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-¿Qué es lo que se supone que quieres que hagamos? -West pregunta haciéndome bufar.
-No puedo contarles hasta que me digan que serán mis cómplices sí o no. -Me cruzo de brazos.
-Danos cinco minutos. -Tim se aleja con West lo suficiente para que no pueda escucharlos.

Meto mis manos en los bolsillos de mi sudadera y espero a que los dos castañoss terminen de hablar. ¿Tanto les cuesta decidirse si decirme sí o no?

Si dicen que sí, estaré más que encantada pero si dicen que no, pues será una lástima.

-Okay, aceptamos. -West dice haciendo que una sonrisa se forme en mis labios.
-Esta será la mejor noche de sus vidas, lo prometo. -Saco la lista que se encuentra en mi bolsillo derecho del pantalón y se la entregó a Tim.
-¿Ahora sí me dirás que es lo que tenemos que hacer? -Vuelve a preguntar West pero esta vez mirando la pequeña lista arrugada.
-No sé si se enteraron que alguien rayo y golpeó el auto de la profesora Wilson. -Los mire y ellos asintieron.
-Algo así escuchamos, dicen que quedó hecho una basura el pobre vehículo. -Contesta Tim.
-Me culparon a mí por algo que no hice. -Mi mandíbula se tensó al terminar de decir tales palabras.
-Y quieres venganza. -Dice West haciendo que asienta con la cabeza.
-¿Sabes quién fue? -Tim pregunta.
-Claro que sé quién fue. Wilson y Nathalie. -Conteste.
-¿Estás segura? -West me mira.
-Antes de que el director hablara conmigo y me expulsaran, Nathalie se acercó a mí y me lo dijo en pocas palabras y además, Wilson me culpa de todo y sé que esas dos rubias hicieron esto para que me echaran del colegio
-¡¿Te expulsaron?! -West grita sorprendido.
-Da igual, lo que en verdad me afecta es el hecho de que por toda esa estupidez me enviarán a un internado en Londres. -Bufe molesta.
-¡¿Londres!? -Otra vez grita el castaño.
-Si. -Lo miro extrañada.
-West compórtate. -Tim lo regaña en un tono burlón.
-En fin. ¿Quién de los dos maneja y trajo su auto? -Les quitó la lista.
-Para tu buena suerte yo. -West sonríe.
-Entonces empecemos, no hay tiempo que perder. -Agarro ambos por la muñeca antes de empezar nuestra ahora venganza.

{...}

-¿A dónde vamos? -Tim pregunta mientras le quita la envoltura a su MilkyWay.
-A la casa de Nathalie. -Respondo mientras me abrocho en cinturón de seguridad.
-¿Qué tan malos seremos con ella? -Pregunta West luego de encender el auto.
-Yo opino que muy malos, demasiados a decir verdad. -Tim sonríe maliciosamente.
-¿Aún la sigues odiando?
-Claro que lo hago.
-¿De qué hablan? -Cuestione extrañada.
-El año pasado Nathalie lo sedujo solo para querer revolcarse con su hermano mayor. -West contesta antes de recibir un golpe por parte de su amigo en la cabeza.
-¡Cállate! ¡Creí que le gustaba! -Lo fulminó con la mirada.
-Que zorra. -Comente negando con la cabeza. -Pero hoy es el día en que te vengues Tim. -Lo miro desde el retrovisor con una sonrisa en labios.
-¿Qué tienes en mente?
-Digamos que el peor miedo de Nathalie es quedarse calva, entonces ¿por qué no hacer realidad su peor pesadilla? -Contengo las ganas de reírme.
-Eres un genio malvado, me gusta. -El chico de ojos azules me sonríe.
-Eso significa que yo me quedaré en el auto a esperarlos hasta que acaben de vengarse. -Comenta West.
-Si tú quieres.
-Me quedo en el auto.

Asiento con la cabeza.

-Tres cuadras más y llegamos. -Informe quitándome el cinturón de seguridad.
-Quiero hacer pis. -Tim susurra.
-¿En serio? -Volteo a verlo.
-Sí, digamos que cuando estoy muy nervioso me dan ganas de orinar y como nunca he entrado a una casa a hacer vandalismo, estoy nervioso. -Comenta el castaño avergonzado.

West ríe a lo bajo mientras estaciona el auto tres casas antes que la de Nathalie.

-Espero que esta venganza no nos lleve a la cárcel. -West se cruza de brazos.
-Nadie sabrá que estuvimos allí, confía en mí.
-Solo no tarden. -El castaño hace un ademán con sus manos para que salgamos del auto.
-¿Listo? -Pregunto caminando hacia la casa de Nathalie.
-Listo y tuviste razón en comprar esta mochila, nos será de gran utilidad. -Sonríe. -¿Estás segura que ella no está en casa o alguno de sus padres? -Cuestiona.
-No, en este instante debe de estar en el gimnasio y sus padres se la pasan en el trabajo, el único problema que se puede decir es la nana pero con un par de billetes, seremos invisibles para ella.
-Me imagino que ya has venido a hacer de las tuyas por aquí. -Tim ríe.
-Claro, ¿cómo crees que conseguí esas fotos de ella como vino al mundo? -Muerdo mi labio inferior aguantando la risa.
-¡Fuiste tú! -Suelta una carcajada. -Tu mente sí que es perversa.
-¿Me harías los honores? -Hago una reverencia una vez en la entrada de la casa.
-Claro. -El castaño sonríe antes de tocar el timbre.

Queen of disasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora