quería pintarlo, lo quería de vuelta siendo normal y casi humano. Quería mirarlo fijamente un largo tiempo, más que todo, quería cosas con sentido. 

—No lo sé, porque algo pasó en la escuela después que el Dr. Christian me humillara en frente de todos y eso realmente me cansó, pero... ¿Sabías que puedo dibujar realmente bien con mi mano izquierda? Y entonces me desperté en una banca cansada sin razón, entonces llamé a casa y desearía poder pintarte exactamente como luces ahora aun cuando te ves como si me odiaras y ¿por qué estás tan furioso conmigo?

Me senté pesadamente en las escaleras después de mi último buen alarido. No pude tomar un respiro durante mi demente diatriba. Y en realidad estaba un poco mareada. Sentí el suave hombro revestido de la sudadera de Logan inclinarse contra mí. Él había tomado el escalón que estaba debajo del mío.

—Vamos —incitó, codeándome con su tenis—. Subamos.

—Nuh-hu. —Barrí mis ojos de lado hacia Ethan—. No hice nada malo. —Su luz estaba deslumbrando. Alguien podría notarlo pronto pero quizá Whitfield siendo lo que era, eso no importaba.

Sabía que Ethan se movía rápido. Lo había visto o mejor dicho, visto la evidencia de eso, muchas veces antes. Pero esto era diferente. Todo a la vez, yo estaba envuelta en Luz. Luz, y los brazos de Ethan.

Gifts of the blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora