Joshua

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Los rayos del sol entraron por mi ventana, anunciando un nuevo día y obligándome a salir de la cama.

Entré en la cocina aún desperezándome. Ya de día pude observar con más detalle la casa, está bastante bien; está pintada de color beige y es más grande que el apartamento donde vivíamos. En la sala hay sillones de cuero negro, una gran pantalla plana y en las paredes están colgando unas pinturas de un pintor que no conozco. La cocina es muy espaciosa y tiene una isla donde perfectamente caben 10 personas. En fin, la casa está completamente amueblada. Mamá me dijo que la casa le pertenecía a una familia de mexicanos y que la vendían muy barata porque debían regresar a su país.

**

Cuando mencionaste que él vivía contigo desde los 7 años, no imaginé que ya sería todo un hombre _Oigo decir a mamá.

Es un pequeño detalle que no te dije _Dijo Cesar.

Pues sí, soy un hombre de 21 años, el más guapo y fuerte...eso dicen mis amiguitas _Dijo una vos que no reconocí. Puse los ojos en blanco por lo patético que sonó lo que dijo.

Decidí ignorar la conversación.

                            ******

Buenos días Cariño _Dijo mamá y depósito un beso en mi frente.

-Buenos días mami _Dije correspondiendo el beso.

–¿Por qué no saliste a saludar a Cesar y Joshua? _Dijo mamá frunciendo el ceño.

-Iba a saludar a Cesar pero... escuché a alguien más y por lo que escuché, no hizo falta conocer a ese tal Joshua para darme cuenta que es un completo imbécil.

–¿Qué te pasa Molly? _Respondió levantándose de la silla y colocándose en frente de mí con las manos en la cintura.

-¿Acaso no lo escuchaste? Estoy segura que su segundo nombre es S o b e r b i a _Dije en mi defensa y haciendo énfasis en la palabra.

No juzgues a un libro por su portada Molly.

-Pues en la portada de mi libro de matemática hay gente divirtiéndose mamá _Dije levantando una ceja.

–Muy graciosa... No sé qué voy hacer contigo _Dijo alzando las manos mientras salia de la cocina.

                       *******

¡Ey guapa! _Dijo una voz que me resultaba familiar. Claro, era la voz del tal Soberbia.

Me levante del sillón de mal humor y salí de la casa, para encontrarme con aquéllo. Tuve que parpadear varias veces para saber si no estaba en algún tipo de sueño; un cuerpo de modelo tipo Calvin Klein, moreno y con una sonrisa perfecta estaba justo en frente de mí. Algo me impulsaba a entrar corriendo a la casa, cerrar la puerta y correr en círculos. Algo exagerado, pero eso provoca un hombre de esa clase.

-Mamá no está _Le dije soltando todo el aire que tenía dentro de mí y me regañe por no saber disimular el efecto que su físico causó en mí.

Yo sé, Molly _Me dijo con una mirada lujuriosa que me recorrió de arriba a abajo.

Se me seco la boca.

Usted es más bonita de lo que pensé.

-Gracias _Respondí mirándome los nudillos.

Así que estás sola _Dijo mordiéndose el labio superior sin quitar su mirada de mis ojos.

-¿Qué quieres?

Tal vez no sea élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora