Hazme tuya

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Me levanté de golpe cuando un ruido fuera de mi cuarto me despertó.

Había un hombre fuera, podía ver su silueta a través de la ventana... empecé a temblar y se me puso la piel de gallina.

-Ey guapa.

-¿Qué quieres? _Respondí al darme cuenta quién era.

-Abra la ventana.

-Estás loco, no lo voy hacer _Dije buscando un vestido o una pijama que tapara mi desnudez.

-Vamos Rapunzel, déjeme pasar.

Odio ese estúpido ápodo que me puso.

-No lo voy hacer _Le repetí.

-No le voy hacer nada... no soy psicópata.

-Yo sí _Le dije vacilando.

-No me importaría morir en sus manos.

Noté que una sonrisa se dibujo en su rostro.

-Ok.. pero si te atreves hacerme daño, gritaré.

-Está bien.

Le abrí la ventana y entró de un salto.

-¿Qué quieres? _Le dije de mala manera.

-Verte _Repuso.

-¿No podías esperar hasta mañana?

Se quedó pensativo.

-Sí puedo...
-Pero no quiero.

-Me das miedo _Le dije dando un paso hacia atrás.

-Y usted a mí _Me dijo y agachó la cabeza.

-¿Yo por qué te daría miedo? _Le dije buscando su mirada.

-Porque eres hermosa... y especial _Me dijo alzando la cabeza.

Sentí cómo me ruborizaba frente a esos ojos caramelos.

-Eso no es motivo Joshua.

-Creo que sí, por eso estoy aquí... podría besarla y tal vez no le guste _Me dijo acercándose a mí.

Frente a frente; respirando el mismo aire.

No lo aguante.

-Besame _Susurré.

Nos besamos.

Un beso, algo tan simple, tan poderoso, con la maravillosa capacidad de simbolizar la entrega total y sublime de un alma.

Con una mano en mi espalda y la otra en mi cuello me apretaba a él,
su lengua se enredó con la mía haciendo movimientos adiestrados, movimientos que provocaron un placer que nunca había sentido.

Me aparte cuando sentí su erección contra mi ombligo.

« Me alegro de que a mí no se me note la excitación », pensé.

¡Qué beso! La respiración de ambos se había acelerado.

-¿Y eso qué significa? _Le pregunté apartándome de él.

-Que usted me gusta.
-Mucho _Agregó echándose el cabello para atrás.

Bajo la luz tenue se podía ver cómo su mirada se había dilatado.

-Tú también me gustas mucho.

-Me gustas... realmente me gustas y quiero que este beso sea el inicio de algo _Me dijo mientras quitaba el mechón que caía en mi cara.

Tal vez no sea élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora