Tan habitada de amor como de soledad,
habitaba un corazón que no aceptaba la despedida de su amada,
¿por qué tendría que correrle la cortina a quién más de una vez le daba la bienvenida?
La habitación se ha vuelto un tanto fría, algunos demonios están de fiesta, mientras uno de los ángeles dejó sus alas perdidas,
la habitación 315 ya no es la misma, la tristeza es la nueva sonrisa de la felicidad,
la paciencia se agota pero la pequeña gran alma que habita ahí no se ahoga
y
espera que gota a gota
la angustia se vuelva dulce,
así como sus lágrimas sin importarle cuanto al bajar por su rostro duren,
por la ventana entran y salen vientos de condena,
unos de amargas penas,
otros de felicidades certeras,
y ella no escapa por que no todo se basa en
una noche de cervezas,
solamente desea que la atrapen
unos labios sabor cereza,
que en las paredes de la habitación 315 pinte ideas nuevas, que ponga un letrero que diga: "cuidado, valentía y sonrisa fresca".
Anhela unas caricias heterogéneas; en la primera fase que te vea, que note alegría en sus ojeras por las bromas que alguna de ellas hiciera más las tonterías que dijeran
en la segunda
notorio ver como se desean y entre ambas se interesan, entonces van y al fin se besan
finalmente,
en la tercera,
se encariñan tanto que se vuelven pareja y juntas se quedan,
admirable para los demás que escogieran sólo sus sonrisas aunque otras chicas existieran
y ella, la chica nueva, en esa habitación que solía ser terrible a su compañera triste y sola no la deja.
– L.U.G
¡Ojalá en realidad todo esto se convirtiera!
Postdata: Es una habitación donde se congela el tiempo y por eso no tiene la fecha de cuando lo escribí...
Es broma, es que ese día olvidé anotarla.
